martes, 5 de abril de 2022

¿Cómo aportan los NFT a la educación?

Por Nohemí Vilchis 

Por medio de la tecnología de cadena de bloques, los tokens no fungibles agregan crédito, reconocimiento y méritos a la trayectoria profesional de estudiantes y docentes. 

 



Los tokens no fungibles, mejor conocidos como NFT (del inglés Non-Fungible Token), entraron al mercado para otorgar originalidad y valor a ciertos activos digitales. Hoy en día no sólo son utilizados en el ámbito artístico sino también en distintos sectores, como el educativo, que incursiona con recursos como estos a fin de mejorar la calidad académica.

Los NFT son objetos digitales certificados que garantizan autenticidad sobre quién es su propietario. Estos, utilizan la misma tecnología de cadena de bloques, también conocida como blockchain, que las criptomonedas, lo que permite contar con un token único, inmutable y encriptado que se distingue de sus copias y es distribuido por sus creadores. De acuerdo con OpenSea, el mercado en línea más grande de NFT, “el blockchain proporciona una capa de coordinación para los activos digitales, otorgando a los usuarios permisos de propiedad y administración”. Asimismo, “agregan varias propiedades únicas a los activos no fungibles que cambian las relaciones del usuario y del desarrollador con estos activos”.

El sistema de cadena de bloques otorga interoperabilidad para mover los activos a través de distintos ecosistemas, mientras que permite reconocer su existencia en diferentes proveedores de almacenamiento de NFT, son intercambiables y subastables en varios mercados y además pueden mostrarse dentro de mundos virtuales. Pero, ¿cómo contribuye la presencia e implementación de los tokens no fungibles en la educación? 

Emisión y gestión de certificados

Por definición, los NFT tienen la capacidad de sustituir los diplomas, reconocimientos o certificados que demuestren excelencia académica debido a la seguridad y verificación que brindan. La utilización de los tokens reduce la posibilidad de falsificación al tiempo que puede administrar registros y créditos de estudiantes, realizar un seguimiento del progreso del aprendizaje a lo largo de la vida y preservar los datos educativos.

El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) es una de las instituciones principales en implementar los NFT. El MIT creó Digital Credentials Consortium, una red internacional de universidades con un sistema compartido de credenciales académicas digitales que son comprobables, rastreables y disponibles para consulta de los empleadores.

Sin embargo, el proceso es más aplicable de lo que se suele pensar. El profesor Beau Brannan, de la Universidad de Pepperdine, incorporó el uso de NFT como premio al término de su curso. Con el propósito de que los estudiantes tuvieran acceso a una agrupación de sus logros académicos en línea, les pidió completar y entregar las tareas sobre un plan de estudios para demostrar su dominio del tema. Brannan también solicitó la expedición de un NFT hacia él por parte de sus estudiantes que sirviera como reseña de su rendimiento como maestro. Explica que “el token es algo que los estudiantes y profesores pueden mostrar públicamente o no, y puede ser un punto de entrada para trabajos u otras oportunidades”. Igualmente afirma que “este concepto de intercambio de tokens como ‘credencial’ puede ayudar a legitimar y elevar aún más a los maestros y cursos en todo tipo de plataformas en todo el mundo, haciéndolos más accesibles y aumentando la calidad de la educación”.

Algunas universidades también utilizan los NFT para los títulos de los egresados. El Tec de Monterrey se convirtió en 2019 en la primera universidad mexicana en ofrecer títulos digitales a sus recién graduados con la validación en la red blockchain.

Protección de derechos

Otro de los beneficios centrales de los tokens no fungibles es atribuir la autoría a los creadores de distintos contenidos o trabajos. El estudiantado pasa la mayor parte de su tiempo produciendo contenido, en gran parte, original. Según Peter Thomas, director de la Universidad Real del Instituto de Tecnología de Melbourne, por lo general en el ámbito educativo no se consideran los derechos de autor sobre los trabajos y proyectos de los estudiantes. Por esta misma razón es necesario el reconocimiento creativo y los NFT permiten compartir estos logros dando el crédito correspondiente.

