Por Antonio Delgado
Uno de los informes de mayor prestigio a nivel global es el Horizon Report de EDUCAUSE:
En términos generales, el HRE es una publicación anual que describe e identifica las tendencias tecnológicas emergentes que pronostican diversos niveles de impacto en la Educación Superior durante los próximos cinco años. El informe es un recurso valioso para profesionales de la educación y responsables de la toma de decisiones en el ámbito académico, ya que proporciona información y análisis profundos sobre el desarrollo tecnológico y sus posibles implicaciones en la enseñanza, aprendizaje e investigación.
EDUCAUSE investiga a profundidad cuáles serán las tendencias clave, las tecnologías emergentes y las nuevas prácticas instruccionales que darán forma al futuro educativo. En él se visualizan varios escenarios e implicaciones del futuro educativo que ya llegó y está por llegar. Se basa mayormente en las perspectivas y experiencias de un panel de líderes globales que visualizan los panoramas de la Educación Superior.
Los principales componentes del Horizon Report suelen incluir:
- Tendencias Clave: Factores sociales, económicos y tecnológicos que impulsan la adopción de tecnología en la Educación Superior.
- Desafíos Significativos: Problemas que impiden la adopción de nuevas tecnologías que pueden ser clasificados como solubles, difíciles o perversos, indicando niveles de complejidad creciente.
- Tecnologías Importantes: Herramientas EdTech y plataformas emergentes que tienen el potencial para mejorar y transformar la educación. Estas se presentan con horizontes de tiempo proyectados para su adopción a corto, medio y largo plazo.
Haciendo un resumen genérico de las tecnologías (EdTech) que estarán impactando el ámbito educativo universitario en 2024, pudimos detectar las siguientes:
- Realidad Aumentada (AR) y Realidad Virtual (VR): Estas tecnologías revolucionarán la instrucción al proporcionar entornos de aprendizaje inmersivos y prácticos que mejorarán la comprensión y retención de conceptos abstractos. Se experimentará con simulaciones de la vida real que son costosas o peligrosas de replicar en disciplinas como la medicina, enfermería, ingeniería y ciencias. Facilitarán la colaboración y experimentación en sus espacios virtuales compartidos, allanando el camino hacia una experiencia educativa sin precedentes en términos de compromiso, responsabilidad e interactividad.
- Inteligencia Artificial (AI): El impacto más significativo de la IA en la educación universitaria será su capacidad para personalizar la experiencia de aprendizaje, ofreciendo a los estudiantes itinerarios educativos no-supervisados. Se adaptarán a sus estilos y ritmos de aprendizaje individual, al tiempo que mejorará la eficiencia administrativa e investigación a través de la automatización y el análisis de datos a gran escala.
- Educación Basada en Competencias: Las plataformas educativas están transformando el paradigma educativo al hacer hincapié en la adquisición y demostración de habilidades y conocimientos específicos en lugar de centrarse en el tiempo de la instrucción dirigida. Esta disrupción permitirá a los estudiantes avanzar en su ruta de aprendizaje personalizado, asegurando el afianzamiento de las competencias necesarias para alcanzar la excelencia en sus áreas profesionales, promoviendo una mayor alineación entre la educación y las demandas del mercado laboral.
- Laboratorios y Simulaciones Inmersivas: Estas tecnologías han democratizado el acceso a las experiencias pragmáticas STEM, permitiendo a los estudiantes realizar experimentos y obtener datos en tiempo real desde cualquier lugar, superando las limitaciones de los entornos físicos (geográficas, temporales, estructurales, socio-culturales y cognitivas)y los gastos recurrentes asociados con los laboratorios prácticos (equipos, instrumentos, materiales, soluciones químicas). También proporcionan la flexibilidad necesaria para realizar aprendizajes más autodirigidos y colaborativos.
- Internet de las Cosas (IoT): Contribuirá al desarrollo de un campus más inteligente con la interconectividad de dispositivos capaces de recopilar y analizar datos que mejoren la eficiencia operativa y la experiencia de aprendizaje. Los dispositivos IoT en aulas y laboratorios recopilarán y analizarán datos en tiempo real, enriqueciendo la experiencia educativa con acceso a información instantánea, fomentarán una investigación más innovadora y permitirán que la infraestructura académica sea más inteligente. De este modo se mejorará la gestión de los recursos digitales y la personalización del aprendizaje de los estudiantes.
