lunes, 30 de septiembre de 2024

Neurohacking: Cuando los ciberataques se vuelven mentales

 Por Marvin G. Soto

Imagina un mundo donde tus pensamientos más íntimos pudieran ser hackeados. Estoy seguro de que podría sonarte a ciencia ficción, ¿verdad? Pues prepárate, porque el futuro está llamando a la puerta de tu mente.

Las interfaces cerebro-computadora (BCI) están pasando rápidamente de los laboratorios a nuestras vidas cotidianas. Empresas como Neuralink de Elon Musk están trabajando para conectar nuestros cerebros directamente a sistemas de procesamiento de datos a través de computadoras. Es emocionante, sí, pero también plantea una pregunta escalofriante: ¿qué pasa con la ciberseguridad cuando el objetivo es tu cerebro?

Es obvio que ante esto, nuestro cerebro es la nueva frontera digital. Piensa en tu cerebro como la nube más personal que jamás tendrás. Ahora, imagina que un hacker pudiera acceder a ella. ¿Suena aterrador?

Si atravesamos esos umbrales y créanme que los estamos atravesando, los “neurohackers” del futuro próximo podrían hacer cosas que hoy nos parecen imposibles, tales como robar recuerdos como quien roba contraseñas, implantar ideas falsas como quien implanta un virus, o manipular decisiones, como quien manipula un algoritmo.

¿Ocuparás un firewall para tu cerebro? ¡Sí, por favor!, sin duda. Como expertos en ciberseguridad estamos ante un desafío sin precedentes. ¿Cómo protegemos algo tan complejo y poco comprendido como el cerebro humano?

De hecho, ya asoman algunas ideas en desarrollo sobre este asunto, las cuales entre otras cosas incluyen la encriptación neuronal que, aunque inimaginable, quizá, hará que tus pensamientos sean codificados como el más seguro de los mensajes secretos.

Otra forma de protección que ya se piensa es la autenticación de pensamientos. Plantea cuestiones como ¿Eres realmente tú pensando o es un hacker haciéndose pasar por ti?

Sin duda, si seguimos analizando el contexto, podríamos pensar en firewalls neuronales bloqueando intrusiones mentales no deseadas.

Fuente: Neurohackers

Si, sí, estoy seguro de que parece absurdo, pero créanme que no lo es. La IA desde hace mucho plantea asuntos de ética y lo hará más en la era del pensamiento conectado, porque más allá de la tecnología, el neurohacking nos obliga a replantearnos conceptos fundamentales como: ¿Qué significa realmente la privacidad mental? ¿Cómo obtenemos consentimiento para acceder a los pensamientos de alguien? ¿Existe algo como el “derecho a la libertad cognitiva”?

Así las cosas, parece que el futuro es mental (literalmente); pues a medida que avanzamos hacia este nuevo territorio, necesitamos ser mucho más proactivos y acuciosos.

Bien sabemos que muchos gobiernos están considerando nuevas regulaciones. La industria de la ciberseguridad está ya, ahora mismo; en una carrera para desarrollar defensas neuronales. Y todos nosotros necesitamos empezar a pensar (lo digo con ironía) en cómo proteger nuestros pensamientos.

Parece que, en adelante, nuestra mente será nuestra fortaleza, pues el neurohacking representa el próximo gran desafío de la ciberseguridad para los humanos. Es un futuro donde la frase “mente sana en cuerpo sano” podría incluir “y bien protegida contra los ciberdelincuentes”. Así que la próxima vez que pienses en ciberseguridad, recuerda: ya no se trata solo de proteger nuestros dispositivos, nuestra higiene digital, sino que potencialmente se tratara de salvaguardar la esencia misma de quién eres.

¿Estás listo para el futuro donde la seguridad de la información podría significar literalmente la seguridad de tu mente?

Tomado de Marvin G. Soto

viernes, 27 de septiembre de 2024

Privacidad en peligro: profesores influencers

 Por  Andrea Cristina Álvarez Pacheco

En la era digital, las redes sociales son una ventana a nuestras vidas, en donde enlazan lo personal y lo profesional. Sin embargo, en un fenómeno cada vez más recurrente, algunos profesores terminan exponiendo involuntariamente a sus estudiantes, quienes en muchas ocasiones son menores de edad. Esto ha desencadenado distintos debates sobre la ética y la privacidad, así como críticas tanto a favor como en contra de los llamados TeachTokers o profesores influencers.

