viernes, 22 de noviembre de 2024

La materia oculta de posgrado: la crisis de salud mental

 Por Melissa Guerra Jáuregui   tomado de EDUNEWS

Existe una percepción errónea en la cultura laboral sobre el estrés, agotamiento (burnout) y la salud mental, ya que muchos de estos padecimientos son normalizados y considerados como “gajes del oficio”. Además, suelen resonar dichos como el famoso: “Ponte la camiseta”, con el fin de persuadir sobre la existencia de un ambiente laboral sano, cuando en realidad suele ser todo lo contrario.

Aunque los problemas de salud mental pueden aparecer en cualquier momento de nuestra vida, existe un número alarmante de estadísticas que apuntan a la salud mental de aquellas personas que, por mejorar su empleabilidad y desarrollo personal y profesional, deciden comenzar estudios de posgrado y perseguir una carrera en la academia.

Antecedentes

Actualmente, estudios muestran que 50 % de las y los estudiantes que cursan posgrado experimentan síntomas de depresión, ansiedad o burnout, causando que muchos de estos decidan abandonar la academia. Otras investigaciones indican que la ansiedad en estudiantes de posgrado es seis veces mayor que la de la población general. A saber, los trastornos de ansiedad ocupan el sexto lugar mundial como el mayor contribuyente al deterioro de la salud no fatal.

En este contexto, la prevalencia de los trastornos de ansiedad y de salud mental se debe primordialmente, pero no exclusivamente, a la incertidumbre e inseguridad laboral, así como a la pérdida de balance entre la vida profesional y personal, debido a las fuertes y largas jornadas de trabajo (por el tiempo invertido en investigación, actividades laborales, eventos, etc.).

Algunos de los estresores más comunes del estudiantado de posgrado que tienen un impacto negativo en la salud mental son los siguientes:

Acoso, bullying y discriminación

Un estudio reveló que, en una encuesta realizada a 4,000 investigadores, el 60 % fue testigo de acoso o bullying en el lugar de trabajo; 50 % de esos incidentes fueron relacionados con el género, y entre el 20 y 30 % de ellos con la raza/etnia o nacionalidad de la persona. Otros estudios apuntan que estos incidentes también están vinculados con la edad (19 %), clase socioeconómica (16 %), orientación sexual (8 %), discapacidad (8 %) y religión (6 %). Una investigación sobre esta misma línea de estudio arrojó que 35 % de los encuestados sufrió algún tipo de discriminación, mientras que el 46 % lo había presenciado. Un 60 % de ese mismo estudio indicó que el entorno de trabajo estaba sesgado a favor de ciertos grupos.

Los comportamientos vinculados con el acoso y hostigamiento tienen un origen sistémico, en donde muchos de los líderes o encargados de área hacen caso omiso a estos incidentes. La mayoría de los sucesos (acoso o intimidación) fueron realizados por personas en posiciones de poder, siendo las más afectadas aquellas con discapacidad (62 %) y mujeres (49 %).

Por su parte, las mujeres se encuentran con desafíos antes, durante y después del embarazo. Maternidad limitada, estrés financiero y disparidades de género relacionadas con el trabajo/remuneración, etc., son algunos de los retos que las mujeres tienen que sobreponerse.

Además, existe un trato diferencial hacia estudiantes que provienen de contextos diversos (que no solo incluye su nacionalidad, sino su posición socioeconómica, etc.), puesto que son tratados y percibidos no como sus pares, sino diferente. Esto contribuye a que disminuya el sentido de pertenencia, aumentando el estrés y acentuando el síndrome del impostor. Todos estos aspectos suman a los problemas de salud mental, ya que estos entornos negativos provocan estrés y ansiedad.

Cultura laboral negativa

Debido a estos y muchos otros aspectos, la percepción de trabajo dentro de la cultura científica no es del todo positiva. Un estudio mostró que muchas de las palabras para describir la experiencia dentro de la cultura científica tienen connotación negativa, aunque de primera instancia puedan verse como algo positivo.

Explotación y presión por publicar

Solamente en el 2018 se publicaron más de 7,000 artículos por día, donde el 40 a 50 % de estos pertenecían al área biomédica. Esto no solo indica que existe un gran avance científico, sino que hay una gran sobreproducción y explotación de las personas que hacen este número de investigaciones posible. Además, el tiempo para publicar un primer artículo con autoría principal es cuatro veces mayor que en 1980.