- Conectividad 4G/5G: La tecnología 4G/5G de alta velocidad y baja latencia, estará destinada a transformar la educación al facilitar aprendizajes en línea más fluidos y sin interrupciones. Facultará el establecimiento de un campus virtual con tecnologías inmersivas en tiempo real para posibilitar la práctica y exploración en redes masivas de colaboración internacional más estables con el fin de alcanzar una experiencia educativa sin fronteras. Esta tecnología de redes abandonará el formato instruccional exclusivo de la presencialidad, hacia formatos extendidos (híbridos y virtuales) apoyados en la nube, redes de fibra óptica y bancos de datos alrededor del mundo. De este modo aumentarán las demandas de acceso a mejores plataofrmas de streaming, campus inmersivos, laboratorios virtuales y simulaciones con realidad aumentada.
- Aprendizaje Basado en Proyectos Colaborativos en Línea: Las plataformas tecnológicas que faciliten el trabajo colaborativo a distancia estarán redefiniendo la experiencia educativa universitaria al fomentar el desarrollo de habilidades prácticas y de resolución de problemas. Le permitirá a los estudiantes aplicar la teoría a situaciones del mundo real en contextos colaborativos. Gracias a su flexibilidad, ofrecerá nuevas formas de aprendizaje personalizado, lo cual es esencial en la formación de profesionales de cumplir con las demandas dinámicas del mercado laboral contemporáneo.
- Seguridad y Privacidad de Datos: Con la creciente cantidad de datos generados en el aprendizaje en línea, se necesitarán más recursos tecnológicos que aseguren y gestionen los datos privados de la comunidad educativa. Su impacto radicará en mantener la integridad y confiabilidad de las herramientas de la nube, asegurando que los sistemas de aprendizaje y gestión académica sean seguros y que la confianza en el uso de tecnologías digitales para el aprendizaje se mantenga a salvo de vulnerabilidades que podrían comprometer la experiencia educativa y la reputación institucional.
- Blockchain y Micro-credenciales: El uso de las cadenas de bloques para la emisión y almacenamiento de títulos universitarios, certificaciones y micro-credenciales, está revolucionando el reconocimiento y la validación de habilidades y conocimientos adquiridos. Esta tecnología proporciona verificaciones seguras e inalterables de las credenciales académicas compartidas entre las instituciones universitarias y los organismos laborales. Esto empoderará a los estudiantes con controles más personalizados sobre sus experiencias académicas, socio-culturales y trayectorias profesionales al enfocarse mayormente en las capacidades modulares y especializadas que se alineen con las necesidades del mercado laboral actual.
- Analíticas de Aprendizaje: El uso de herramientas analíticas sofisticadas para comprender y mejorar cómo los estudiantes aprenden, ayudará significativamente a los profesores a personalizar su enseñanza y mejorar los resultados del aprendizaje. El análisis de datos permite una comprensión más detallada del proceso de aprendizaje de los alumnos mediante la recopilación y análisis de datos, lo cual ayudará a personalizar la enseñanza, a identificar estudiantes en riesgo y a aumentar los niveles de retención y persistencia.
Estas son algunas de las tantas herramientas tecnológicas y estrategias instruccionales que impactarán la Educación Superior. De seguro que la lista presentada es limitada y se dejan afuera otras tendencias de gran impacto global. Según el artículo o infografía que accedas, notarás algunas semejanzas, pero también hallarás algunas diferencias en las herramientas tecnológicas y las prácticas metodológicas a integrar en las clases.