La educación en tiempos de TikTok y redes sociales

En la actualidad, sobre todo después de la pandemia, los y las profesoras han hecho uso de las redes sociales para difundir su práctica docente y comunicarse con sus estudiantes. Muchas de estas plataformas resultan ser de utilidad pues, como explica Bracero para La Vanguardia, “[TikTok] puede ser una herramienta clave para llevar a cabo innovaciones educativas que aumenten la motivación de los alumnos y les ayuden a aprender de una forma divertida y diferente”.

Además, sostiene que las clases cortas favorecen el aprendizaje, lo que ha hecho que incluso la aplicación promueva el uso de distintos hashtags como #AprendeConTikTok, #TeachTok, #TeachToker. De esta manera, tanto docentes, estudiantes e integrantes de la comunidad educativa pueden tener acceso a dichos videos. Sin embargo, si no se vigila con atención los límites de privacidad de la cuenta, es posible que dicha información llegue a ojos ajenos.

Durante la pandemia, TikTok fue una herramienta que ayudó a transformar la educación. Cientos, si no es que miles de profesores, acudieron a la red social para compartir videos didácticos en los que no solo intentaban enseñar, sino que lo hacían de una forma divertida o hasta sarcástica. Los docentes dieron un pie adelante y reinventaron la enseñanza a través del uso de estas diferentes herramientas, haciendo posible enseñar todo tipo de contenido. Esto dio pie al surgimiento de profesores que además eran influencers. Si bien, este tipo de influencers con causa podrían parecer más inofensivos, la verdad es que no es así.

Profesores como figuras públicas

La figura del influencer crece día con día, tanto así que existen universidades que ya han incorporado a sus planes de estudio esta carrera. Ya sea por medio de cosméticos, moda, videojuegos, carreras de canicas o un sinfín de actividades más, cualquier persona puede ser influencer.

Muchos profesores comparten su día a día en aula o dan pequeñas clases, recomendaciones de materiales o estrategias; lo cual atrae la mirada del ojo público al encontrar fascinación e interés en sus anécdotas o actividades. No obstante, un TeachToker es un profesor que además de ser docente hace uso de sus redes sociales para obtener ya sea un mayor número de seguidores o un ingreso extra.

Cada día es más común encontrar publicaciones de maestras y maestros compartiendo anécdotas graciosas sobre su labor docente, sin embargo, también es posible encontrar otro tipo de contenido, uno en el que el docente graba directamente a su alumnado, exponíendoles ante los usuarios del internet.

Profesores como figuras públicas: ¿dónde está el límite?

El término TeachToker parece acuñado por Pablo Duchement, el cual puede definirse como aquellos profesores con alma de influencer que, intentando aumentar su alcance en línea, termina explotando en sus redes sociales personales a los estudiantes a su cargo.

Duchement, perito judicial informático, quien además es especialista en delitos perpetrados por y contra menores en entornos digitales y/o escolares, señala que observó un aumento en los casos relacionados con “la exposición voluntaria en cuentas privadas que docentes realizaban sobre su alumnado”. Debido a los patrones encontrados fue que decidió acuñar el término TeachToker, al que define como “un profesor con alma de influencer que, en su búsqueda de aumentar el alcance en su segunda actividad, explotaba en cuentas personales de RR. SS. estudiantes a los que, simultáneamente, impartía clase como desempeño de su primera actividad”.

El autor destaca un patrón que poseen aquellos docentes que se vuelven TeachTokers:

  • Necesidad de aprobación.
  • Búsqueda de protagonismo, adjudicándose a sí mismo los logros de sus estudiantes.
  • Orgullo de los logros de sus estudiantes, pero una gran ignorancia sobre la protección de datos y la ética digital.
  • Necesidad de exponer su trabajo en redes.
  • Monetización de sus cuentas personales.
  • Actividad publicitaria.

¿Cuál es entonces el problema? Pues tal como lo explica el equipo de Maldita (un medio dedicado al fact checking): “es posible encontrar estrategias de docencia, divulgación o contenido cómico, sin embargo, también existen profesores que utilizan a sus alumnos para ganar seguidores y popularidad”.

¿Divulgación o explotación?

En enero del 2022, el Gobierno de México incitaba a los docentes a utilizar las distintas herramientas y recursos digitales, entre ellos TikTok, principalmente para lecciones cortas, generar participación y un sentido de confianza con el alumnado. Incluso proporcionaba distintos hacks  para el uso de la aplicación. Sin embargo, hay una línea muy breve entre divulgar y explotar.

