viernes, 8 de octubre de 2021

¿Qué es la "ciencia DIY"?

 Escribe Sofía García-Bullé

Surgida de un deseo de aprendizaje para mejoras en el hogar y la curiosidad científica, la Do-it-Yourself science (ciencia DIY) ahora es un vehículo de promoción para la obtención de habilidades.

 

La práctica de la DIY science o “ciencia DIY” ha tomado relevancia especialmente este último año, ya sea como herramienta educativa ante la contingencia de las clases en línea o como camino a generar soluciones que ayuden a aminorar el impacto de esta crisis sanitaria. Para entender lo que es este concepto, primero tendríamos que explicar qué es el movimiento Do it yourself (DIY por sus siglas en inglés) que se podría traducir como “hazlo tu mismo”.

El término DIY engloba hacer o reparar las cosas uno mismo, desde el hogar. El origen de la tendencia vino desde un deseo e iniciativa de producir mejoras domésticas de una forma independiente, pero de la misma manera, siempre estuvo ligada a la curiosidad científica, la inventividad y la innovación.

Pudiera decirse que la práctica DIY ha sido uno de los vehículos de promoción más exitosos de habilidades básicas para el mantenimiento de la casa y la autosuficiencia, y en tiempos de pandemia ha ofrecido un refugio en el que las personas pueden aprender nuevas actividades, sentirse útiles y mantener aspectos importantes de su salud mental en el proceso. ¿Pero qué genera el movimiento DIY en la comunidad científica y como herramienta educativa?

Startups y la agencia del ejercicio científico

Cuando hablamos de ciencia DIY, hablamos de un proyecto que empieza en una cochera, puede ser una tarea escolar, un proyecto por diversión o el primer intento de crear la computadora Apple. Estas instancias se han extendido a otras áreas relacionadas como la química y la biología. A nivel general, tenemos esta idea de que toda la producción científica debería ser realizada por la academia, esta aseveración no está del todo equivocada, pero tampoco está del todo correcta. El rol de la academia es crucial para validar los esfuerzos científicos y en algunos casos para financiarlos, pero no es indispensable para producirlos en todos los casos. Gran cantidad de proyectos inician en las casas de los participantes y se consolidan a través de un modelo de negocios o lanzamiento a través de una startup.

Tal es el caso de Mycoworks, iniciativa mexicana que trabaja con células mycelium cells para producir desde imitaciones de cuero hasta ladrillos. Otro ejemplo es Curative, que se dedica a producir pruebas para diagnosticar COVID-19 y crear un esquema de fácil accesibilidad a las vacunas. “Es emocionante ver cuánto el sector de producción biológica ha tomado de la cultura de la tecnología. Startups tecnológicas, productores independientes de de videojuegos, y la cultura de Silicon Valley, todos nacidos de los primeros días de hackeo y programación de computadoras”, explica Leigh Nicholson, doctorante en biología celular y reproductiva por la universidad de Sidney en un artículo publicado en el World Economic Forum. Agregando que la producción de ciencia biológica a través del esquema DIY sigue siendo una escena pequeña y controversial, pero que ya ha sido consolidada a través de las startups. Si bien los beneficios de los avances tecnológicos son amplios, ¿cuáles son las implicaciones éticas?

La ética de hacerlo tú mismo

Lo más básico de entender acerca del la ciencia DIY es que no se trata de una ciencia nueva, ni de una estructura de producción científica que va a competir o a destituir a la que se hace en la academias y universidades. Es solamente una manera distinta de acercarse al aprendizaje y el ejercicio de la ciencia. La cuestión aquí es que la flexibilidad de realizar un proyecto científico bajo el esquema DIY debe permitir una dinámica en la que la colaboración, la transparencia, la apertura y el deseo de compartir conocimiento sea el motor principal.

El ejercicio científico independiente intersecta constantemente con los recursos de acceso abierto y la filosofía de la autosuficiencia económica, que habilitan a través del emprendimiento A través de estos dos aspectos la DIY science también ha sido un factor importante en la democratización de la ciencia. Pero lo anterior conlleva pros y contras, la ciencia realizada por individuos no tiene que pasar por los mismos controles e instrumentos de validación como la que se trabaja en instituciones. Si bien esto puede representar un ritmo de trabajo más ágil, y quizás llegar a nuevos conocimientos más rápido, el camino para comprobar y normalizar esos conocimientos, cerciorarse que sean seguros para el público general, es una senda más ardua. Especialmente en el sector de la ciencia biológica.

“Quienes hacen las políticas están conscientes que involucrar a miembros del público en la ejecución de investigación presenta retos éticos que requieren atención”.  En el manuscrito “A Cohort of Pirate Ships: Biomedical Citizen Scientists’ Attitudes Toward Ethical Oversight, las autoras Meredith Trejo, Isabel Canfield, Whitney Bash Brooks, Alex Pearlman y Christi Guerrini explican la intención de las instituciones académicas y científicas de establecer guías y regulaciones que permitan el ejercicio de la ciencia en una forma segura y efectiva. Agregan que los Institutos Nacionales de la Salud en Estados Unidos tienen el objetivo de investigar las implicaciones éticas, sociales y legales de la investigación independiente, y han realizado congresos con ese tema desde el 2015. Esfuerzos de esta naturaleza han contribuido al entendimiento de una perspectiva que favorezca la supervisión ética de actividades independiente de ciencia biomédica, por ejemplo. 

Si bien existe un debate entre quienes abogan por políticas de éticas más claras para la ciencia DIY y quienes piensan que reduciría su flexibilidad y capacidad de crear colaboración libre, entre más esta práctica siga incursionando e innovando, más necesario será tener esta conversación y establecer un diálogo entre los productores de ciencia de todos los niveles y las instituciones.
¿Habías oído hablar de la DIY science antes? ¿La has aplicado en tus clases? ¿Qué piensas de las implicaciones éticas del ejercicio de la ciencia fuera de las instituciones? Cuéntanos en los comentarios.

Tomado del Instituto para el Futuro de la Educación

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