Desde que inicié mi identidad digital el 2004, he visto innumerables publicaciones que presentan las tendencias tecnológicas de impacto, pero no he visto alguna lectura que presente las realidades educativas. Es decir, una descripción detallada de los componentes que NUNCA cambiarán en nuestro Sistema Educativo Superior:
- Estructura Jerárquica: Es el sistema organizativo que define los niveles de autoridad y responsabilidad dentro de una institución académica. Esta estructura comunmente comienza con la Junta de Gobierno, Presidente, Rectores, seguidos por los Vicerrectores, Decanos, Catedráticos, Directores Departamentales, Directores de Unidades/Oficinas, Profesores y Personal administrativo. Este modelo permite la toma de decisiones, la supervisión de la academia, investigación y gestión administrativa mediante una cadena de mando claramente establecida. La rígida estructura organizativa universitaria y su modelo operativo del pasado ya no son adecuados para la Educación 4.0. Para aprender, no se necesita una jerarquía de personas que cobran salarios honerosos por realizar trabajos de escritorio. La prosperidad social no surge de la mera administración académica, sino de la velocidad y capacidad de exportar los procesos y procedimientos a formatos más ágiles y escalables.
- Burocracia Institucional: Se refiere al conjunto de políticas, procedimientos, procesos, normativas, requisitos y prácticas administrativas establecidas que regulan el funcionamiento diario de la universidad. Esto incluye la gestión y documentación de procesos legales, académicos, financieros, recursos humanos y mantenimiento de su infraestructura física. La burocracia se caracteriza por el establecimiento de las Juntas de Gobernanza, Senados y Comités encargados de crear políticas, certificaciones, normativas, regulaciones (académicas y admnistrativas) que a menudo son criticadas por ser restrictivas, lentas, inflexibles, lineales, que obstaculizan la eficiencia y capacidad de adaptación institucional:
- Rigidez: La naturaleza jerárquica a menudo puede ralentizar la toma de decisiones y adaptaciones necesarias para responder a desafíos emergentes y oportunidades innovadoras. Las dinámicas jerárquicas convencionales están bloqueando lo que sucede en el mundo.
- Barreras Comunicativas: Puede generar barreras comunicativas en las cadenas demando y entre las oficinas que tramitan documentos académicos y administrativos.
- Resistencia al Cambio: Las estructuras jerárquicas tienden a ser dirigidas por personas con diferentes rangos de poder, lo que podría llevar a una resistencia institucional contra cualquier mejora, cambio, reformas y procesos de transformación tecno-educativa.
- Centralización de Poder: Las cadenas de mando conducen a la toma de decisiones que no siempre reflejan los intereses o necesidades de todos los grupos de interés. Para ejecutarse un proyecto emblemático institucional tiene que pasar por la aprobación de la Rectoría, Juntas de Gobierno, Senados Académicos, Comités Departamentales y Directores de Oficinas/Unidades. En lo que se llega a un consenso mayoritario, podrían pasar dos o tres años (o quizá más) en aprobarse e iniciar con los procesos administrativos correspondientes. De haber algún tranque en la cadena de mandos, el proyecto podría tardarse más tiempo, o simplemente, engavetarse. La centralización le da la facultad a los niveles superiores para activar (o rechazar) los proyectos propuestos sin la aprobación de los demás eslabones que interfieren en el proceso.
- Silos Encapsulados: La jerarquía promueve una división clara entre unidades, departamentos y oficinas. Esto podría limitar la colaboración interdisciplinaria y el intercambio de conocimientos de todos los agentes responsables. Las aulas siempre han operado como silos aislados en los que se realizan infinidad de proyectos sin trascender sus cuatro paredes. En ciertas instancias, no ha ocurrido más que una simple transmisión de contenidos dirigidos a ser estudiados para aprobar los exámenes.
- Control: Quienes esperan que las universidades tradicionales se reformen por sí solas se están engañando. Su rumbo se mantiene constante a través de un sistema de gobernanza deficiente y de incentivos perversos que promueven la incompetencia y recompensan a aquellos que buscan el poder, amparados en viejos privilegios que les otorgan una falsa sensación de control. Se han quedado atrapadas en una espiral burocrática mortal mayormente preocupadas por aumentar los salarios y beneficios de los profesores y administradores que por servir a los estudiantes (Juan D. Farnós, 2023).