Algunos de los aspectos que inducen a la explotación son los siguientes:

  • Demanda de jornadas largas de trabajo.
  • Realización de tareas difíciles o tediosas.
  • Otorgamiento de crédito por ideas propias hacia los superiores u otros miembros del equipo.
  • Ejecución de tareas que no están relacionadas con la investigación por parte de superiores.

Falta de balance vida-trabajo

Dentro de este aspecto, también se engloba la falta de balance entre la vida y el trabajo, ya que se ha demostrado que las y los estudiantes de posgrado trabajan largas jornadas. El 76 % del estudiantado de posgrado trabajan más de 41 horas a la semana, mientras que el 25 % más de 61 horas. Otro estudio señala que el 48 % se sienten presionados por trabajar largas jornadas.

Estas cuestiones provocan que el balance vida-trabajo se vea afectado por el burnout, el cual es padecido por 50 % de los estudiantes en diferentes etapas de su posgrado. Por tanto, este factor es crucial en la salud mental de los estudiantes, ya que al no haber un equilibrio en sus vidas, estos padecimientos se agudizan, provocando deterioro.

Estrés e inseguridad laboral

Una encuesta de Nature del 2022, indicó que 85 % de los estudiantes de posgrado están preocupados por no tener suficientes ingresos para sus gastos de vida, 45 % de ellos creen que podrían abandonar sus estudios por no poder costear sus estudios y gastos personales.

Asimismo, algunos estudiantes deben tomar trabajos extras para sustentarse y financiar sus estudios de posgrado, lo cual suma al estrés financiero y sus preocupaciones económicas del futuro. Entonces, el gran costo de vida actual se agrega la incertidumbre de no poder acceder o desarrollar una carrera en la academia, ya sea por favoritismos, nepotismo, discriminación (y problemas derivados de esta) u otros.

Competitividad negativa entre pares

Este aspecto suele estar relacionado con el estrés financiero y la inseguridad laboral debido a que muchos de estudiantes tienen que competir por las becas, los apoyos financieros y los trabajos en las instituciones. Igualmente, gracias a la era de las redes sociales, se ha demostrado que el uso de estas incrementa la comparación entre pares, así como los sentimientos de envidia, lo cual refuerza los problemas de salud mental.

Mala calidad de mentoría

De acuerdo con un estudio realizado por Tuma et al. (2021), existen varias razones que promueven malas experiencias en la formación académica que reciben los estudiantes de posgrado:

  • Filtros: se refuerza la idea de que solo aquellos con el talento o la disposición necesaria pueden triunfar, por lo que una mala tutoría es una manera de filtrar aquellos que tendrán éxito, de los que no.
  • Estructuras de poder: jerarquías de poder están muy marcadas, por lo que los mentores ejercen todo el poder en la relación con sus aprendices, estos últimos no tienen poder de decisión. Del mismo modo, no existen incentivos para los mentores, de tal forma que puedan tener una motivación para impartir asesoría de calidad.
  • Inaccesibilidad: debido a la vasta cantidad de actividades y/o de asesorados, el asesor se encuentra ausente de sus responsabilidades.
  • Socavamiento social: cuando el asesor participa en conductas que no son profesionales, afectando el establecimiento de una relación sana con su asesorado. Por ejemplo, promover un ambiente de trabajo hostil.
  • Apoyo profesional y psicosocial limitado: cuando no se recibe asesoría, networkingcoaching, apoyo emocional, compromiso, entre otros. Por ejemplo, falta de interés en la investigación o en el desarrollo profesional.

Estamos en una era de sobreproducción, misma que se agrava con los avances de la IA generativa para gestionar y analizar millones de datos y variables en las investigaciones científicas. La rapidez con las que estas se exigen, la presión y otras cuestiones vistas con anterioridad no solo son un foco rojo para que las instituciones educativas tomen cartas en el asunto y dejen de normalizar algo que claramente no está bien.

La salud mental no es un juego, por lo que su prevalencia debe ser una alarma para cambiar las malas prácticas y los procesos dentro de la cultura científica. Se debe tomar en cuenta la inclusión, no solo en espacios y letras, sino verdadera inclusión, la cual pueda erradicar la discriminación sistemática y el hostigamiento por parte de superiores y líderes.

