viernes, 7 de marzo de 2025

80 años. Compendio EaD (10). Características de una educación a distancia de hoy

Por Lorenzo García Aretio

Fiel al compromiso de publicar una entrada de esta serie cada lunes y cada jueves, hoy vamos a por la décima. Tras desbrozar los elementos de la Teoría del Diálogo Didáctico Mediado en la EaD en la entrada del pasado jueves, hoy damos otro paso más. Va sobre las características más destacadas de esta modalidad. Y siempre, tratando de actualizar al momento actual mi producción de las últimas más de cuatro décadas, preocupado y ocupado por los sistemas educativos a distancias : libros, artículos, conferencias, entrevistas, vídeos…, además de la práctica docente en la modalidad. ¿Son obsoletas actualmente todas aquellas características que esbozábamos en los años 80 del pasado siglo?

Lo que creemos que nadie duda es que la educación a distancia se ha convertido en un referente para responder a las necesidades formativas de un mundo cada vez más diverso, móvil y tecnológicamente conectado. A lo largo de su historia, esta modalidad ha oscilado entre la mera provisión de materiales por correspondencia y la sofisticada interacción virtual de nuestros días. Pues bien, bajo esta evolución, estudiosos y teóricos de la modalidad han coincidido en destacar una serie de características que la distinguen de la enseñanza presencial (García Aretio, 1986, 1987, 1992, 1994, 2001), aunque reconociendo últimamente que, en la práctica, las fronteras entre ambos sistemas se van desdibujando progresivamente.

Vamos a ello, ¿siguen siendo válidas, en los años 20 de este siglo XXI, en la era digital, las características de la EaD que se han venido señalando como definidoras, diferenciales y esenciales de esta modalidad a lo largo de tantas décadas? Pues, precisamente, como decíamos, es lo que se pretende en esta entrada, integrar y actualizar los principales rasgos que, de forma reiterada, han venido señalándose como definitorios de la EaD, y se pone el acento, precisamente en eso, en cómo estas características siguen siendo pertinentes, unas con más fuerza y claridad que otras, en un escenario educativo cada vez más global, conectado y flexible. Podrá observarse que estas características están o pueden estar presentes en nuestra Teoría del Diálogo Didáctico Mediado (TDDM), ya vista en entrada anterior. Vamos a ello.

Características reiteradas de la EaD

SEPARACIÓN PROFESOR-ALUMNO

La característica más reconocida de la EaD es la separación física entre quien enseña y quien aprende. Durante largo tiempo, la ausencia de un aula común se consideró el rasgo diferencial  de esta modalidad (primigenia enseñanza por correspondencia), en contraste con la enseñanza presencial. Esta lejanía alude tanto a la dimensión espacial (profesor y alumno se hallan en lugares distintos) como, en muchos casos, a la dimensión temporal (las interacciones no siempre ocurren de manera simultánea, especialmente en épocas anteriores). Pero, de acuerdo con nuestra Teoría del Diálogo Didáctico Mediado (TDDM), diríamos que no por existir separación cesa el diálogo.

  • Separación y mediación
    Aunque en los sistemas presenciales también se producen aprendizajes fuera del aula, en la EaD este alejamiento es estructural, lo que obliga a la planificación de canales y recursos específicos que reemplacen, en gran medida, el trato cara a cara. La comunicación puede ser asíncrona (mensajería, foros, materiales impresos) o síncrona (chat, videoconferencias, llamadas telefónicas), pero siempre apoyada en algún tipo de mediación.
  • Gradual aproximación
    Aun con la distancia espacial, las tecnologías actuales (videoconferencias, aulas virtuales) permiten generar sentimientos de pertenencia, cercanía, interacción inmediata y socialización, matizando la aparente lejanía. Sin embargo, el rasgo permanece: la enseñanza no se sustenta en la convivencia física y continua del profesor con un grupo de alumnos en un mismo espacio.

USO DE MEDIOS TÉCNICOS

Vinculado directamente con la separación física surge el segundo gran rasgo: la necesidad de medios técnicos para la transmisión y el intercambio de información. En la enseñanza presencial, la comunicación primaria es oral y se produce de forma inmediata en el aula, aunque puedan utilizarse ocasionalmente, no necesariamente, medios técnicos como complemento. Por el contrario, en la EaD el diálogo, necesariamente, se materializa a través de soportes y canales que pueden abarcar desde los clásicos materiales impresos y el correo postal hasta los actuales entornos virtuales y herramientas multimedia. Es decir, Diálogo mediado.