- Condiciones Laborales: Muchos docentes tienen que dictar sus clases/laboratorios en condiciones infrahumanas. El deterioro de las facilidades físicas es deplorable. Esto afecta la salud de los docentes y estudiantes al permanecer en entornos expuestos a hongos, partículas de asbesto, filtración de agua, fríos y calores excesivos. El esfuerzo humano por cumplir con la agenda académica no es recompenzado por el salario recibido ni el costo que el estudiante paga por curso. A esto le podemos agregar la instabilidad laboral a la que están sometidos muchos profesores. Sí, de mantenerlos contratados a tiempo parcial por décadas. Cada nuevo año renuevan contratos como si fuesen empleados de nueva contratación. A muchos de estos docentes los designan en importantes comités de trabajo, procesos de matrícula y de acreditación. Es una forma de manipulación laboral para garantizarles la renovación de su contrato del próximo año académico. La distribución de responsabilidades entre los que tienen permanencia y los que tienen contratos temporeros, es notable.
- Pedagogía de la Escasez: Resulta desalentador para un alumno universitario entrar por primera vez a una sala de clases con la misma estuctura de un salón escolar. Muchas aulas están equipadas con una pizarra o pantalla de proyección, un escritorio y las filas de pupitres. La escasez educativa no solo consiste en la falta de recursos, sino en la escasez de metodologías instruccionales que activen los diferentes niveles de desarrollo cognitivo de los aprendices. Dictar conferencias, tomar notas, estudiar lo que viene en el examen, tomar una prueba estandarizada y corregir las respuestas, es el formato que se replica en la mayoría de los cursos. Este modelo genera escasez mental. No tiene sentido alojar decenas de cursos en plataformas LMS con herramientas y aplicaciones interactivas, para terminar dictando clases con PowerPoint y PDF. La riqueza que nos trae las EdTech se está infrautilizando en los cursos presenciales, híbridos y en línea.
- Velocidad de Cambio: El desarrollo del conocimiento se mueve a una velocidad vertiginosa. Esto significa que el conocimiento que generamos hoy en un curso universitario, se volverá obsoleto en 12 a 16 meses. Lo que significa que al obtener el título académico, tenemos un 45 o 55% de obsolescencia del conocimiento. Lamentablemente, la velocidad de enseñanza de los docentes no puede alcanzar la velocidad del cambio global. Esto ocasiona complicaciones en el mercado laboral, porque los egresados universitarios no cuentan con las capacidades requeridas por los reclutadores o entrevistadores que buscan perfiles más adaptados a los cambios emergentes de la era. Es lamentable afirmar que muchas universidades están a 20 años de distancia del cambio global. Lo que hacen es forzar a los estudiantes a pasar por procesos de enseñanza mal diseñados que no funcionan para vivir en esta época de trayectorias cambiantes. Y servirán muy poco para ingresar al escenario laboral que opera con modelos mentales, gerenciales, organizacionales y redárquicos completamente diferentes. Los cursos universitarios no deberían enseñar para futuros que ya no existen, sino de ser catalizadores de cambios sociales, organizacionales y ambientales. Esto implica contribuir en los debates públicos, incubar startups de utilidad colectiva y ser co-protagonistas de los avances globales. A medida que el cambio acelerado acorta la vida útil de los productos y servicios instruccionales, necesitamos más educadores disruptivos que exploren nuevas alternativas tecnológicas que puedan explotar las capacidades creativas del alumnado. El problema de vivir en un mundo rápido es que las complejas instituciones que nos gobiernan les cuesta adaptarse y sobrevivir, legitimándose con las inercias del pasado. Sus élites de líderes y expertos frenan el cambio con diagnósticos y soluciones para un mundo que ya no existe (Virginio Gallardo, 2023).
