viernes, 29 de mayo de 2015

Reflexiones: 1º Seminario MOOC en Universidad Virtual de Quilmes

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El 11 de mayo de 2015 se desarrolló en la Universidad de Quilmes (organizado por la UVQ) el 1º Seminario MOOC: posibilidades y límites para la educación superior. 

El encuentro fue presencial pero con transmisión en simultáneo. Aquí la grabación:


Fue una gran alegría haber podido "desvirtualizar" a Miguel Zapata (@MiguelZapataRos) a quien sigo en las redes desde hace varios años, y un referente en investigación y temas vinculados a educación y tecnología en educación superior y universitaria.

El seminario contó con la presencia de dos excelentes profesionales: Miguel Zapata (España) y María Elena Chan (México), quienes abordaron en sus presentaciones una muy buena síntesis de la situación actual de la enseñanza superior, como también de  tecnologías emergentes en el ámbito de la formación en línea. Luego, se abrió un espacio de  intercambio donde se compartieron preguntas, comentarios y opiniones de participantes  presentes en el auditorio, como también vía chat, twitter y redes sociales. 

El hashtag del evento fue #1ºSeminarioMOOC  y aquí una recopilación de lo sucedido y las repercusiones posteriores: 


Dejo también la presentación digital que utilizó Miguel Zapata en su exposición, que muy gentilmente compartió en Slideshare:



Finalmente, luego de participar de esta actividad, me gustaría compartir algunas ideas y vivencias generales de mi experiencia en los cursos abiertos, masivos y en línea (MOOC): 

Debo decir que como estudiante participé de varios cursos MOOC durante 2013 y 2014, ofrecidos en diversas plataformas como ser: Coursera, MiriadaX, Moodle, Wordpress.

Luego de la experiencia transitada, como oferta de formación, los MOOC prometen una ampliación en el acceso gracias a su “gratuidad” y sobre todo, una característica importante que los diferencia es que el acceso a los MOOC no está condicionado al acceso a la institución. Considero entonces que estos dos motivos son claves a tener en cuenta por las universidades al momento de pensar en los MOOC como una propuesta didáctica a incorporar en las carreras de grado en las universidades de América Latina.

Por otra parte, este tipo de experiencias son ejercicios experimentales que ponen a prueba otras formas de aprender con el uso de la tecnología. Si bien de aquí se desprenden nuevos roles que el docente asume, el punto en cuestión creo que sigue siendo qué implica aprender con apoyo de tecnología en este momento del siglo XXI.
 
Además, creo importante mencionar que existen ciertas habilidades requeridas para la participación en cursos como los MOOC, tales como: alta autorregulación de parte del estudiante, habilidades de uso de la tecnología que exceden lo social, una alta motivación, y también no hay que dejar de mencionar el idioma, dado que la mayoría de los MOOC están en idioma inglés, por lo que resulta que nos enfrenta a la brecha del idioma.

En cuanto al desarrollo de MOOC locales, resulta importante analizar cuál es el sentido de producir y cuál puede ser el camino razonable para cada institución. Para algunos puede ser solo una exposición (parcial) de su oferta formativa, con la intención que el alumno potencial experimente el estilo de trabajo de la institución antes de inscribirse. Para otras, puede ser parte de su portafolio de responsabilidad social, o también una alternativa para resolver problemas de nivelación específicos de sus poblaciones de estudiantes.

Acuerdo con Miguel Zapata en que los MOOC seguramente serán un producto híbrido con varias opciones metodológicas, que oscilarán entre los xMOOC puros, a una individualización basada en el perfil del estudiante y en la analítica que se haga en cada caso. Por otra parte, la división entre xMOOC y cMOOC ya no parece responder a la realidad de la evolución y de los efectos que los MOOC están causando.

En cuanto a las plataformas MOOC, en general, creo que refuerzan una lógica educativa cercana a la clase magistral convencional, en donde el aprendiz escucha al experto y luego contesta preguntas similares a lo expuesto. En este aspecto podemos preguntarnos si con los MOOC se trata de buscar nuevas metodologías de enseñanza o nuevas metodologías de aprendizaje. Aún así, creo que resulta prematuro hablar de un eventual reemplazo de una propuesta educativa digital por otra en abierto. 

Quizás sirvan para comenzar a debatir cuestiones de fondo como ser ¿por qué tenemos las metodologías que tenemos? ¿Cuáles conviene conservar y cuáles necesitan actualizarse? ¿Qué significa ejercer la docencia en los cursos en los que puede haber cientos de miles de estudiantes matriculados? 

El rol del profesor continúa siendo fundamental, a pesar de tender a minimizar la función del docente a causa de delegar su función a procesos automatizados o a la enseñanza entre iguales. Creo que sí existen otras funciones que pueden encontrarse más desagregadas como el de diseñador, mentor, facilitador, socializador, pero que son todas necesarias e importantes para generar una experiencia de aprendizaje de calidad y con presencia del docente. El proceso de aprendizaje implica tener en cuenta a aquellos que apoyan el proceso, por lo que la presencia del docente sigue siendo valorada en los MOOC, aunque los roles están en un proceso de redefinición. 

También es verdad que los docentes en línea deben asumir una evolución en su rol, haciendo emerger quizás nuevas pedagogías que respondan más y mejor a las exigencias de los nuevos escenarios. Para ello, el desarrollo profesional de los docentes universitarios será una exigencia en los próximos años.

En cuanto a la calidad, cuando estamos frente a un entorno tecnológico con información abundante que proviene de fuentes de todo tipo, en donde el estudiante puede operar en escala global sin la necesidad de un título profesional, es indispensable preguntarse qué es calidad educativa y cuál es el papel de las organizaciones tradicionales, tanto universidades como organismos regulatorios. Estos cambios y discusiones no creo que puedan resolverse en el corto ni mediano plazo. 

Ahora, me parece equivocado presumir que el simple acceso a cursos de determinada calidad equivale a una experiencia completa de formación en educación superior. Además, no basta con asegurar o evaluar el éxito de un MOOC por la multitud social que acumula, es decir, no hay que confundir masivo con éxito en un MOOC.

En cuanto a la acreditación, es un tema que continúa en discusión, y continuará dado que el efecto “titulitis” está muy instaurado en Argentina y América Latina.

Estas son algunas líneas e ideas para continuar pensando y profundizando, que me ha motivado este excelente encuentro....  


Tomado de Aplicaciones educativas en entornos virtuales con permiso de su autora

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