  • Enfoque multimedia
    La EaD, especialmente desde el último tercio del siglo XX, operaba como un sistema multimedia, combinando diferentes formatos (texto, audio, vídeo, elementos interactivos) para facilitar el aprendizaje. El objetivo era suplir, o incluso mejorar,  la explicación del docente y la interacción con el alumno, de modo que éste accediese a recursos de calidad y pudiese avanzar autónomamente.
  • Actualidad tecnológica
    Hoy, la comunicación ya no depende únicamente de los libros y el intercambio por correspondencia. Plataformas de gestión del aprendizaje, videoconferencias y aplicaciones de mensajería permiten interacciones en tiempo real, lo que enriquece el proceso y acerca la experiencia a la del aula presencial. A ello agregamos hoy los que hemos denominado como diálogos automatizados, a través de algoritmos de inteligencia artificial. Pese a estos progresos, el uso de la tecnología no es un fin en sí mismo, sino un medio para sostener la enseñanza y la relación pedagógica a distancia.

ORGANIZACIÓN DE APOYO (TUTORÍA)

Aunque la enseñanza a distancia se apoya fuertemente en la autonomía del estudiante, no implica, ni mucho menos, un aprendizaje en solitario. Desde sus orígenes, la EaD ha buscado ofrecer soportes institucionales que intencionalmente orienten, guíen y acompañen al discente a lo largo del proceso formativo. Aquí está la intencionalidad, Diálogo Didáctico.

  • Institución como docente colectivo
    En los sistemas presenciales, el docente es, en gran medida, el responsable directo y diario de la enseñanza. En la EaD, en cambio, suele existir un equipo multidisciplinar (diseñadores instruccionales, tutores, autores de materiales, técnicos…) que asume colectivamente la función de “enseñar”. Esto se plasma en servicios de diseño, producción y publicación de materiales y recursos, sistemas de docencia/tutoría (individual o grupal), asesoría técnica, seguimiento administrativo y actividades presenciales o virtuales de evaluación.
  • Tutoría y retroalimentación
    El tutor, en efecto, se convierte en la “cara humana” que apoya al estudiante, resolviendo dudas, motivándolo, facilitando y orientando su progreso. Este acompañamiento ha ido transformándose con el auge de la red, pues hoy el tutor puede moderar foros, proponer debates sincrónicos o asíncronos, diseñar actividades colaborativas y brindar realimentación casi inmediata.

APRENDIZAJE INDEPENDIENTE Y FLEXIBLE

Uno de los valores más celebrados de la EaD es su flexibilidad, que se traduce en permitir al estudiante acomodar los estudios a su disponibilidad de tiempo,  espacio, su ritmo de aprendizaje y sus circunstancias personales o profesionales. Mientras que la formación presencial suele exigir asistencia y horarios fijos, la EaD propone un aprendizaje desanclado de la ubicación geográfica y, según instituciones y en gran medida, del calendario académico estricto. Independencia favorecida por la mediación, en tiempo y espacio diferente.

  • Autonomía del discente
    La consecuencia inmediata de esta flexibilidad es el aumento de la responsabilidad, autodisciplina y  toma de decisiones por parte del estudiante, quien puede escoger cuándo y cómo estudiar los contenidos. Esta autonomía fomenta destrezas de autoorganización y gestión del tiempo, pero también requiere motivación y disciplina. Y, sin duda, esta autonomía potencia la actividad frente a la pasividad del estudiante que pueden manifestar algunos formatos presenciales.
  • Equilibrio con el control institucional
    La institución (o el equipo docente) no abandona al alumno en su independencia. Existen mecanismos de seguimiento, evaluación y realimentación que garantizan la calidad y certifican los resultados. Así, la autonomía y el control no se consideran opuestos, sino dimensiones complementarias que pueden equilibrarse si se aplican con sensatez.