En algunas ocasiones los investigadores o inventores pierden el reconocimiento de sus descubrimientos por no lograr patentarlos. La Universidad de California en Berkeley creó tokens no fungibles de dos investigaciones ganadoras de Premios Nobel que posteriormente subastó para financiar más estudios. James Allison recibió el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 2018 por su investigación de inmunoterapia contra el cáncer, mientras Jennifer Doudna fue acreedora del Nobel de la Química en 2020 por su edición de genes CRISPR-Cas9. La subasta del NFT para el invento de Allison se realizó a través de una plataforma de Ethereum, una red de cadena de bloques para transacciones. Las ganancias financiaron la educación e investigación innovadora de la Universidad, lo que incluye el centro de blockchain del campus.

Recompensas para los profesores

Como en la clase de Brannan, algunos docentes pueden utilizar la tecnología de los tokens no fungibles para constatar su labor. Un ejemplo también es Preply, una plataforma de aprendizaje de idiomas que registró tres NFT en OpenSea en 2021 para recompensar a sus tutores número uno, los que mejoran la experiencia de sus alumnos. Los tres mejores profesores de inglés, francés y español completaron 11,000 horas de clases en el año y fueron contactados para reclamar su NFT por medio de su cartera Crypto. Amy Pritchett, su gerente de éxito estudiantil, afirmó que ayuda a crear una “vitrina de trofeos” en línea que pueden almacenarse y compartirse con posibles clientes, empleadores o en el área de admisiones de las universidades.

Su impacto más allá del aula

Christin Bohnke, una escritora independiente especializada en EdTech y Asia oriental, sugiere que dentro del abanico de oportunidades de los tokens no fungibles cuando los datos se encuentran en blockchain se almacenan de forma confiable. Por ende, si algún estudiante perdiera su historial académico o certificados se podrían comprobar sus credenciales, lo que sería de gran ayuda por ejemplo para zonas de conflicto. En caso de que el sistema de registros educativos de algún país colapsara, la funcionalidad de la cadena de bloques concedería a las personas desplazadas continuar su trayectoria profesional.

Otro valor añadido de los NFT que menciona Bohnke es la verificación del aprendizaje no formal, donde información como la experiencia en investigaciones, proyectos, habilidades, tutorías y aprendizaje en línea puede agregarse al portafolio del estudiante. El expediente puede contener los cursos en línea masivos y abiertos (MOOC, por sus siglas en inglés) realizados por el estudiante y así demostrar el conocimiento adquirido fuera de instituciones de educación superior.

Control de privacidad

Sin embargo, Bohnke también plantea algunas preguntas sobre la incorporación de los NFT a la esfera educativa. Si bien la información de los tokens está asegurada de forma digital, la misma es difícil de alterar y debe ser validada colectivamente para hacer algún cambio. Entonces, ¿qué pasaría si los estudiantes cambian de parecer sobre la exposición de ciertos datos de sus rutas de aprendizaje? o ¿podrán seleccionar qué información iría dentro de sus registros permanentes?

Estas mismas inquietudes son expuestas por Audrey Watters, escritora que se enfoca en tecnología educativa, quien cuestiona si una vez adoptando la tecnología de blockchain ¿el estudiante tendrá el control sobre su privacidad? Del mismo modo propone un ejemplo: ¿qué pasaría si una persona desea “empezar desde cero” cuando se realiza una cirugía de confirmación de género? o ¿qué procede si tiene un acosador o abusador del que quisiera ocultar su identidad? La pregunta esencial sería ¿cómo diseñar las estrategias educativas a fin de que defiendan la privacidad predeterminadamente? 

La adopción de los tokens no fungibles en la educación contribuye y coadyuva en distintas áreas como defender la autoría y derechos de los creadores de contenidos, también brinda valor y convierte en medibles, reconocibles y verificables los logros de los estudiantes y docentes. Estos avances hacen visibles los esfuerzos para el aprendizaje a lo largo de la vida y protegen un registro, no obstante es necesario formular ciertas preguntas con el propósito de conocer la manera más adecuada de adoptar los NFT. 

Tomado de EDUNEWS

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