A primera vista, explica Alfredo Pascual, las redes sociales permiten a los docentes compartir sus experiencias, proyectos y métodos, así como conectarse con colegas y abogar por mejoras en la educación; sin embargo, “la presión por obtener más visitas y conseguir unos mejores números lleva a contar episodios que deberían quedar en el ámbito estrictamente privado de la relación profesor-alumno”.

Existen cientos de profesores de distintos niveles educativos y asignaturas que hacen uso de sus redes sociales para informar, enseñar o comunicar. Haciendo un trabajo meramente divulgativo y ético de la práctica docente. A pesar de ello, existen casos en que las cuentas están completamente enfocadas a su vida en aula y los mismos estudiantes se vuelven protagonistas de los videos, además, como señala Duchement, en el peor de los casos, más allá de solo exponerles, muchos docentes han llegado a sexualizarlos a ellos y a sí mismos.

¿Es explotar realmente la palabra? En cierta manera, sí, pues se vuelve necesaria la exposición de los estudiantes para mantener o incrementar las interacciones y popularidad. El tipo y nivel de exposición puede variar, pues puede ser desde una imitación de algo ocurrido en clase, la publicación de trabajos o exámenes escolares, hasta grabaciones de la voz o imagen de los y las alumnas.

Aunado al tiempo que se dedica en el aula a la realización de estos videos que, como explica el académico Yusuf Kızıltaş, es tiempo tomado de la clase y, por más divertido que pueda ser para las y los docentes y sus estudiantes, es posible que también perjudique las horas esenciales de aprendizaje.

Riesgos para la privacidad y seguridad del alumnado

Los principales riesgos de esta práctica es la falla en la privacidad de las y los alumnos, pues muchos docentes terminan exponiendo tanto la imagen, voz o resultados académicos de sus estudiantes sin un consentimiento expreso por los mismos o, de ser el caso, de sus tutores.

A lo largo del mundo ya se han presentado casos que ponen el ojo en este asunto. Tan solo en España, al menos, ya existen denuncias a docentes a nombre de la Ley Orgánica de Protección de Datos, a lo que Ignacio Zafra asegura que se puede ser un divulgador educativo o simplemente tener alta presencia en redes sociales sin exponer a los y las estudiantes. Por otro lado, en Irlanda, la ministra de Educación, Norma Foley, ha afirmado que «no sería apropiado realizar contenido comercial en las instalaciones escolares».

Debemos recordar que en muchos de los casos, las y los escolares son menores de edad, por lo que la publicación de su imagen (en mayor o menor medida) es un riesgo al exponerlos ante posibles depredadores u otras amenazas innecesarias.

Esta exhibición puede acarrear muchas consecuencias negativas, sin embargo, es importante diferenciar entre los docentes que comparten información a aquellos que solo les exponen.

Mantener la integridad en el aula

No debemos perder de vista que las y los estudiantes son sujetos de derecho y nosotros como adultos debemos respetarlos; atentar contra su intimidad, exponiéndolos a cambio de likes, vulnera su persona.

Los nuevos docentes ya son nativos digitales, parece entendible que a menudo compartan vídeos con actividades educativas y motivadoras. No obstante, el uso de TIC en la educación no es un problema, sino una ventaja. El problema radica en esa ignorancia o desconocimiento de los riesgos a los que exponemos (muchas veces sin autorización) a personas que se encuentran a nuestro cargo.

El problema no es la forma en que los docentes llevan sus redes sociales personales, ellos al igual que cualquier otra persona son libres de hacer uso de las mismas como mejor les parezca, no importa si deciden subir un video bailando o fotos en la playa. La diferencia radica en hacer uso de sus alumnos, la mayoría de las veces menores.

En particular, tampoco podemos señalar con tanta tranquilidad a quienes recurren a esta carrera en búsqueda de un ingreso extra, un aspecto entendible en un mundo donde el trabajo y la misma profesión docente son precarizados. Pues, en palabras de Rocío Rodríguez, “que los educadores se conviertan en ‘influencers‘ es positivo si se hace con responsabilidad y ética», existen desafíos que deben abordarse con cuidado, siendo primordial mantener un equilibrio con las cosas que publicamos en redes.

«Las redes sociales pueden ser herramientas valiosas en la educación si se utilizan de manera adecuada y planificada. Pueden fomentar la colaboración, la comunicación y el aprendizaje en línea. Sin embargo, su implementación debe llevarse a cabo con consideración de la edad, los objetivos educativos y la privacidad de los estudiantes, además de proporcionar capacitación adecuada a docentes y estudiantes. La selección de la plataforma y el propósito debe adaptarse al nivel educativo y a los objetivos específicos del programa o curso». – Rocío Rodríguez

No podemos ignorar la realidad: la presencia de menores en redes para adultos, incluso sin mala intención de por medio, atrae aspectos negativos y oscuros del internet, causando un daño educativo y social evidente. Un uso adecuado de las redes sociales puede favorecer la calidad del proceso de enseñanza y aprendizaje, facilitando también el intercambio de experiencias entre pares y recursos didácticos. Sin embargo, un uso inapropiado puede ser una amenaza para el alumnado y los propios docentes.