Las y los estudiantes de posgrado, así como investigadores recién graduados, necesitan poder expresar su voz sin temor a repercusiones, esto con el fin de mejorar la calidad profesional y personal en sus estudios, y su vida en la academia, lo cual podría ayudar a inspirar a otras personas a perseguir una carrera en ciencias.

Del mismo modo, los tomadores de decisiones, los hacedores de políticas públicas y las instituciones deben empezar a dialogar y encontrar soluciones para que las becas puedan y sean accesibles, así como programas de apoyo para quienes lo necesiten.

Cambiar la cultura organizacional es un proceso complicado, pero es necesario para que miles de investigadores y estudiantes de posgrado disfruten de programas de calidad educativa.

Tomado de EDUNEWS del Tec de Monterrey

jueves, 21 de noviembre de 2024

La utilidad educativa de radio, tv, audio y video en la sociedad digital (Lo más de RIED-56)

 Por Lorenzo García Aretio

Hoy exponemos una síntesis de aspectos esenciales del séptimo artículo de RIED más citado de 2022, de entre todos los publicados (34) en ese año, Vols. 25(1) y 25(2). Es decir, uno de los artículos de RIED que más impacto han generado. Al final aparece la referencia del trabajo y el enlace para poder consultarlo, junto a las fuentes bibliográficas del artículo. Las citas en este caso hasta el día de la fecha en Google Scholar, son un total de 58. Y, por otra parte, aquí se muestran todos los artículos resumidos en esta serie.

El uso de medios audiovisuales, como la radio y la televisión, ha sido una constante en los hogares y en el ámbito educativo desde hace décadas, especialmente en educación no presencial. Estos medios, aunque de comunicación unidireccional, han demostrado su potencial en facilitar la retención y el aprendizaje, además de permitir la presentación de fenómenos complejos y suplir algunas funciones rutinarias del docente. No obstante, estos recursos se enfrentaron a limitaciones iniciales, como la rigidez horaria y la dependencia de una interacción sincrónica. A pesar de ello, en tiempos de pandemia, la radio y la televisión cobraron relevancia como herramientas educativas cruciales, especialmente para poblaciones vulnerables sin acceso a Internet o dispositivos digitales.

El confinamiento en 2020 subrayó la importancia de los medios convencionales para asegurar la continuidad educativa. La radio y la televisión permitieron llegar a estudiantes en regiones con baja conectividad, especialmente en países con altas tasas de desconexión, como varias naciones africanas y del sur de Asia. Según estudios, más del 75% de los países recurrieron a la televisión, y el 58% a la radio como soporte educativo durante el confinamiento. Estos medios fueron empleados junto con materiales impresos o guías complementarias, facilitando así el aprendizaje a distancia en entornos donde el acceso digital era limitado.

Si bien el entorno educativo actual está cada vez más orientado a lo digital, aún existe un porcentaje significativo de la población mundial que carece de acceso estable a Internet, lo que hace que tecnologías más tradicionales sigan siendo relevantes. De hecho, se aboga por no relegar estos medios analógicos, sino integrarlos en propuestas educativas omnicanal que puedan adaptarse a distintas necesidades y contextos, combinando lo digital con lo convencional para maximizar el alcance y la eficacia del aprendizaje.

La evidencia muestra que los medios audiovisuales, cuando se utilizan adecuadamente, pueden no solo complementar la educación digital, sino también aumentar la motivación de los estudiantes, quienes se sienten más interesados y satisfechos al participar en procesos de aprendizaje que incluyen estos formatos.

El documento sonoro ha jugado un rol central en la educación no presencial, siendo la radio uno de sus componentes más destacados. Desde sus inicios, el audio ha permitido transmitir información y facilitar el aprendizaje a través de la voz, especialmente en contextos donde el texto escrito no era suficiente. La radio, al ser un medio de comunicación masiva, se ha empleado históricamente para acompañar la educación de estudiantes alejados de centros urbanos o en situaciones con acceso limitado a recursos educativos.

En sus primeras etapas, la radio educativa enfrentó limitaciones, como la falta de interactividad y la dependencia de horarios específicos. Sin embargo, su bajo coste, fácil acceso y amplia cobertura la hicieron una herramienta invaluable en sistemas de educación a distancia, especialmente en países y comunidades con escasos recursos tecnológicos. Además, la radio ha demostrado su capacidad para adaptarse a la era digital, a través de formatos modernos como los podcasts, lo que permite a los estudiantes acceder a contenidos educativos en cualquier momento y lugar, mitigando las restricciones de la programación en vivo.

