El mercado laboral se ha transformado en la última década a tal punto que hoy en día la estructura de trabajo por proyectos es predominante. Las prácticas de reclutamiento, selección y administración de personal apuntan a una seria reducción de las posiciones laborales permanentes o de “planta”. La columna vertebral de la fuerza laboral hoy en día la componen los freelancers, también conocidos como trabajadores independientes o autónomos.
En México, 14 millones de personas se clasifican como trabajadores independientes o freelancers, en la India sumaban 15 millones en 2016 y se estima que actualmente suman los 20 millones; en Estados Unidos, los trabajadores independientes llegan hasta los 57 millones. En cuanto a su participación en sus respectivas economías nacionales, el trabajo informal mexicano produjo el 22.7 % del Producto Interno Bruto (PIB) durante 2018, los freelancers estadounidenses aportan 1.3 trillones de dólares que ascienden al 6.7 % del PIB (2018), y en la India se estima que el mercado de trabajo informal crezca de 20 a 30 billones de rupias para el 2025.
A pesar de este constante crecimiento de las instancias globales de trabajo independiente, aún no se ve en las universidades un esfuerzo formal por preparar a los estudiantes para esta modalidad de vida profesional. Para emprender sí existen muchos enfoques educativos que instruyen e inspiran a los jóvenes apara iniciar su propio negocio. El problema es que en ocasiones, las instituciones educativas no disciernen que emprender no es lo mismo que trabajar de manera independiente.
La diferencia entre el negocio propio y la labor freelancer
Un emprendedor es una persona que funda una empresa y toma riesgos financieros con el objetivo de obtener ganancias económicas; un freelancer es un profesional independiente que ofrece sus servicios por proyecto a una determinada empresa u organización.
En teoría, las definiciones se ven muy diferentes, en la práctica no tanto. Tanto el emprendedor como el freelancer tienen que construir su propio horario, responder a sus clientes, administrar sus finanzas y en algunos casos, administrar personal. La mayor diferencia sería que el emprendedor es dueño y responsable del negocio, mientras que el freelancer es una persona subcontratada que opera de manera independiente. Es por esto que la preparación que se le da a cada uno debería de ser también diferente. ¿Qué habilidades debe tener un freelancer para tener una carrera exitosa en el mercado informal? ¿Cómo pueden las universidades integrar programas que las entrenen?
Las habilidades del buen freelance
El camino de cualquier trayectoria profesional exitosa empieza aprendiendo y conociéndose a sí mismo. El punto de partida para una plataforma estable de trabajo independiente es saber qué conjuntos de habilidades son útiles en el campo laboral elegido, investigar cuánto valen en términos económicos, qué empresas las están solicitando y si seguirán teniendo valor a futuro.
Dominar la formación de relaciones de negocios o hacer “networking” es crucial para mantener fuentes de trabajo estables en la esfera independiente; para lograrlo, la constancia y el cultivo de la inteligencia emocional son herramientas indispensables. La gestión de tiempo y organización de tareas también es vital para asegurar un flujo de trabajo manejable que permitan atender varios proyectos a la vez y maximizar las ganancias del trabajador independiente.
El trabajo independiente tiene la ventaja de permitir al freelancer administrar su tiempo como mejor le parezca, pero la desventaja de no tener la estabilidad de un trabajo de planta. Muchos freelancers viven con ingresos desiguales que deben repartir a lo largo del año. Por esta razón, la educación financiera debería ser una materia básica para todas las personas que quieran dedicarse al trabajo independiente o por proyectos.
El conocimiento sobre cómo vender y valuar su propio trabajo, ayudaría a los trabajadores independientes a procurar una ganancia acorde al tiempo invertido y la calidad de su trabajo. Para mantenerse vigentes, los trabajadores independientes necesitan hacer uso constante del aprendizaje a lo largo de la vida, que los provea de nuevas habilidades y aumente el valor económico de su trabajo.
Todas estas son nociones que la mayoría de los freelancers van aprendiendo sobre la marcha pero no son incluidas en los programas educativos de educación superior. La mayoría de los esfuerzos de las instituciones educativas están enfocadas hacia el mercado laboral formal, a través de ferias de trabajo, o el emprendimiento, con incubadoras de empresas, apoyos y eventos de networking.
¿Qué les falta a las universidades?
Sería impreciso decir que las universidades no han hecho ningún esfuerzo para preparar a los estudiantes para un mercado de trabajo independiente, sin embargo, estas iniciativas necesitan un lente más amplio, la mayoría de las instancias educativas que ofrecen formación fuera del mercado laboral formal están enfocadas a los profesionales de los negocios y los emprendedores.
Hoy en día, uno de los mercados más poblados de la esfera freelancer es el de la informática, que abarca la seguridad cibernética, la reparación de equipo, soporte técnico, etcétera. Debido a la constante necesidad de contar con sistemas y equipos en las empresas, estas carreras tiene una relación muy cercana los negocios y el emprendimiento. Sin embargo, la redacción, edición y proofreading o corrección de pruebas, se percibe más como un servicio de nicho a pesar de la creciente necesidad de contenidos para establecer presencia de marca. Por lo mismo, las universidades han fallado en ver la necesidad de educar a los profesionales de esta área para la autogestión de empleo y el trabajo independiente.
Existen muchos convenios entre empresas y universidades para ayudar a los estudiantes a integrarse al trabajo independiente, pero son muy pocas las asociaciones que las casas de estudios de nivel superior hacen con el objetivo de conectar a estudiantes con el trabajo por proyectos, darles una idea de cómo valuar su trabajo, qué empresas tienen mejores prácticas y más oportunidades de trabajo.
Hasta que no se considere el trabajo independiente como una instancia laboral tan extendida como la independiente, los estudiantes no tendrán una buena preparación para la gestión del auto-empleo y tendrán menos herramientas para asegurar oportunidades de trabajo por proyectos.
Tomado del Observatorio de Innovación educativa del Tec de Monterrrey