Tomado de EDUNEWS del Tec de Monterrey

jueves, 26 de septiembre de 2024

Construir una sociedad más fuerte: El papel de educar en ciudadanía global para la democracia

 Por Mercedes Mateo, Jefa División de Educación, BID.

Este es un año electoral, y América Latina y el Caribe enfrentan tres grandes desafíos sociales, económicos y políticos al amanecer del siglo XXI: reducir la pobreza, aumentar la competitividad y consolidar la integración. La democracia es nuestra herramienta más poderosa para abordar los desafíos globales, y debemos defenderla como uno de los mayores logros de la humanidad. Por eso, estamos lanzando una nueva serie de blogs sobre Habilidades de Ciudadanía Global.

A medida que nos adentramos en 2024, un año crítico, con elecciones en más de 60 países que afectan a casi la mitad de la población mundial, es crucial reflexionar sobre nuestra capacidad colectiva para impulsar el cambio. La democracia sigue siendo un poderoso mecanismo para abordar los retos mundiales, ya que permite que se escuchen tanto las voces colectivas como las individuales.

América Latina y el Caribe se enfrentan a importantes retos: reducir la pobreza y la desigualdad, impulsar el crecimiento regional sostenible y hacer frente al cambio climático. Abordar estas cuestiones exige la capacidad de actuar colectivamente, lo que a su vez requiere personas bien preparadas, con sentido del propósito y responsabilidad mutua.

La buena noticia es que es posible cultivar y desarrollar las habilidades necesarias para afrontar estos retos. ¿Cómo y qué papel desempeña la educación en la formación de ciudadanos informados y activos que defiendan profundos valores cívicos y democráticos? ¿Cómo podemos fomentar un sentido compartido de la responsabilidad para crear soluciones sostenibles para el futuro?

La educación debe estar en el centro. Es a través de la educación cómo podemos dotar a las personas de las actitudes, conocimientos y habilidades esenciales para una participación informada y activa en la sociedad. Por eso hoy, para celebrar el Día Internacional de la Democracia, lanzamos una dinámica serie de blogs, con expertos mundiales que profundizarán en estas cuestiones críticas. A lo largo de las próximas semanas, la serie explorará las competencias de la ciudadanía mundial a través de cuatro enfoques principalesCívica, Género y Diversidad, Ciudadanía Verde y Derechos Humanos y Paz.

Habilidades y valores cívicos

Los valores cívicos comienzan a una edad temprana. En nuestro primer blog, la galardonada autora de libros infantiles Rana DiOrio hablará de cómo las acciones individuales influyen en el mundo que nos rodea. Destaca el poder de la empatía, la importancia de la comunidad y la belleza de la diversidad para formar ciudadanos globales responsables desde la infancia.

Las escuelas desempeñan un papel fundamental en el fomento de estos valores, y exploraremos la educación para la ciudadanía mundial y el progreso hacia el ODS 4.7, que pide a los alumnos que adquieran los conocimientos y habilidades necesarios para promover el desarrollo sostenible. Entre las contribuciones más destacadas figuran la de Eleonora Reimers, de la Universidad de Boston, que introducirá el concepto de educación para la ciudadanía democrática, y la del Dr. Tavis D. Jules, de la Universidad Loyola de Chicago, que explorará la construcción regional de la educación para la ciudadanía mundial.

Además, Laura Agosta, del IREX, arrojará luz sobre la alfabetización mediática, y Jannie Lilja, ex directora de investigación sobre paz y desarrollo del SIPRI, abordará la cuestión de la desinformación.

Ciudadanía verde

El futuro de nuestro planeta depende de las competencias ecológicas. Soledad BosAndrea Bergamaschi y Liora Schwartz, del BID, traerán a expertos externos para hablar de cómo el BID apoya el desarrollo de competencias verdes.

¿Has oído hablar de la ecopedagogía? Surgida de teorías críticas y enraizada en los modelos de educación popular de América Latina, la ecopedagogía se centra en desvelar los vínculos entre la violencia medioambiental y social que perpetúan la desigualdad y la marginación. Greg William Misiaszek, de la UCLA y la Universidad Normal de Pekín, explorará su profundo significado tanto en contextos locales como globales.

