Por Nohemí Vilchis
Por
medio de la tecnología de cadena de bloques, los tokens no fungibles agregan
crédito, reconocimiento y méritos a la trayectoria profesional de estudiantes y
docentes.
Los tokens no fungibles, mejor conocidos como NFT
(del inglés Non-Fungible Token), entraron al mercado para otorgar
originalidad y valor a ciertos activos digitales. Hoy en día no sólo son
utilizados en el ámbito artístico sino también en distintos sectores, como el
educativo, que incursiona con recursos como estos a fin de mejorar la calidad
académica.
Los NFT son objetos digitales
certificados que garantizan autenticidad sobre quién es su propietario. Estos,
utilizan la misma tecnología de cadena de bloques, también conocida como blockchain,
que las criptomonedas, lo que permite contar con un token único, inmutable y
encriptado que se distingue de sus copias y es distribuido por sus creadores.
De acuerdo con OpenSea, el mercado
en línea más grande de NFT, “el blockchain proporciona una capa de
coordinación para los activos digitales, otorgando a los usuarios permisos de
propiedad y administración”. Asimismo, “agregan varias propiedades únicas a los
activos no fungibles que cambian las relaciones del usuario y del desarrollador
con estos activos”.
El sistema de cadena de bloques otorga interoperabilidad para mover los activos
a través de distintos ecosistemas, mientras que permite reconocer su existencia
en diferentes proveedores de almacenamiento de NFT, son intercambiables y
subastables en varios mercados y además pueden mostrarse dentro de mundos
virtuales. Pero, ¿cómo contribuye la presencia e implementación de los tokens
no fungibles en la educación?
Emisión y gestión de certificados
Por definición, los NFT tienen la capacidad de
sustituir los diplomas, reconocimientos o certificados que demuestren
excelencia académica debido a la seguridad y verificación que brindan. La
utilización de los tokens reduce la posibilidad de
falsificación al tiempo que puede administrar registros y créditos
de estudiantes, realizar un seguimiento del progreso del aprendizaje a lo largo
de la vida y preservar los datos educativos.
El Instituto Tecnológico de
Massachusetts (MIT) es una de las instituciones principales en
implementar los NFT. El MIT creó Digital Credentials Consortium,
una red internacional de universidades con un sistema compartido de
credenciales académicas digitales que son comprobables, rastreables y
disponibles para consulta de los empleadores.
Sin embargo, el proceso es más aplicable de lo que
se suele pensar. El profesor Beau Brannan, de la Universidad de Pepperdine, incorporó el uso de NFT
como premio al término de su curso. Con el propósito de que los estudiantes
tuvieran acceso a una agrupación de sus logros académicos en línea, les pidió
completar y entregar las tareas sobre un plan de estudios para demostrar su
dominio del tema. Brannan también solicitó la expedición de un NFT hacia él por
parte de sus estudiantes que sirviera como reseña de su rendimiento como
maestro. Explica que “el token es algo que los estudiantes y profesores pueden
mostrar públicamente o no, y puede ser un punto de entrada para trabajos u
otras oportunidades”. Igualmente afirma que “este concepto de intercambio de
tokens como ‘credencial’ puede ayudar a legitimar y elevar aún más a los
maestros y cursos en todo tipo de plataformas en todo el mundo, haciéndolos más
accesibles y aumentando la calidad de la educación”.
Algunas universidades también utilizan los NFT para
los títulos de los egresados. El Tec de Monterrey se
convirtió en 2019 en la primera universidad mexicana en ofrecer títulos
digitales a sus recién graduados con la validación en la red blockchain.
Protección de derechos
Otro de los beneficios centrales de los tokens no
fungibles es atribuir la autoría a los creadores de distintos contenidos o
trabajos. El estudiantado pasa la mayor parte de su tiempo produciendo
contenido, en gran parte, original. Según Peter Thomas, director de
la Universidad Real del Instituto de Tecnología de Melbourne, por lo general en
el ámbito educativo no se consideran los derechos de autor sobre los trabajos y
proyectos de los estudiantes. Por esta misma razón es necesario el
reconocimiento creativo y los NFT permiten compartir estos logros dando el
crédito correspondiente.