COMUNICACIÓN BIDIRECCIONAL O MULTIDIRECCIONAL

La educación a distancia no puede basarse únicamente en la recepción pasiva de contenidos. Para que sea un verdadero proceso educativo, se requiere interacción: respuestas del estudiante, feedback del docente/tutor y, cada vez con más fuerza, la posibilidad de que los estudiantes se comuniquen entre sí. Por ello, la comunicación bidireccional (docente-estudiante) y multidireccional (estudiante-estudiante, profesor-profesor) es esencial. Diálogo, en definitiva.

  • Del diálogo simulado al diálogo real
    Los materiales de EaD suelen diseñarse con un estilo conversacional, a veces denominado “diálogo simulado”, anticipando preguntas y respuestas. Pero además, hay un diálogo real, tanto síncrono como asíncrono, a través de mensajes, correo, teléfono, foros, chats, videollamadas o tutorías presenciales opcionales. El aprendizaje deja de ser un monólogo, permitiendo al discente aclarar dudas, proponer inquietudes o construir el saber de forma compartida.
  • Riqueza de la interacción
    Con las tecnologías colaborativas, la EaD ha consolidado la posibilidad de un aprendizaje social y colaborativo, en el que el alumno puede debatir, resolver problemas en grupo, llevar a cabo proyectos compartidos y recibir retroalimentación de múltiples agentes, ampliando así la experiencia formativa más allá del binomio docente-discente y todo ello, tanto en tiempo real como en diferido.

ENFOQUE TECNOLÓGICO. PLANIFICACIÓN 

La EaD es, en su esencia, tecnológica, no porque dependa siempre de artilugios de última generación, sino porque involucra un diseño planificado que integra recursos y canales de comunicación de manera sistémica. El sentido original de tecnología  se basaba en la prueba y error, la observación y la transmisión de conocimientos empíricosposteriormente cuando se habla de tecnología o de tecnólogos nos podíamos referir a un saber-hacer científico y planificado. Este sentido último es el que deseamos asignar a los requerimientos de la buena EaD, que no puede basarse en la improvisación constante. Las propuestas didácticas han de ser planificadas, diálogo didáctico.

  • Planificación sistémica
    La distancia entre el docente y el alumno impone un diseño previo cuidadoso de los materiales, las tutorías, los mecanismos de evaluación y la distribución de tareas. Este plan, a su vez, se sujeta a criterios científicos y pedagógicos, entendiendo la tecnología como algo que excede lo meramente instrumental.
  • Optimización de procesos
    La imposibilidad de modificar rápida y espontáneamente un curso, como ocurriría en la presencialidad (donde el profesor ajusta su discurso al ver la reacción de los alumnos), requiere un grado mayor de precisión en la elaboración y actualización de los recursos, así como en la gestión de la comunicación. De ahí que la EaD se conceptualice, en ocasiones, como un sistema que debe funcionar con alta coherencia interna.

POSIBILIDAD DE ATENCIÓN MASIVA

Gran parte de la popularidad de la educación a distancia se debió a su capacidad de llegar a grandes números de estudiantes dispersos geográficamente. Especialmente en los modelos más industrializados y hoy en las propuestas masivas abiertas (MOOC), la EaD puede abarcar miles, o incluso centenares de miles, de participantes al mismo tiempo, optimizando costes por alumno y ampliando el acceso. Atender a masas lo hacen posible los medios.

  • Ventaja y reto
    La comunicación masiva posibilita la democratización de la educación y reduce barreras económicas y geográficas. Sin embargo, si no va acompañada de estrategias adecuadas de tutoría y personalización, puede desvirtuar el proceso formativo, volviéndolo demasiado general o impersonal.
  • De la masividad a la personalización
    Uno de los desafíos contemporáneos es combinar la escala masiva con la atención individual (analítica de datos, tutorías, foros temáticos, etc.), buscando que cada alumno reciba un seguimiento lo más ajustado posible a su progreso y necesidades, sin perder la economía de recursos y la amplitud de cobertura.

PROCEDIMIENTOS INDUSTRIALES

La noción de “industrialización” (Peters) aplicada a la EaD se refiere a la manera de racionalizar y organizar los procesos de diseño, producción de materiales y administración de programas. Bajo este enfoque, la educación a distancia se asemeja a una industria que, tras una alta inversión inicial, produce a escala y logra llegar a grandes colectivos de forma eficiente.