Género y diversidad

La educación inclusiva es la base de una sociedad justa. Romélia Mó, Subdirectora del Ministerio de Educación de Guatemala, destacará la importancia de la educación intercultural bilingüe e inclusiva, y la Dra. Juliana Martínez, de la American University, hablará de la igualdad de género en las escuelas.

Derechos humanos y paz

Los derechos humanos y la paz son vitales para que las comunidades prosperen. Esperanza Milena Torres Madroñero, del Colegio Mayor de Antioquia, hablará de la educación para la paz en contextos de transición, mientras que Enrique Chaux, de UniAndes, compartirá sus conocimientos sobre “Aulas de Paz”, un programa escolar diseñado para prevenir la violencia y promover la paz entre los estudiantes de primaria.

El camino que tenemos por delante es difícil, pero el potencial de cambio positivo es inmenso. Desarrollando y aprovechando las competencias para la ciudadanía mundial, podemos capacitar a las personas para que se conviertan en participantes activos e informados en la configuración positiva de sus sociedades. En los próximos meses, nuestra serie de blogs profundizará en estos temas cruciales, ofreciendo nuevas perspectivas y enfoques prácticos de la mano de destacados expertos de todo el mundo. No te lo pierdas: ¡únete a nosotros en este viaje para inspirar la acción, suscitar el diálogo e impulsar la transformación en toda América Latina y el Caribe!

Esta serie de blogs forma parte de la Iniciativa Habilidades para la Vida, un esfuerzo del Banco Interamericano de Desarrollo para desarrollar competencias cruciales entre los niños y jóvenes de América Latina y el Caribe y abordar la brecha de habilidades profundamente presente en nuestra región.

Tomado de Enfoque educación. Blog del BID

miércoles, 25 de septiembre de 2024

Herramienta para evaluar la equidad en los modelos de comunicación académica

 Tomado de Universo Abierto

How Equitable Is It?. cOAlition S, Jisc y PLOS, 2024

Un nuevo instrumento en línea diseñado para evaluar la equidad en los modelos de comunicación académica se ha lanzado hoy en la conferencia OASPA 2024. La herramienta, llamada “How Equitable Is It” fue desarrollada por un Grupo de Trabajo multisectorial que incluye bibliotecarios, representantes de consorcios bibliotecarios, financiadores y editores. Este grupo fue convocado por cOAlition S, Jisc y PLOS.

La herramienta ofrece un marco para evaluar modelos y acuerdos de comunicación académica desde el eje de la equidad. Está dirigida a instituciones, consorcios bibliotecarios, financiadores y editores que invierten o reciben fondos para servicios de publicación. Los usuarios pueden calificar los modelos de comunicación académica según siete criterios clave:

  1. Acceso para leer
  2. Publicación en acceso abierto inmediato
  3. Maximización de la participación
  4. Derechos de reutilización
  5. Transparencia en precios y tarifas
  6. Promoción de prácticas de investigación abierta: datos y código
  7. Promoción de prácticas de investigación abierta: preprints y revisión abierta por pares

La herramienta permite a los usuarios calificar hasta qué punto el modelo que están evaluando facilita (o restringe) la participación equitativa en la difusión del conocimiento. Cada criterio se puntúa en una escala de «menos equitativo» a «más equitativo», resultando en una puntuación general de equidad y un resumen de las respuestas.

Actualmente, la versión de la herramienta está en fase beta y abierta a comentarios hasta el 28 de octubre de 2024. Los interesados pueden proporcionar su retroalimentación a través de un formulario en línea, y el Grupo de Trabajo revisará todas las sugerencias para publicar una versión revisada a principios de 2025.

Tomado de Universo Abierto

martes, 24 de septiembre de 2024

La CUED pone en marcha el MOOC Iniciación a la Investigación en Innovación Docente

La Cátedra UNESCO de Educación a Distancia de la UNED oferta el MOOC titulado Iniciación a la investigación en innovación docente. Este curso online y gratuito se imparte desde UNED Abierta y ha sido diseñado por profesorado de la Facultad de Educación de la UNED, miembros de la CUED.

Este MOOC está dirigido a docentes de todos los niveles educativos, con el propósito de iniciar a las personas participantes en estrategias de investigación vinculadas con la innovación docente. Con esta formación buscamos dotar al profesorado de herramientas que faciliten la adaptación a los constantes cambios que se producen en el ámbito educativo, promoviendo prácticas más eficaces, centradas en el estudiantado y basadas en la evidencia.