La radio ha sido particularmente útil en la educación universitaria a distancia, donde se utiliza para complementar el material impreso, proporcionando información actualizada, así como contenido valioso en forma de entrevistas, debates y conferencias. Sus ventajas incluyen la ubicuidad y facilidad de uso en situaciones en las que otros medios, como el texto o el vídeo, son menos prácticos, como en movimiento o en entornos de trabajo. La falta de dependencia de una conexión a Internet o de electricidad, cuando se usa un transistor de pilas, refuerza su aplicabilidad en contextos de bajos recursos.

Durante la pandemia de COVID-19, la radio jugó un papel crucial en asegurar la continuidad educativa, especialmente en áreas con limitaciones de conectividad. Naciones Unidas destacó su importancia para evitar el abandono escolar en miles de jóvenes que no tenían acceso a plataformas digitales. La radio se mostró así como un medio de comunicación confiable y accesible, que no solo facilitó el aprendizaje en tiempos de confinamiento, sino que también ayudó a combatir la desinformación.

Asegura el autor que, aunque la tecnología digital ha transformado el panorama educativo, la radio sigue siendo una herramienta relevante y efectiva, especialmente en contextos con dificultades de acceso a internet o dispositivos electrónicos. Su potencial para complementar el aprendizaje en combinación con otros medios resalta su adaptabilidad y su perdurabilidad en la educación a distancia, demostrando ser una tecnología que, aunque sencilla, sigue respondiendo a las necesidades educativas actuales en distintos entornos del mundo.

El audiocasete, introducido en los años 60, fue un recurso clave en la educación a distancia, complementando limitaciones de la radio gracias a su bajo coste, durabilidad y facilidad de uso. Su impacto en instituciones como la Open University fue significativo, ya que permitió grabar y reproducir audio de manera accesible. Este formato fue utilizado ampliamente en universidades y centros de educación a distancia en las décadas de los 70 y 80, consolidando al audiocasete como un recurso educativo popular que facilitó la enseñanza fuera del entorno presencial. Posteriores dispositivos y formatos digitales como el DAT, el MP3 y el CD-RW ampliaron las posibilidades de aprendizaje autónomo a través del audio.

El podcast puede considerarse el heredero moderno del audiocasete. Con la expansión de internet y los dispositivos móviles, el podcast se ha consolidado como un recurso efectivo para el aprendizaje, especialmente en entornos universitarios. Ofrece una mayor flexibilidad que la radio tradicional y permite al estudiante reproducir, pausar y retroceder el contenido a su conveniencia. Los podcasts facilitan la comunicación, la colaboración y el aprendizaje autónomo, promoviendo la organización y gestión del tiempo. Aunque las características pedagógicas del audio han mostrado una consistencia a lo largo del tiempo, su potencial educativo actual no está siendo plenamente aprovechado, con la pandemia de COVID-19 actuando como un catalizador para su revalorización como herramienta de enseñanza.

La evolución de los recursos audiovisuales en la educación ha seguido una trayectoria de creciente sofisticación y accesibilidad, empezando por las imágenes estáticas y la radio, hasta llegar a la televisión, el vídeo y, más recientemente, la videoconferencia. Cada uno de estos medios ha añadido nuevas posibilidades pedagógicas y ha ampliado la capacidad de la educación a distancia y presencial para llegar a audiencias más diversas y numerosas. Este análisis revisa el papel y los desafíos de estos recursos, en especial a raíz de su expansión durante la pandemia de COVID-19, y destaca la importancia de una integración estratégica y bien planificada de los mismos en la educación contemporánea.

Inicialmente, el uso de imágenes y el audio (radio o programas grabados) complementaban la educación en aula y en remoto, permitiendo a los docentes ilustrar y reforzar conceptos visual y auditivamente. Sin embargo, con el avance de la tecnología, el cine y la televisión introdujeron la capacidad de transmitir contenido educativo de forma masiva. El cine, aunque efectivo, tuvo un impacto limitado en la educación debido a su alto costo y dificultad para llegar a un público amplio. La televisión, en cambio, se consolidó como un recurso educativo más accesible, especialmente en países y regiones donde el acceso a internet es limitado. La televisión educativa ha demostrado ser eficaz en mejorar el aprendizaje de conceptos básicos y habilidades de razonamiento social. Su capacidad de alcance masivo y de promover la igualdad de oportunidades educativas la ha hecho una herramienta crucial, sobre todo en contextos de bajos recursos.