  • Principios de división del trabajo
    Un curso a distancia complejo requeriría diferentes especialistas (diseñadores pedagógicos, expertos en contenidos, guionistas, tutores, técnicos…) que cooperan para crear y distribuir los materiales, así como para sostener la interacción con el alumnado. Esta estrategia de trabajo por roles y la mecanización de ciertas fases del proceso (producción de guías, distribución de materiales, evaluación) recuerdan los planteamientos de una cadena de producción.
  • Relatividad de la industrialización
    No todos los sistemas de EaD se dirigen a masas. Existen proyectos pequeños y muy personalizados que no requieren el mismo nivel de industrialización. Sin embargo, incluso en iniciativas de menor escala, la planificación sistémica y la búsqueda de economía de recursos suelen manifestarse, marcando una diferencia con la enseñanza presencial tradicional, a menudo basada en la improvisación y la inmediatez del profesor.

Hasta aquí, podríamos decir que hemos enumerado las que vinieron siendo desde hace décadas características esenciales y delimitadoras del concepto de educación a distancia. Hemos tratado de justificar que esas características continúan vigentes en un mundo globalizado y digital. Sin embargo, permitan que ahora agregue, más que una característica, una inmensa posibilidad, un potente detonante para la expansión y mejora de estos sistemas no presenciales, la referida a los aprendizajes adaptativos y personalizados.

ADAPTACIÓN CONTINUA Y PERSONALIZACIÓN

Aunque en otras características apuntadas ya hicimos mención, pensamos que a esos rasgos clásicos, aunque actualizados, enumerados hasta aquí, en la EaD contemporánea, el avance de la analítica de datos y la inteligencia artificial ha abierto la puerta a una adaptación constante de los itinerarios o rutas de aprendizaje. Y por eso, no podemos obviar esta realidad como para no agregarla a esta serie de rasgos de la modalidad, aunque sea como posibilidad extraordinaria, como valor agregado.

Gracias a la recogida y el procesamiento en tiempo real de la actividad de los estudiantes —su progreso, las dificultades detectadas o sus preferencias de estudio— es posible ajustar automáticamente los contenidos, las actividades y el ritmo de cada discente. Esta capacidad de personalización mejora la eficacia de la educación a distancia y refuerza la motivación, al proponer recursos más adecuados a las necesidades individuales y favorecer la realimentación inmediata o casi inmediata.

    • Analítica de aprendizaje: El uso de herramientas de seguimiento, cuadros de mando y algoritmos de IA facilita la interpretación de grandes volúmenes de datos para comprender mejor el comportamiento de los estudiantes en entornos virtuales. A partir de estos análisis, se pueden generar alertas tempranas (por ejemplo, de abandono), sugerir intervenciones oportunas o proponer itinerarios formativos alternativos.
    • Personalización adaptativa: Además de identificar las necesidades de los estudiantes, las plataformas más avanzadas ofrecen recomendaciones automatizadas de materiales, proponen evaluaciones personalizadas o ajustan el grado de dificultad de las actividades de acuerdo con los objetivos, el desempeño y  capacidad de cada persona. Todo ello sin desatender el papel clave de la tutoría y el diseño educativo, que siguen siendo imprescindibles para orientar, acompañar y dar sentido pedagógico a los datos suministrados por los algoritmos.

REFLEXIÓN FINAL

Las características descritas continúan representando el corazón de la EaD, ajustándose a las transformaciones tecnológicas y teóricas sin perder la esencia de una modalidad destinada a flexibilizar y democratizar la formación. A la separación física, el uso de medios, la tutoría, la flexibilidad, la comunicación multidireccional, la planificación tecnológica y la posibilidad de atención masiva, se ha sumado hoy la capacidad de análisis y personalización algorítmica.

Con esas nuevas herramientas de adaptación continua, la EaD profundiza en el ideal de un aprendizaje cada vez más inclusivo y ajustado a las realidades de cada estudiante.

También podríamos agregar otras herramientas que agrandan las posibilidades de la modalidad: las simulaciones, la realidad virtual, aumentada y mixta, para aprendizajes inmersivos, etc., que, junto a las anteriores, lejos de sustituir la dimensión humana, ofrecen nuevas vías para mejorar la interacción y la eficacia pedagógica, confirmando que la esencia del diálogo didáctico mediado puede enriquecerse aún más en esta etapa marcada por la innovación permanente.