El MOOC se organiza en 4 NOOC que se pueden cursar de manera independiente

El NOOC 01, ¿Cómo evaluar un proyecto de innovación docente? Una visión global, tiene una duración de 6 horas y estará disponible desde el 01 de octubre de 2024 hasta el 21 de octubre de 2024.

El NOOC 02, Herramientas cuantitativas para la evaluación de un proyecto de innovación, Tiene una duración de 12 horas y estará disponible desde el 22 de octubre 2024 hasta el 30 de noviembre de 2024.

El NOOC 03, Diseño e introducción al estudio psicométrico de instrumentos de medida para un proyecto de innovación docente, tiene una duración de 12 horas y estará disponible desde el 1 de diciembre 2024 hasta el 23 de diciembre de 2024

El NOOC 04, Herramientas cualitativas para la evaluación de un proyecto de innovación docente, tiene una duración de 10 horas y estará disponible desde el 10 de enero de 2025 hasta el 10 de febrero de 2025.

Cada uno de los NOOC combina vídeos, lecturas y actividades formativas autoevaluables para proporcionar una experiencia de aprendizaje práctica y accesible. Al finalizar el curso, los participantes recibirán una insignia o un certificado de participación que acreditará su formación. Además, no se requieren conocimientos previos específicos para inscribirse.

Desde la CUED, animamos especialmente a nuestros miembros a aprovechar esta oportunidad para fortalecer sus conocimientos en investigación educativa y contribuir al avance de la innovación en la educación a distancia, abierta y digital. No importa tu nivel de experiencia, este curso está diseñado para ofrecer recursos accesibles y prácticos que podrás aplicar en tu entorno profesional.

Únete a esta iniciativa formativa gratuita e inscríbete hoy mismo a través del siguiente enlace. ¡Esperamos contar con tu participación!

lunes, 23 de septiembre de 2024

Detección de contenido generado por IA: Implicaciones y herramientas.

 Por Marvin G. Soto

El contenido generado por las inteligencias artificiales (IA) está en constante aumento, lo que plantea preocupaciones sobre la autenticidad y la integridad de la información que se genera a partir de sus algoritmos, por lo que a medida que estas tecnologías se vuelven más sofisticadas, la capacidad para distinguir entre contenido humano y generado por máquinas se vuelve crucial.

En este artículo exploramos la importancia de detectar contenido generado por IA, las implicaciones del plagio y las herramientas disponibles para validar su veracidad y originalidad.

La detección de contenido generado por las IA es esencial por varias razones, cito algunas de ellas:

  • Credibilidad y Fiabilidad: La información generada por IA puede contener imprecisiones y sesgos inherentes a los modelos de lenguaje utilizados. Esto puede afectar la credibilidad de las fuentes de información y la confianza del consumidor al que va dirigido dicho contenido.
  • Impacto en la propiedad intelectual: El uso de contenido generado por IA sin la debida atribución puede dar lugar a problemas de plagio. Debemos todos ser conscientes de las implicaciones legales y éticas de utilizar material que no es original.
  • Calidad del contenido: Aunque la IA puede producir texto de manera rápida y eficiente, a menudo carece de profundidad, matices y un estilo coherente. Esto puede resultar en contenido que, aunque gramaticalmente correcto, no cumple con los estándares de calidad esperados en la escritura humana.

Surge la inquietud acerca de cómo identificar desde lo humano esas señales de que lo que consumimos fue o no por algún motor de inteligencia artificial. Al respecto, existen varios signos que pueden ayudar a identificar contenido generado por IA.

Primero, es posible ubicar incoherencias de tono y el estilo, dado que los textos generados por IA a menudo presentan cambios abruptos en el tono, lo que puede resultar en una experiencia de lectura desconcertante. En adición, la IA tiende a utilizar estructuras gramaticales y oraciones predecibles y suele además repetir frases, lo que da como resultado un estilo de escritura monótono y poco original. Finalmente, resulta usual que los textos generados por alguna IA suelen carecer de un análisis profundo y se limitan a consultar fuentes dispersas en el ciberespacio, a ofrecer datos básicos, muy ligeros y superficiales, lo que puede hacer que se perciban como artificializados.