- Evolución de la Infraestructura Tecnológica: Las universidades se adaptan lentamente al desarrollo tecnológico actual para mejorar la enseñanza, aumentar aprendizaje, agilizar los procesos adminstrativos y garantizar la seguridad de los datos. Las tendencias tecnológicas que se avecinan, funcionan mejor cuando se actualiza la infraestructura tecnológica institucional, adaptándola a las necesidades de los docentes y estudiantes. Demás está decir que lo nuevo no encaja dentro de lo viejo. Hacerlo para economizar el presupuesto traerá problemas en los procesos de enseñanza y en el desarrollo cognitivo de los aprendices. Las tecnologías que están por llegar al escenario universitario requieren anchos de banda para la transmisión de grandes cantidades de datos en diversidad de formatos. La infraestructura actualizada permitirá la integración analíticas de aprendizaje para personalizar la experiencia educativa y mejorar el rendimiento académico. En investigación, la tecnología de punta facilita descubrimientos transformadores que nos permitirían diseñar, desarrollar, implantar y evaluar nuevos modelos educativos de vanguardia. En un mundo digitalmente conectado, las mejoras tecnológicas en las universidades son esenciales para mantener la competitividad y la relevancia institucional.
- Teoría y Práctica Equilibradas: La necesidad de equilibrar la enseñanza de marcos teóricos con experiencias prácticas seguirá siendo un desafío y una prioridad que garantice que los estudiantes estén preparados para el mundo actual. Hay cursos con altas bases teóricas, pero también hay cursos que requieren la práctica constante de habilidades blandas y técnicas. Las instituciones superiores no deberían operar como centros encapsulados de transmisión de conocimientos, sino como nodos (hubs) orientados al cultivo de habilidades socioemocionales-tecnosociales que promueven la praxis de niveles cognitivos superiores. Cada curso debe ofrecerse tomando el pensamiento crítico, analítico y creativo como base para el desempeño de tareas prácticas especializadas. No tiene sentido ejecutar habilidades/destrezas sin reflexionar sobre sus propósitos y sus posibles efectos. Como también, es necesario accionar los marcos teóricos en contextos del mundo real para entender a profundidad el impacto de las habilidades técnicas como variables de estudio de los fenómenos emergentes.
- Oferta Académica Expandida: Los aprendices del siglo 21 no solamente son los estudiantes egresados del nivel superior (preparatoria). Ahora entran al escenario educativo los profesionales y retirados que necesitan expandir sus horizontes de posibilidades. La oferta académica universitaria debería abrirse a las certificaciones y micro-credenciales en las que cualquier persona interesada en aprender, pueda suscribirse sin tener complicaciones. La universidad debería dejar de centrarse en su oferta académica (títulos profesionales), para comenzar a enfocarse más en las necesidades y desafíos globales a los que tiene que dar respuesta. La educación tradicionalmente ha preparado a las personas para el trabajo, pero el trabajo ahora está cambiando demasiado rápido como para que las habilidades profesionales más recientes se traduzcan fácilmente al plan de estudios convencional. El aprendizaje debe ser continuo y abierto a personas de cualquier edad. Es la única alternativa de mantener la universidad en movimiento al generar ingresos de manera autosuficiente dentro de sus entornos de aprendizaje.
- Diversificación de Modelos Instruccionales: Las instituciones educativas deberían explorar y adoptar diferentes métodos, estrategias y modelos instruccionales efectivos para satisfacer las necesidades cambiantes de sus estudiantes. Atrás quedaron los tiempos en que los estudiantes tenían que adaptarse al formato de enseñanza de sus profesores. En cambio, los educadores son los que tienen que adaptarse a las necesidades, intereses y preferencias de sus estudiantes. Las instituciones que se resistan a la diversificación de modelos instruccionales estarán condenadas a reducir sus cuotas de matrícula anuales. Los docentes tienen que prepararse para la presencialidad, hibridez y virtualidad en formatos más flexibles, abiertos e inclusivos. Después de varios ciclos académicos de adelantos tecnológicos provocados por la emergencia del COVID-19, la mayoría de las Universidades decidieron avanzar hacia el pasado. ¡Sí, al pasado! Porque ordenaron el cierre de secciones en línea e híbridas para retornar a las clases presenciales. Esto sucedió justamente cuando los estudiantes se estaban adaptando a las modalidades de la educación a distancia. El sistema universitario necesita retener a los estudiantes en el aula, pero los estudiantes no necesitarán más la universidad que dejaron en el cierre abrupto provocado por el COVID-19. En vez de expandir la oferta académica a las necesidades estudiantiles, lo que hicieron fue restringirla a la conveniencia de la modalidad presencial. Los muros de las catedrales lo que hacen es limitar el acceso a las nuevas fronteras del conocimiento en un mundo de transformaciones sin precedentes y radicalmente inciertas.