Durante la pandemia de COVID-19, muchos países recurrieron a la televisión para continuar con la educación de los estudiantes ante el cierre de las escuelas. Desde programas grabados y específicos para grupos de edad, hasta iniciativas nacionales de programación educativa, la televisión se utilizó en una variedad de formatos. En Perú, por ejemplo, donde solo una pequeña fracción de los estudiantes tenía acceso a una computadora en casa, las clases televisadas se convirtieron en el principal medio de educación. Este fenómeno se repitió en países con limitada cobertura de internet, como Indonesia y Brasil, donde millones de estudiantes siguieron clases transmitidas por televisión.

La televisión educativa presenta, no obstante, limitaciones como la falta de interactividad, la rigidez de los horarios y la necesidad de seguir un ritmo predeterminado de emisión. Estos inconvenientes llevaron a la adopción del vídeo como recurso complementario, ya que este permite grabar, almacenar y reproducir contenidos a conveniencia. El vídeo combinó texto, audio e imágenes en un mismo recurso, incrementando las posibilidades educativas de manera significativa. Inicialmente, los vídeos se presentaban en formatos analógicos como VHS y Super-8, pero la digitalización y el desarrollo de plataformas en línea han ampliado las opciones para integrar el vídeo en la educación. El vídeo ha proliferado en universidades y centros de formación, tanto en cursos formales como en MOOCs y programas de aprendizaje autodirigido. Hoy en día, plataformas como YouTube y Khan Academy ofrecen una abundante biblioteca de recursos educativos en vídeo.

El vídeo educativo también ha evolucionado en términos de formato, desde grabaciones simples de clases presenciales hasta vídeos producidos profesionalmente con técnicas avanzadas. Estudios recientes sugieren que los vídeos educativos más cortos, que combinan la imagen del instructor con diapositivas y que transmiten un toque personal, son más efectivos en captar la atención de los estudiantes. Sin embargo, el uso efectivo del vídeo en la educación requiere que esté plenamente integrado en la planificación del curso y adaptado a las necesidades del estudiante, lo cual demanda un esfuerzo considerable en su producción y diseño.

La videoconferencia representa la fase más reciente de la evolución de los recursos audiovisuales en la educación. Este medio permite una interacción bidireccional en tiempo real, acercando la experiencia de la clase presencial a la distancia y reduciendo el sentimiento de aislamiento que puede acompañar a la educación a distancia. Durante la pandemia, la videoconferencia se convirtió en un recurso indispensable en todos los niveles educativos, permitiendo que estudiantes y profesores se conectaran de manera síncrona. Su uso efectivo requiere tanto la selección adecuada de plataformas como la capacitación de docentes en estrategias pedagógicas que aprovechen sus posibilidades interactivas.

La integración digital de estos recursos audiovisuales ha sido impulsada en los últimos años por la expansión de la banda ancha, la proliferación de dispositivos móviles y el desarrollo de plataformas de vídeo en línea. Sin embargo, pese a sus beneficios y a la gran cantidad de material disponible, muchas instituciones educativas aún no han explotado sistemática ni programadamente el potencial del vídeo y la televisión en sus programas. La crisis sanitaria generada por el COVID-19 ha servido como catalizador para esta adopción, pero queda mucho por explorar en cuanto a estrategias que optimicen su impacto pedagógico.

En conclusión, los recursos audiovisuales como la televisión, el vídeo y la videoconferencia son herramientas valiosas para la educación actual, pero su uso debe ser meticulosamente planificado y contextualizado según las necesidades de los estudiantes y los objetivos de aprendizaje. La televisión y la radio continúan siendo útiles en contextos de bajos recursos, mientras que el vídeo y la videoconferencia ofrecen un potencial de interactividad y personalización que está transformando la enseñanza a distancia y presencial. La producción de vídeos educativos de calidad exige un esfuerzo considerable, pero sus beneficios pueden ser multiplicadores debido a su capacidad de reutilización. A medida que la tecnología avanza, los docentes y las instituciones deben aprovechar estas herramientas, no solo para enriquecer la experiencia de aprendizaje, sino también para superar las barreras de acceso y adaptar los contenidos educativos a una audiencia global y diversa.