Así las cosas, con el aumento del contenido generado por las IA, han surgido diversas herramientas diseñadas para ayudar a identificar materiales forjados desde estas tecnológicas. Cito algunas de las más destacadas:

  1. Smodin es el mejor evaluado de nuestra lista. Utiliza un conjunto de técnicas de análisis de texto para detectar la presencia de patrones característicos de IA. Esto incluye el análisis de la estructura de las frases, la elección de palabras y la consistencia del estilo de escritura.
  2. GPTZero: Esta herramienta se centra en detectar patrones lingüísticos que son típicos de la escritura generada por IA, analizando la complejidad del texto y la variabilidad en la longitud de las oraciones.
  3. CopyLeaks: Esta plataforma ofrece un detector de IA que puede identificar contenido generado por diversas plataformas, permitiendo a los usuarios verificar la originalidad de los textos.
  4. Detecting AIesta herramienta utiliza algoritmos avanzados para analizar textos y determinar si han sido generados por alguna IA, proporcionando resultados precisos y detallados.
  5. Plagiarism Detector: Esta herramienta no solo detecta el plagio, sino que también identifica contenido generado por alguna IA, ayudando a los usuarios a mantener la integridad de su trabajo.

Dada la sencillez con que nos resuelve la vida y en ocasión del aumento de la producción de contenido sintético, se ha vuelto fundamental que la academia, investigadores, empresas y la sociedad civil conozcan y utilicen herramientas adecuadas para garantizar la autenticidad y la calidad de la información que producen.

Al hacerlo, no solo se protege la propiedad intelectual, sino que también se fomenta un ecosistema informativo y de investigación más confiable y ético. La capacidad de discernir entre el contenido humano y el generado por IA se convertirá en una habilidad esencial a medida que la tecnología continúe avanzando.

Tomado de Marvin G. Soto

jueves, 12 de septiembre de 2024

El costo ambiental de la IA

 Por Melissa Guerra Jáuregui

Aunque las emisiones de GEI (gases de efecto invernadero) no son exclusivas de una industria en particular, el impacto de la IA en el ambiente es un hecho, por lo que se debe tomar acción inmediata ante las altas emisiones de carbono propiciadas por su uso.



Es innegable que la Inteligencia Artificial (IA) ha sido un factor clave para el desarrollo de muchas industrias. Sin embargo, poco se habla de las consecuencias ambientales de su uso.

¿Qué son las emisiones de carbono?

Primeramente, hay que comprender que el dióxido de carbono (CO2), compuesto molecularmente de oxígeno e hidrógeno, es un gas que naturalmente se encuentra en diversas superficies de la Tierra, tales como la atmósfera, la biosfera, la hidrosfera y la litosfera (su existencia en estas conforma el ciclo del carbono), y tiene la finalidad de atrapar la radiación infrarroja para devolverla al espacio.

Entonces, si este gas se localiza en la atmósfera, ¿por qué afecta en el calentamiento global? Simple, debido a que las actividades humanas (la quema de combustibles fósiles, la deforestación, la generación de electricidad, etc.) aumentan drásticamente la concentración de dióxido de carbono, la cual es mayor a lo que la Tierra puede manejar.

Debido a que el CO2 atrapa el calor, el planeta se calienta más. Esto provoca que este gas ocasione estragos sobre el efecto invernadero. Por ende, se puede entender que las emisiones de carbono son estas liberaciones de CO2 y de GEI en altas proporciones, producidas por diversas actividades de la industria humana, que causan el calentamiento de la Tierra.

Huella de carbono

Según el especialista en mitigación del cambio climático y huella del carbono, Sebastián Galbusera, en una entrevista realizada por National Geographic, la huella de carbono se refiere a “la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que se emitieron a la atmósfera por medio de alguna actividad humana, que puede ser un producto o un servicio, o por la acción diaria de un habitante”.

Por su parte, la huella de carbono personal es aquella que la produce un solo individuo al realizar sus actividades cotidianas, tales como usar recursos energéticos, tomar alimentos, entre otros. Actualmente, la huella de carbono promedio de cada individuo es de 4 toneladas de CO2  al año. Lo ideal es que esta se encuentre entre 2 a 2.5 T.

Tabla 1: Dióxido de carbono atmosférico a lo largo del tiempo. Fuente: Nasa Climate (2024).

El impacto de la IA en el ambiente

Es importante comprender que las emisiones globales se concentran en los sectores de energía, transporte, industria, construcción, agricultura, etcétera. Aunque la IA se encuentra en el sector tecnológico, su uso depende de la energía eléctrica.

A saber, la industria de la producción de electricidad y calor ha propiciado un aumento significativo del 46 % en las emisiones globales.

Tabla 2: Emisiones de GEI por sector a nivel mundial. Fuente: Our World in Data (2023).