- Demanda de Docentes Cualificados: La necesidad de contar con educadores experimentados y altamente capacitados siempre será fundamental para garantizar una educación superior de calidad. Pero muchas universidades contratan profesores principalmente por sus grados de maestría o doctoral. También, por los años de experiencia que llevan en la docencia. Esto podría representar una complicación al integrar nuevos softwares, herramientas web, aplicaciones móviles y plataformas tecnológicas. Saber utilizar MS Office ya no es suficiente para considerar a un nuevo docente en su equipo facultativo. Dictar clases en plataformas LMS (Moodle, BlackBoard, Canva o CypherLearning) tampoco los convertirá en diseñadores de experiencias de aprendizaje. Tampoco es suficiente el tener una mentalidad pedagógica, cuando en educación superior deberían hablar más de Hebegogía, Andragogía, Heutagogía y Cibergogía, incluso, de la NeuroEducación. La integración exitosa de las tendencias tecno-educativas del milenio requieren de educadores con nuevas capacidades cognitivas de adaptación al cambio, aprendibilidad, innovación educativa, pensamiento lateral y el rebasar las líneas rojas que impone el sistema para recorrer las esquinas del mundo que muy pocos son capaces de llegar.
¿Crees que nuestras universidades han evolucionado?
Desde mi perspectiva, no. Y les explico porqué...
Allá para el 2004 se comenzó a hablar de la Web 2.0 como la nueva evolución educativa del milenio. Profesores y Estudiantes expandirían sus niveles de interacción al utilizar las plataformas sociales como herramientas para: Prosumir (consumir y producir) contenidos, utilizar herramientas web gratuitas (Blogs, Prezi, Slideshare, Skype, Redes Sociales, Wikipedia), realizar proyectos colaborativos (PLE, PLN, SLE, CoIn), diseñar recursos de aprendizaje sincrónicos y asincrónicos (texto, audio, vídeos, animaciones). Ofrecí innumerables talleres de capacitación profesional a los docentes sobre el uso de las herramientas EdTech gratuitas, pero lo cierto es que la transformación universitaria de la Web 1.0 a la 2.0 fue nula. Solo unos pocos docentes se beneficiaron de las herramientas tecnológicas al integrarlas en su clase. Como toda moda tecnológica, actividades educativas pasajeras que nunca más se repetirán. Se pensaba que las plataformas sociales entrarían a descentralizar la democracia educativa el escenario superior, pero en realidad, nunca sucedió nada...
Muchas instituciones están haciendo grandes cambios en sus campus universitarios. Lo que se percibe es que son cambios cosméticos que "mejoran" las mismas prácticas docentes de antaño. Las clases siguen siendo conferencias con nombres más bonitos, en lugar de ser experiencias de aprendizaje dinámicas que reten el intelecto estudiantil. Se supone que el objetivo principal de los cursos sea el de transformar la vida de los aprendices. Que al terminar el ciclo, puedan ser capaces de replicar el conjunto de conocimientos, habilidades, destrezas y talentos, en la diversidad de contextos del mundo real (sus hogares, comunidades, empresas y naciones). Simplemente, que se conviertan en los másters del arte de aprender.
Si bien es cierto que fuera del campus universitario existen diversas amenazas (PermaCrisis) que atentan contra la normalidad educativa, también tenemos que reconocer que adentro habitan estas 10 realidades internas (posiblemente otras más) que obstaculizan los progresos y avances necesarios para la transformación educativa. El sabotaje interno es peor que las amenazas globales del milenio.
Artículo de interés:
Sillas vacías en la universidad: “Preferiría aprovechar el tiempo adelantando la asignatura por mi cuenta” https://elpais.com/educacion/2023-12-23/sillas-vacias-en-la-universidad-preferiria-aprovechar-el-tiempo-adelantando-la-asignatura-por-mi-cuenta.html
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