Escribe Ángel Fidalgo
Desde el año 8000 A.C. hasta nuestra época solamente una vez el modelo de educación sufrió un cambio disruptivo. Tardó en cambiar unos 9800 años y eso fue hace 300 años. Llevamos, por tanto, 3 siglos con el mismo modelo educativo ¿tenemos que esperar unos miles de años más para un nueva disrupción?
La sociedad agrícola abarca desde el año 8000 A.C. hasta mediados del siglo XVIII, durante esa época la educación se basaba en el modelo “maestro-aprendiz”. Sin embargo, este modelo pasó a ser ineficiente con la transformación de la sociedad agrícola a la sociedad industrial. En esta nueva sociedad industrial (que abarca desde mediados del siglo XVIII hasta principios del siglo XX) se demandaba una sociedad mejor preparada para desempeñar los nuevos puestos de trabajo, el modelo “maestro-aprendiz” era caro e inviable para las nuevas demandas. Por este motivo el modelo educativo sufrió una disrupción total, se pasó a un modelo educativo basado “en aula” centrado en el docente. Este nuevo modelo daba servicio a las demandas de la nueva sociedad.
De nuevo la sociedad ha sufrido una transformación, la sociedad industrial dio paso a la sociedad del conocimiento (que abarca el periodo desde el siglo XX hasta la fecha actual), parecería lógico que el modelo educativo sufriera una nueva disrupción, ya que se cumplen los mismos condicionantes que en el paso de la sociedad agrícola a la industrial: modelo ineficiente para poder satisfacer las nuevas demandas, nuevos puestos de trabajo y nuevas tecnologías.
Sin embargo, esto no ha sido así. Es cierto que nuestro alumnado y parte del profesorado realiza un aprendizaje disruptivo, generalmente basado en productos y servicios característicos de la sociedad del conocimiento, pero el modelo educativo continúa siendo el mismo.
Si analizamos nuestro modelo educativo se parece más a un proceso típico de la sociedad industrial, podríamos denominarlo “la formación en cadena”. El alumno es un producto que entra en una fábrica (por ejemplo la universidad) y va pasando por una cadena donde los operarios (el profesorado) realiza cierta parte de un montaje (asignaturas) y al final de la cadena (finalización de los estudios) sale un producto uniforme (titulación). Evidentemente hay un control de calidad (aprobado/suspenso) que garantiza un nivel mínimo en esa uniformidad.
No bastan las innovaciones realizadas por el profesorado generando disrupción en la forma de aprender, para cambiar el modelo se debe abandonar la idea de la formación en cadena, no podemos meter a nuestro alumnado en la cadena de montaje. Debemos basarnos en la sociedad interconectada y dotar al maestro de herramientas, procesos y métodos para formar a los aprendices. Maestros interconectados, aprendices cooperando en cualquier parte del mundo, aprendizaje permanente y entre iguales. Todo esto lo permite la sociedad del conocimiento, pero nuestro actual modelo educativo es una barrera invisible que impide cualquier atisbo de disrupción.
No sé, o esperamos unos miles de años más para que cambien el modelo, o hacemos revolución y lo cambiamos nosotros, el profesorado: TENDREMOS QUE ELEGIR.
Tomado de Innovación educativa con permiso de su autor
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