lunes, 16 de junio de 2025

Modalidades y estrategias de tutoría y acompañamiento (C.EaD-42)

 Por Lorenzo García Aretio


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La tutoría en educación a distancia no es una actividad monolítica; por el contrario, puede desplegarse a través de diversas modalidades y con múltiples estrategias de acuerdo con las características del programa, del estudiantado y de los recursos tecnológicos disponibles. Tradicionalmente, en la EaD “clásica” (pensemos en la era de la correspondencia y luego de los cursos por radio o TV), la tutoría se realizaba mediante cartas, llamadas telefónicas o encuentros presenciales puntuales. En la actualidad, la amplia gama de herramientas digitales permite ofrecer tutoría de forma:

  • síncrona o asíncrona,
  • individual o grupal,
  • automatizada o personalizada por humanos, e incluso
  • combinar varios enfoques para potenciar el acompañamiento al estudiante.

Optimizar la tutoría implica elegir la modalidad adecuada para cada propósito y adoptar estrategias pedagógicas eficaces en cada canal. Entender las modalidades de tutoría implica examinar cómo se organiza el contacto tutor-estudiante:

  • ¿se da en tiempo real o diferido?,
  • ¿a través de qué canales (texto, voz, video)?,
  • ¿con qué frecuencia y en qué momentos del curso?

Por otra parte, las estrategias de acompañamiento se refieren a las tácticas pedagógicas y comunicativas que el tutor emplea para guiar, motivar y apoyar a los alumnos, desde técnicas proactivas de seguimiento hasta metodologías innovadoras como la tutoría entre pares o el uso de analíticas de aprendizaje para intervenir a tiempo.

En esta entrada abordaremos primero las principales modalidades de tutoría en EaD (síncrona, asíncrona, presencial complementaria, etc.), analizando sus ventajas, limitaciones y contextos de uso. Posteriormente, describiremos estrategias efectivas de acompañamiento, sustentadas tanto en la literatura como en la práctica, que permiten personalizar el apoyo al estudiante y fomentar su progreso autónomo.

Prestaremos especial atención a la incorporación de herramientas emergentes, como chatbots educativos y sistemas tutores inteligentes, y a cómo pueden integrarse en las estrategias sin reemplazar la imprescindible guía humana. Cerraremos, como siempre en esta serie, con preguntas para la reflexión institucional sobre la optimización de estos componentes de la tutoría.

MODALIDADES DE TUTORÍA

Una primera categorización distingue la tutoría síncrona (tutor y estudiante interactúan en tiempo real) de la asíncrona (la interacción ocurre con desfase temporal, cada uno participa en momentos distintos). Ambas modalidades tienen cabida en EaD y lo más frecuente es que se complementan entre sí:

Tutoría síncrona (en tiempo real):

Se realiza mediante herramientas como videoconferencias, clases virtuales en vivo, chats de mensajería instantánea o incluso llamadas telefónicas convencionales, así como en algunas instituciones o programa, sesiones presenciales puntuales. En esta modalidad, tutor y estudiante(s) coinciden temporalmente, lo que permite un intercambio inmediato de preguntas y respuestas, así como la posibilidad de matizar con la voz o el lenguaje corporal (si es videoconferencia) para mejorar la comprensión. Sus ventajas radican en la inmediatez y la sensación de cercanía.

El estudiante obtiene aclaraciones al instante y percibe un contacto humano más directo. Por ejemplo, una sesión síncrona por Zoom posibilita que el tutor explique un concepto difícil usando la voz y apoyo visual, mientras detecta por las expresiones o preguntas de los estudiantes si lo están entendiendo y ajusta la explicación sobre la marcha. También es propicia para tutorías grupales que simulan cierta dinámica de aula, los estudiantes pueden interactuar entre ellos en tiempo real, hacer preguntas espontáneas, etc.

Como limitaciones, la tutoría síncrona exige coordinar horarios (lo cual puede ser problemático con estudiantes distribuidos geográficamente o con trabajos) y depende fuertemente de la conectividad y equipamiento en el momento (una mala conexión puede frustrar la experiencia). Por eso, suele recomendarse usarla estratégicamente, en momentos clave del curso o para atender asuntos complejos que requieren diálogo fluido.

Tutoría asíncrónica:

Se efectúa mediante foros de discusión, mensajería interna de la plataforma, correo electrónico u otras herramientas donde las respuestas pueden llegar con horas o días de diferencia. Es la modalidad predominante en muchas experiencias de EaD, dado que ofrece flexibilidad total de tiempo, tanto el estudiante como el tutor pueden participar cuando su agenda se lo permite. La tutoría asíncrona es especialmente efectiva para el seguimiento continuo, el tutor puede establecer, por ejemplo, una rutina de revisar diariamente las participaciones en foros y responder a las dudas planteadas, de modo que el estudiante siempre reciba atención en un plazo razonable aunque no inmediata.