Podría objetarse que algunos las características enumeradas también están presentes en la enseñanza presencial. Es cierto. Sin embargo, en la EaD asumen un carácter esencial, necesario, a veces, o estructural, pues el diseño mismo de la formación se basa en suplir, y a menudo superar, la ausencia de contacto sistemático, continuado y directo entre docentes y estudiantes. De ahí que no se trate sólo de “añadir” recursos tecnológicos a la pedagogía tradicional, sino de concebir un sistema educativo que, desde su origen, prevé la separación física y la mediación múltiple de soportes.

Por otra parte, los últimos lustros han mostrado cómo la brecha entre la EaD y la educación presencial se acorta: métodos semipresenciales (b-learning, hibridación), cursos masivos abiertos (MOOC), entornos virtuales de colaboración y la creciente digitalización en la propia enseñanza presencial evidencian una convergencia. Sin embargo, la EaD conserva su identidad al mantener estos rasgos definidos y la intención clara de facilitar la formación a personas que, por diversas razones (geográficas, laborales, personales), no pueden o no desean participar de la rutina y los horarios fijos de la educación convencional.

En definitiva, la educación a distancia extiende su vocación de acercar la formación a quienes, por cualquier circunstancia, no pueden o no desean acogerse a la presencialidad, reafirmando así su identidad y su vigencia en un mundo que exige respuestas flexibles, actualizadas y de calidad. De estas características parte la definición que abordaremos en la próxima entrada. ¡Nos leemos pronto!

CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DEBATE

  • ¿Siguen siendo válidas y esenciales las características históricamente definitorias de la educación a distancia en el contexto digital del siglo XXI? ¿Qué cambios o adaptaciones crees que deberían integrarse para responder a las necesidades de un mundo educativo cada vez más globalizado e interconectado?
  • ¿Cómo pueden equilibrarse la capacidad masiva de la educación a distancia con la necesidad de atención personalizada, especialmente en los cursos masivos abiertos (MOOC) y otros entornos digitales?

FUENTES

  • García Aretio, L. (1986). Educación superior a distancia. Análisis de su eficacia. UNED.
  • García Aretio, L. (1987). Hacia una definición de educación a distancia. Boletín Informativo de la Asociación Iberoamericana de Educación Superior a Distancia, núm. 18,
  • García Aretio, L. (1987). La educación superior a distancia. En VV.AA. Teoría de la Educación. Temas actuales. UNED.
  • García Aretio, L. (1987). Para uma definiçao de educaçao à distância. Tecnologia educacional. Associaçao Brasileira de Tecnologia Educacional, nº 78/79.
  • García Aretio, L. (1991). Un concepto integrador de enseñanza a distancia. Radio y educación de adultos. Núm. 17,
  • García Aretio, L. (1992). Educación a distancia y desarrollo. Radio y Educación de Adultos. Núm. 20.
  • García Aretio, L. (1992). Le caratteristiche specifiche dell’insegnamento a distanza. Istruzione a distanza. Núm. 6.
  • García Aretio, L. (1994). Educación a distancia. Bases conceptuales. En Educación a distancia hoy. UNED.
  • García Aretio, L. (1997). Las bases de la formación a distancia. En García Aretio, L. y Amador, L. La formación a distancia en el mundo laboral. IAAP.
  • García Aretio, L. (1999). Fundamentos y componentes de la educación a distancia. Revista Iberoamericana de Educación a Distancia (RIED)2(2).
  • García Aretio, L. (2001).Bases conceptuales. En La educación a distancia. De la teoría a la práctica. Ariel.
  • García Aretio, L. (2009). Educación a distancia hoy. En Ministerio de Defensa, Educación de personas adultas en las Fuerzas Armadas. Ministerio de Defensa.
  • García Aretio, L. (2014). La educación a distancia. Conceptos básicos. En Bases, mediaciones y futuro de la EaD en la sociedad digital. Síntesis.

OpenEdition le sugiere que cite este post de la siguiente manera:
García Aretio (10 de febrero de 2025). 80 años. Compendio EaD (10). Características de una educación a distancia de hoy. Contextos universitarios mediados. Recuperado 5 de marzo de 2025 de https://doi.org/10.58079/13adi

 

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