En algunas ocasiones los investigadores o
inventores pierden el reconocimiento de sus descubrimientos por no lograr
patentarlos. La Universidad de California en Berkeley
creó tokens no fungibles de dos investigaciones ganadoras de Premios Nobel que
posteriormente subastó para financiar más estudios. James Allison recibió el
Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 2018 por su investigación de
inmunoterapia contra el cáncer, mientras Jennifer Doudna fue acreedora del
Nobel de la Química en 2020 por su edición de genes CRISPR-Cas9. La subasta del
NFT para el invento de Allison se realizó a través de una plataforma de Ethereum,
una red de cadena de bloques para transacciones. Las ganancias financiaron la
educación e investigación innovadora de la Universidad, lo que incluye el
centro de blockchain del campus.
Recompensas para los profesores
Como en la clase de Brannan, algunos docentes
pueden utilizar la tecnología de los tokens no fungibles para constatar su
labor. Un ejemplo también es Preply, una plataforma de aprendizaje de
idiomas que registró tres NFT en OpenSea en 2021 para recompensar a sus
tutores número uno, los que mejoran la experiencia de sus alumnos. Los tres
mejores profesores de inglés, francés y español completaron 11,000 horas de
clases en el año y fueron contactados para reclamar su NFT por medio de su
cartera Crypto. Amy Pritchett, su gerente
de éxito estudiantil, afirmó que ayuda a crear una “vitrina de trofeos” en
línea que pueden almacenarse y compartirse con posibles clientes, empleadores o
en el área de admisiones de las universidades.
Su impacto más allá del aula
Christin Bohnke, una escritora independiente
especializada en EdTech y Asia oriental, sugiere que dentro del
abanico de oportunidades de los tokens no fungibles cuando los datos se
encuentran en blockchain se almacenan de forma confiable. Por ende, si
algún estudiante perdiera su historial académico o certificados se podrían
comprobar sus credenciales, lo que sería de gran ayuda por ejemplo para zonas
de conflicto. En caso de que el sistema de registros educativos de algún país
colapsara, la funcionalidad de la cadena de bloques concedería a las personas
desplazadas continuar su trayectoria profesional.
Otro valor añadido de los NFT que menciona Bohnke
es la verificación del aprendizaje no formal, donde información como la
experiencia en investigaciones, proyectos, habilidades, tutorías y aprendizaje
en línea puede agregarse al portafolio del estudiante. El expediente puede
contener los cursos en línea masivos y abiertos (MOOC, por sus siglas en
inglés) realizados por el estudiante y así demostrar el conocimiento adquirido
fuera de instituciones de educación superior.
Control de privacidad
Sin embargo, Bohnke también plantea algunas preguntas
sobre la incorporación de los NFT a la esfera educativa. Si bien la información
de los tokens está asegurada de forma digital, la misma es difícil de alterar y
debe ser validada colectivamente para hacer algún cambio. Entonces, ¿qué
pasaría si los estudiantes cambian de parecer sobre la exposición de ciertos
datos de sus rutas de aprendizaje? o ¿podrán seleccionar qué información iría
dentro de sus registros permanentes?
Estas mismas inquietudes son expuestas por Audrey Watters, escritora
que se enfoca en tecnología educativa, quien cuestiona si una vez adoptando la
tecnología de blockchain ¿el estudiante tendrá el control sobre su
privacidad? Del mismo modo propone un ejemplo: ¿qué pasaría si una persona
desea “empezar desde cero” cuando se realiza una cirugía de confirmación de
género? o ¿qué procede si tiene un acosador o abusador del que quisiera ocultar
su identidad? La pregunta esencial sería ¿cómo diseñar las estrategias
educativas a fin de que defiendan la privacidad predeterminadamente?
La adopción de los tokens no fungibles en la educación contribuye y coadyuva en distintas áreas como defender la autoría y derechos de los creadores de contenidos, también brinda valor y convierte en medibles, reconocibles y verificables los logros de los estudiantes y docentes. Estos avances hacen visibles los esfuerzos para el aprendizaje a lo largo de la vida y protegen un registro, no obstante es necesario formular ciertas preguntas con el propósito de conocer la manera más adecuada de adoptar los NFT.
Tomado de EDUNEWS
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