Entre sus ventajas, además de la flexibilidad, está que deja registro escrito de todas las interacciones (útil para revisitar explicaciones o para que otros estudiantes con la misma duda aprovechen la respuesta). También fomenta la reflexión, al no tener que responder al momento, tanto tutor como estudiante pueden reflexionar más sus intervenciones, lo cual puede enriquecer la calidad de las preguntas y respuestas. Como contrapartidacarece de la inmediatez y puede sentirse impersonal si no se maneja bien; el estudiante debe esperar la respuesta y puede percibir lejanía si el tutor demora demasiado. Requiere, por tanto, que el tutor sea diligente en la frecuencia de sus respuestas y cálido en el tono escrito para mantener la motivación.

Tutoría presencial:

En algunos programas a distancia se ofrecen encuentros presenciales (por ejemplo, talleres o tutorías en centros locales con una determinada frecuencia). Esta modalidad híbrida permite un contacto cara a cara que refuerza el vínculo y puede aprovecharse para actividades prácticas, evaluaciones orales o resolución intensiva de dudas. Evidentemente no siempre es factible (depende de la dispersión geográfica de los alumnos y de la existencia de sedes regionales), pero cuando se implementa, suele mejorar la interacción y confianza mutua.

Con la generalización de la EaD en línea, muchas instituciones han reducido la presencialidad casi a cero; sin embargo, algunas la mantienen, incluso, de forma sistemática, más allá de los exámenes presenciales, eventos voluntarios, seminarios, etc., que se pudieran programar.

Tutoría automatizada o mediada por sistemas inteligentes:

Una modalidad emergente es la tutoría apoyada en inteligencia artificial. Por ejemplo, hay plataformas que incluyen chatbots que responden instantáneamente preguntas frecuentes de los estudiantes (sobre fechas, normativas, ubicación de recursos, etc.), o sistemas tutores inteligentes (STI), por ahora en áreas específicas (matemática, programación), que guían al alumno en la resolución de ejercicios brindando pistas y retroalimentación automática adaptativa. Estos sistemas operan 24/7 y pueden aliviar carga al tutor humano al encargarse de consultas repetitivas o de práctica rutinaria.

Sin embargo, en el momento actual su alcance es limitado a ciertos tópicos estructurados, y no reemplazan la guía humana. Más bien se integran como un recurso adicional, el tutor humano sigue monitoreando y puede intervenir cuando detecta que el alumno necesita un apoyo más personalizado que la IA no puede brindar (Essel et al., 2022). Por tanto, podemos hablar de tutoría mixta, combinación de interacciones con tutores humanos y asistentes virtuales.

Cabe señalar que la elección de modalidades depende del contexto. En programas con estudiantes adultos que trabajan, la asincronía suele ser base, complementada con síncrona optativa. En cambio, en programas con jóvenes a tiempo completo, se puede estructurar más sesiones síncronas obligatorias o, incluso, presenciales. Lo fundamental es alinear la modalidad con las necesidades, por ejemplo, ofrecer una sesión síncrona previa a exámenes para repasar en vivo dudas difíciles (aprovechando la inmediatez), pero mantener foros asíncronos activos durante todo el curso para soporte continuo.

ESTRATEGIAS DE ACOMPAÑAMIENTO TUTORIAL.

Más allá del canal utilizado, la eficacia de la tutoría radica en las estrategias que emplee el tutor para acompañar al estudiante de manera proactiva y personalizada:

Seguimiento proactivo y alertas tempranas:

Un tutor efectivo no espera pasivamente a que el estudiante pida ayuda, sino que monitorea su progreso y actúa preventivamente. Por ejemplo:

  • revisa quiénes no han entrado a la plataforma en determinados días y les envía un mensaje para reengancharlos;
  • identifica a quienes no entregaron una actividad y les pregunta si necesitan apoyo;
  • analiza las calificaciones iniciales y contacta al que salió bajo para ofrecerle refuerzo.

Muchas plataformas ofrecen analíticas de aprendizaje que señalan patrones de comportamiento (estudiantes inactivos, baja participación, etc.). El tutor puede usar estos datos para focalizar su intervención. La idea es detectar tempranamente señales de riesgo (desconexión, desánimo, dificultad) y acercarse al estudiante antes de que éste se atrase demasiado o piense en abandonar. Esta estrategia exige organización y quizá apoyarse en herramientas (hojas de cálculo de seguimiento, reportes automáticos), pero es una de las más valoradas por el alumnado, pues demuestra que “le importan” al tutor.