OpenEdition le sugiere que cite este post de la siguiente manera:
García Aretio (13 de noviembre de 2024). La utilidad educativa de radio, tv, audio y video en la sociedad digital (Lo más de RIED-56). Contextos universitarios mediados. Recuperado 18 de noviembre de 2024 de https://doi.org/10.58079/12o8i

miércoles, 20 de noviembre de 2024

Cómo añadir recursos interactivos creados con Claude a eXeLearning

 Por Juan José de Haro

Con la inteligencia artificial Claude, podemos hacer recursos interactivos (animaciones de todo tipo, líneas de tiempo, calculadoras, etc.) que podremos insertar en eXeLearning. En la terminología de Claude, estos recursos interactivos se llaman ARTEFACTOS.

Para ello debemos decirle que nos cree aquello que deseamos en HTML (esto es lo más importante para que luego lo podamos incorporar a eXeLearning). Aquí hay un ejemplo con el prompt que hemos utilizado:

Crea una aplicación interactiva en HTML para calcular el área y perimetro de un sector circular. Sobre el dibujo de un círculo habrá un punto que podremos desplazar para hacer el sector. Podremos cambiar el radio y se indicarán los grados también. Utiliza un estilo atractivo y moderno.

Se lo hemos hecho repetir unas cuantas veces, haciéndole añadir cosas como las fórmulas o modificar el estilo que puso en un principio. Este es el aspecto final:

Captura de pantalla del artefacto creado con Claude.

Una vez tenemos lo que deseamos, guardamos el artefacto con el botón para descargar. Obtendremos una página web.

Añadir a eXeLearning

  • Insertamos un iDevice de cualquier tipo, por ejemplo de Texto
  • Pulsamos el botón para Insertar/editar medio embebido
Insertar medio embebido
  • Seleccionamos el archivo que acabamos de descargar y seleccionamos tipo iframe.
Seleccionamos el archivo HTML, seleccionamos tipo iframe y le damos un tamaño
  • Le ponemos un tamaño, este tamaño lo podremos modificar posteriormente.
  • Guardamos el el iDevice, el proyecto y ya tenemos el artefacto incrustado listo para su uso.

Puedes ver aquí en acción el ejemplo que hemos usado para este artículo.

Nota: La redacción de este artículo tiene nivel 0 en el Marco para la integración de la IA generativa en las tareas educativas.

Tomado de Bilateria 

martes, 19 de noviembre de 2024

¿Quién Motiva a los Docentes? Reflexiones sobre la Vocación y la Innovación

 Por Ángel Fidalgo


Existe un consenso general de que la motivación es crucial para el aprendizaje; de hecho, la motivación es el combustible de un motor, sin importar cómo se emplee ese motor. Se suele decir que si el alumnado está motivado, logrará un aprendizaje profundo, empleará menos esfuerzo, participará activamente en su propio proceso de aprendizaje e incluso llegará a disfrutar tanto de la materia como de los procesos cognitivos derivados del aprendizaje.

También se dice que para que el alumnado esté motivado, es imprescindible que el profesorado lo esté. Si un docente no está motivado cuando imparte clase, será difícil que logre transmitir la energía, la ilusión, la pasión y el amor por el aprendizaje.

A pesar de la masificación en las aulas, de leyes educativas que con frecuencia no abordan los problemas reales del aprendizaje, de la carga de trabajo administrativo, de los méritos que se exigen para progresar, de la necesidad constante de actualizar conocimientos, del dominio de las tecnologías y de la incorporación de procesos pedagógicos novedosos —sin contar con los problemas emocionales que el profesorado enfrenta— se nos pide que, al entrar a nuestras clases y al interactuar con el alumnado, lo hagamos motivados.

Según el Informe del Defensor del Profesor (2021-2022), un 78% de los docentes atendidos presentó ansiedad. Es un dato alarmante que refleja la realidad emocional que muchos profesores viven. Y a pesar de todo esto, ¿saben qué? La mayoría de los docentes que conozco logran llegar al aula con motivación, como si todos esos problemas los metieran en una mochila y la dejaran fuera del aula. Así son las personas que enseñan por vocación.

