Nueva Facultad de Ciencias de la Educación en la Universidad de Sevilla
El conocimiento es hoy reconocido como un mecanismo crucial de estructuración social y de dinamización de las sociedades, un factor que está transformando incluso los mecanismos clásicos de la economía, el trabajo o la dinámica cultural. Autores como Daniel Bell, Nico Stehr o Manuel Castells, así lo vienen afirmando hace tiempo. Con este marco referencial el papel de la educación en el desarrollo de las sociedades deviene en una cuestión clave, y por tanto la formación inicial de los docentes de una manera especial.
Las autoridades educativas suelen priorizar en sus políticas aspectos como la financiación de recursos y la actualización del profesorado en plantilla, pero estas vertientes, sin duda necesarias, deben ser convergentes con una actuación que reconozca la formación básica de los docentes de todos los niveles educativos como la clave que debe permitir el cambio hacia un nuevo modelo formativo. El actual caracterizado por su rigidez y vinculado a una sociedad que ya no es la de hoy, no da respuesta a muchas demandas: la integración de los contenidos, la inteligencia emocional, la capacidad para resolver problemas, el dominio de idiomas, la capacidad para empatizar con los demás, la construcción de la autoestima, aprender a servirse de las tecnologías. Estas son, entre otras, las referencias que deben generalizarse en el sistema que forme a las generaciones actuales y futuras. Y para llevar a cabo estos cambios el papel de las nuevas promociones de docentes se antoja imprescindible. Su rol en la difusión del conocimiento en la sociedad actual es trascendental.
En España la nueva Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, aprobada por el Congreso de los Diputados el pasado 12 de mayo de 2011, en su artículo 38 se recoge que "es obligación de las administraciones públicas promover no sólo la investigación científica, sino también la cultura científica, es decir, la difusión de la ciencia entre los ciudadanos". Hablamos por tanto, de un aspecto clave para la sociedad del conocimiento, que como afirma el profesor Miguel Angel Quintanilla, en su objetivo final persigue "la apropiación de la ciencia por parte de los ciudadanos".
Juan de Pablos Pons
Decano de la Facultad de Ciencias de la Educación
Universidad de Sevilla
Decano de la Facultad de Ciencias de la Educación
Universidad de Sevilla
1 comentario:
Hola Profesor y amigos/as cuelisteros/as. Ciertamente el tema de la "Formación Inicial de los Docentes", ´pica y se extiende', por diversas razones, y más aún cuando esta formación está focalizada hacia las TIC. Expresiones como ´formar para una sociedad desaparecida´, ´no he terminado de hacer las preguntas y ya cambiaron las respuestas´, entre otras, es una evidencia que la Formación Inicial del Docente debe ser revisada a la luz de estos cambios estructurales que experimenta la sociedad en general, y la educación en particular. La pregunta para reflexionar es ¿Hasta dónde el Docente con equis cantidad de años de servicio, se puede comprometer para llevar a cabo estos cambios? y el que ingresa al campo educativo cómo se ve?, ¿hasta dónde puedo darme y entregarme?
Saludos desde Venezuela - Adrián Rodríguez - Universidad Nacional Abierta
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