Canales de comunicación múltiple:

Asegurar que el estudiante tenga varios medios para comunicarse con el tutor aumenta las posibilidades de interacción. Por ejemplo, además del foro público del curso, el tutor puede ofrecer horarios de chat o videollamada individuales previa cita, o habilitar la mensajería privada para consultas personales.

Algunos programas incluso utilizan WhatsApp u otras apps, con cautela, para comunicaciones rápidas (si la política institucional lo permite). La estrategia aquí es estar disponible en diferentes canales, manteniendo protocolos (por ejemplo, que WhatsApp sea solo para mensajes breves informativos, y las dudas académicas se traten en el foro para que todos se beneficien). Al proveer distintos canales, se acomoda también a las preferencias de los estudiantes: hay quienes se animan más a preguntar por escrito, otros valoran la voz, etc.

Retroalimentación enriquecedora:

Cada interacción del tutor con el trabajo del estudiante es una oportunidad de enseñanza. Una estrategia fundamental es brindar retroalimentación de alta calidad en las tareas y evaluaciones, comentarios detallados, indicando tanto lo positivo como lo mejorable, y proporcionando orientaciones para avanzar.

Por ejemplo, en lugar de decir “Trabajo incompleto”, detallar qué faltó y cómo podría el estudiante hacerlo mejor la próxima vez, quizá remitiéndolo a un material o dándole un consejo puntual. Igualmente, cuando un estudiante hace una buena aportación en un foro, el tutor puede resaltarla y conectarla con el contenido del curso, para reforzar el aprendizaje de todos. Esta retroalimentación personalizada mantiene al estudiante comprometido y le demuestra que su esfuerzo es visto y guiado.

Tutoría entre pares y comunidades de apoyo:

Una estrategia interesante es fomentar la tutoría entre estudiantes. Por ejemplo, emparejar o agrupar alumnos para que se apoyen mutuamente en ciertas tareas, asignando roles rotativos de “tutor del día” en el foro (un estudiante se encarga de responder primero las dudas de otros, bajo supervisión), o creando foros donde estudiantes avanzados de cohortes anteriores resuelven dudas de nuevos (mentoría).

Estas prácticas desarrollan la autonomía y crean una cultura colaborativa. El tutor oficial debe diseñarlas y moderarlas, pero paulatinamente puede delegar cierto protagonismo a los propios estudiantes para que ejerciten habilidades de apoyo. Este enfoque tiene sustento en teorías socioculturales de que aprender enseñando refuerza el conocimiento, y ayuda al tutor humano a no ser el único punto de soporte. No obstante, requiere supervisión para asegurar calidad en las respuestas entre pares.

Personalización y flexibilidad:

Otra estrategia clave es mostrar flexibilidad ante situaciones individuales, personalizando el apoyo. Por ejemplo, si un estudiante por motivos laborales no puede asistir a una sesión síncrona, proporcionar un resumen o grabación y luego ofrecerle resolver dudas por otro medio. O si alguien manifiesta dificultades de base (p. ej., mala redacción, poca experiencia informática), dedicarle un tiempo extra al inicio para orientarle a recursos de nivelación.

Esta personalización, aunque demandante, es la esencia de la tutoría, tratar de adaptar la experiencia a cada quien en lo posible. Implica también adaptar la comunicación, con algunos estudiantes el tutor hallará que funcionan mejor los mensajes muy estructurados, con otros un estilo más coloquial resulta motivador, etc. Identificar esas diferencias y actuar en consecuencia es parte del know-how tutorial.

Uso adecuado de asistentes virtuales:

En la era actual, una estrategia emergente, como decíamos, es integrar asistentes virtuales (como chatbots o FAQs inteligentes) en la tutoría. Por ejemplo, un bot que responda inmediatamente preguntas frecuentes del syllabus puede liberar tiempo del tutor para enfocarlo en dudas más complejas. La estrategia óptima es entrenar al chatbot con las consultas más comunes e irlo mejorando con las nuevas preguntas que surjan, siempre con supervisión del tutor humano. Asimismo, se pueden usar quizzes autocalificables como tutores automatizados para práctica intensiva.

La clave es que el tutor humano siga orquestando el proceso: recomendando al estudiante usar tal o cual herramienta cuando corresponda, y monitoreando los reportes que estas generan (por ejemplo, un chatbot puede entregar al tutor un resumen semanal de preguntas que recibió, para que el tutor detecte temas confusos). Lejos de ser competencia, la IA bien empleada puede ser aliada del tutor, permitiéndole ser más eficiente y centrar su energía en lo que realmente requiere intervención humana.

En conjunto, la tutoría efectiva en EaD suele combinar modalidades. Por ejemplo, tutoría principalmente asíncrona, reforzada con alguna sesión síncrona antes de los exámenes; y estrategias variadas: seguimiento proactivo + foros bien moderados + feedback rico + apoyo emocional constante.