Sin embargo, a pesar de esa batalla constante contra los obstáculos, de esa resistencia a las tempestades del mar educativo, muchas veces no logramos motivar a nuestro alumnado. Y cuando esto sucede, algunas personas recurren a la innovación educativa, porque dicen que puede ser una herramienta para motivar.

¿Es esto realmente cierto? Las innovaciones pueden ser motivadoras por su novedad, por contenidos espectaculares, por el uso de últimas tecnologías o por la introducción de nuevos procedimientos metodológicos. Sin embargo, es cierto que el profesorado no cuenta con una agencia de marketing que le produzca contenidos impactantes ni utiliza las últimas tecnologías del mercado (con Moodle ya nos damos por satisfechos). Así que, la motivación que debemos buscar en cualquier método de innovación educativa es la innovación en los procesos.

Para identificar la innovación en los procesos de aprendizaje, tenemos que despojarla de la influencia de los contenidos y de la tecnología. Es esencial que en cualquier divulgación de innovación educativa se clarifique qué procesos son los realmente innovadores, cómo se ha conseguido romper con la inercia de la desmotivación, en qué indicadores se basaron para medir la motivación del alumnado y con qué herramientas la evaluaron.

Así pues, desde este blog hago un llamado a quienes divulgan la innovación para que, además de resaltar sus bondades, incluyan una explicación de qué procesos utilizaron para lograr motivar al alumnado y a sí mismos. Les aseguro que cualquier docente con vocación estará dispuesto a implementar ese método.

Tomado de Investigación e Innovación educativa

lunes, 18 de noviembre de 2024

#GuardIAnes: el desafío de resguardar "el alma humana"

 Por Paola Dellepiane

Mientras vemos el rápido avance de la IA Generativa, a la vez nos preguntamos:  ¿cómo afectará esto al valor que otorgamos a aquello que es genuinamente humano? ¿Llegará el día en que el error y la autenticidad humana se conviertan en bienes escasos y preciados, tal como lo es un producto artesanal?

¿Será “el toque” humano lo que realmente valoremos en un universo cada vez más impregnado con contenidos generados por IA?

En un mundo que avanza rápidamente hacia la “automatización de la creatividad”,  ¿qué lugar queda para la individualidad, para lo inesperado y para los matices que aportan los seres humanos?

Hace unos días, de la mano de @diegocraig me encontré con un cuento atrapante y creativo, que explora los desafíos de la inteligencia artificial en la contemporaneidad: GuardIAnes.

RETROVISTA, un grupo interdisciplinar de científicos, se propuso en marzo de 2022 como meta/desafío guardar todo lo publicado antes de noviembre de 2022, y que fue exclusivamente desarrollado por humanos.  

Con la llegada de IA Generativa, el riesgo que estos científicos percibían era llegar a utilizar datos generados por otras IA Generativas para entrenar modelos de IA, es decir,  el riesgo de entrenar modelos de IA utilizando datos generados por otra IA: lo que llamamos endogamIA. 

Así, el desafío no solo era preservar datos, sino proteger la esencia de la cultura, resguardar el "alma humana" ante la llegada de la IA Generativa, en un mundo cada vez más influenciado por las máquinas: cada fragmento que se lograra resguardar resultaría más que un dato. 


¿Podrá el espíritu humano liderar la innovación?

Acuerdo en que la interacción y la colaboración entre humanos y máquinas puede ser un futuro prometedor y potenciar las capacidades humanas, un futuro en el que  IA y humanidad sean parte integral de la evolución tecnológica.

Celebrar la obra humana implica también valorar el proceso que la sustenta: la exploración, la prueba y el error. Estos elementos no solo enriquecen nuestras creaciones, sino que también profundizan nuestra autocomprensión y sentido de identidad. Por avanzada que sea la tecnología, la "chispa del error" humano y la originalidad seguirán recordándonos que, por perfecta que parezca una creación, siempre le faltará algo sin el toque genuino de una persona.

Tal vez en un futuro, el simple hecho de saber que algo fue hecho por manos humanas sea motivo suficiente para apreciarlo.

¿Serán capaces los integrantes de RETROVISTA de mantener el equilibrio entre el avance tecnológico y la preservación de lo humano?

Recomiendo sumergirse en esta apasionante narrativa, cocreada con IA Generativa, y que puede descargarse en pfd desde la web, o bien acceder al audiolibro Guardianes.

Tomado de Aplicaciones educativas en entornos virtuales