No existe una fórmula única, pues depende del contexto disciplinar y de los estudiantes. Un curso de matemáticas tal vez requiera muchos ejercicios con tutoría adaptativa (STI) y sesiones síncronas para resolución de problemas en vivo, mientras un curso de literatura se apoye más en foros asíncronos reflexivos moderados por el tutor y tutoría entre pares en análisis de textos.

Lo importante es que la institución capacite a sus tutores en este repertorio de estrategias y modalidades, y les brinde propuestas claras. Adicionalmente, debe dimensionar correctamente la carga de estudiantes por tutor y la dedicación horaria de éste, de modo que los tutores puedan realmente aplicar estas estrategias sin sobrecarga. Por último, conviene evaluar periódicamente qué funciona mejor: por ejemplo, probar una nueva herramienta de chatbot y recabar feedback de estudiantes y tutores sobre su impacto, para decidir si extender su uso.

CONCLUSIÓN

La acción tutorial en la educación a distancia debe responder a una lógica de flexibilidad y contextualización. No existe un único modelo eficaz, sino una variedad de estrategias que deben adaptarse a los perfiles de los estudiantes, a las características del curso, y al modelo pedagógico institucional. Las modalidades de tutoría —presenciales, virtuales, síncronas, asíncronas, individuales o grupales, automatizadas— pueden combinarse de forma inteligente para ofrecer un acompañamiento pertinente y eficiente, siempre centrado en las necesidades del alumnado.

Una tutoría efectiva se basa en la planificación de sus momentos, contenidos y medios, evitando la improvisación o la sobrecarga. Incluir tutorías orientadas a lo académico, pero también a lo organizativo, motivacional y vocacional, permite atender de forma integral al estudiante. La tutoría es también un espacio clave para:

  • detectar dificultades,
  • anticipar riesgos de abandono,
  • fomentar la autorregulación del aprendizaje, y
  • construir sentido de pertenencia.

En la actualidad, las herramientas digitales amplían las posibilidades de tutoría con recursos como los foros, las videoconferencias, los sistemas de mensajería interna o las plataformas adaptativas. La incorporación de la inteligencia artificial puede potenciar el acompañamiento, mediante sistemas que alertan de inactividad o dificultades, pero no debe suplantar la interacción humana que define a la buena tutoría. Lo deseable es una articulación inteligente entre medios humanos y tecnológicos.

Las estrategias de tutoría deben enmarcarse en un sistema institucional coherente, con formación adecuada para los tutores, mecanismos de evaluación de su desempeño, y articulación efectiva con docentes, coordinadores y servicios de apoyo. Solo así se logra una tutoría funcional, visible, proactiva y profesionalizada, capaz de contribuir decisivamente al éxito del estudiante en la EaD.

CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DEBATE

  • ¿Qué combinación de modalidades de tutoría estamos ofreciendo actualmente (síncrona/asíncrona)? ¿Corresponde con las preferencias y necesidades manifestadas por nuestros estudiantes? Sería útil encuestarlos para descubrir si, por ejemplo, valoran más tener una tutoría en vivo al mes o respuestas más rápidas en foros diarios.
  • En términos de estrategias, ¿estamos aprovechando las posibilidades de las nuevas tecnologías sin perder el toque humano? ¿Hemos considerado implementar un chatbot o un sistema de alerta temprana, y contamos con la capacitación de los tutores para integrarlos sin que se sientan desplazados? ¿Cómo podríamos medir la efectividad de tales herramientas antes de adoptarlas masivamente?

FUENTES

  • Essel, H. B., Vlachopoulos, D., Tachie-Menson, A., & Johnson, E. E. (2022). The impact of a virtual teaching assistant (chatbot) on students’ learning in Ghanaian higher education. International Journal of Educational Technology in Higher Education, 19(57).
  • García Aretio, L. (1987). Un modelo de acción tutorial presencial. A Distancia, núm. 3-1987, 2,5 pp.
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  • García Aretio (2020). Temas actuales en la función tutorial a distancia (conversatorio UNED Costa Rica). Contextos universitarios mediados.
  • García Aretio (2020). La tutoría en educación a distancia digital: sostén y facilitación de aprendizajes flexibles e híbridos. Contextos universitarios mediados.
  • García Aretio (2021). Estrategias para el acompañamiento docente en la Educación Virtual. Contextos universitarios mediados
  • García Aretio (2022). Tutoría y aprendizajes híbridos e integrados en educación a distancia. Contextos universitarios mediados.
OpenEdition le sugiere que cite este post de la siguiente manera:
García Aretio (29 de mayo de 2025). Modalidades y estrategias de tutoría y acompañamiento (C.EaD-42). Contextos universitarios mediados. Recuperado 15 de junio de 2025 de https://doi.org/10.58079/1413p

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