Existe una creciente preocupación por este incremento de emisiones generadas por el uso de la electricidad, pero ¿de qué forma esto contribuye en las emisiones de CO2? Para contestar esta pregunta, primero hay que conocer cómo funciona este proceso, pero no a nivel usuario, sino a nivel operacional.

¿Qué es un centro de datos?

Un data center o centro de datos es un espacio físico que concentra la infraestructura necesaria para procesar, ordenar, proteger y conservar información. Dicho lugar asegura el funcionamiento eficiente de diversos sectores en la sociedad digital, puesto que posibilita la conectividad y los servicios en línea.

Un centro de datos consta de servidores (computadoras especializadas de mucha potencia), sistemas de almacenamiento (discos duros de alta capacidad), redes (permiten la conectividad y comunicación), sistemas de refrigeración (para mantener la temperatura adecuada y evitar que los equipos se sobrecalienten) y seguridad (contra personas no autorizadas o por desastres naturales).

Existen diversos tipos de data centers: corporativos, housing (colocation), hosting (gestionados) cloud (en la nube). A su vez, estos espacios pueden ser catalogados según su infraestructura: hiperescala, modulares y subterráneos. Algunos ejemplos de data centers conocidos son los siguientes: Google Data Center, Amazon Web Services y Microsoft Azure.

Cabe destacar que estos centros de datos son a hiperescala, lo que significa que son los más grandes y potentes del mundo. Para ser catalogados de esta forma, deben tener mínimamente las siguientes características: 5000 servidores, 930 metros cuadrados de extensión (mín.) y entregue al menos 40 MW (megavatio)* de capacidad.

*1 megavatio es equivalente a un millón de vatios o mil kilovatios.

Para entender el alcance de estos espacios, tan solo en 2020, más de la mitad de todos los datos procesados en el mundo pasaron por al menos una facilidad de hiperescala.

Los centros de datos, la IA y el consumo eléctrico

Una consulta con ChatGPT gasta 10 veces más electricidad que una búsqueda de Google (2.9 Wh contra 0.03 Wh*). De acuerdo con una investigación de Goldman Sachs Research, Generational Growth: AI, data centers and the coming US power demand surge, esta tendencia de uso de la IA y los centros de datos provocará un incremento significativo en la demanda energética de estos.

Este mismo reporte prevé un aumento del 15 % en la demanda de energía por la IA entre el 2023 y 2030, estimando que se requerirán 47 GW (gigavatio)** de capacidad para cumplir con la demanda de crecimiento en esta industria.

*Wh es igual a vatios por hora.

**1 gigavatio es equivalente a mil millones de vatios.

Por su parte, la International Energy Agency (IEA) menciona que la demanda mundial de electricidad aumentará un 5 % para 2025, es decir, 80 TWh* al consumo energético anual.

Asimismo, la IEA estableció que el consumo eléctrico de los centros de datos se encuentra entre el 1 y 1.3 % de la energía total, pero se espera que este número aumente a 4 % a finales de la década.

*TWh es igual a teravatios por hora.

Google presenta en su reporte que, de acuerdo con las estimaciones de la IEA, el consumo de sus centros de datos que sobrepasan los 24 TWh en 2023 representan entre el 7 y el 10 % del consumo mundial de electricidad de los data centers, siendo el 0.1 % de la demanda mundial de electricidad.

Los costos energéticos y económicos de la IA

Una de las razones por las cuales existe un alza en estas demandan energéticas se debe a un aumento en la escala de los parámetros (es decir, las configuraciones que aprenden los modelos durante su entrenamiento, los cuales se ajustan para modificar la forma de procesa información y generar respuestas, así como para adecuar sus comportamientos) de los modelos de lenguaje grande (LLM) y los modelos multimodales (LMM), así como por los procesos de entrenamiento e inferencia de los modelos de IA y el mantenimiento de los mismos.

Ejemplos de este incremento en la escala de los parámetros de modelo son: Google BERT-large (350 millones de parámetros), Open AI GPT2-XL (1.5 mil millones), NVIDIA Megatron-LM (8 mil millones), Google T5-11B (11 mil millones) y Open AI GPT-3 (175 mil millones).

Del mismo modo, se han amplificado las horas de entrenamiento de los modelos con datos, lo cual se traduce a un mayor gasto eléctrico y económico (tabla 3). OpenGPT-2-XL entrenó con 40 mil millones de palabras, RoBERTa (IA de Meta/Facebook) se entrenó con 160 GB de texto (la misma cantidad que OpenGPT-2XL). Por tanto, ambas requirieron aproximadamente 25,000 horas de GPU* para entrenarse.

*GPU: unidad de procesamiento gráfico. Indican la velocidad de las tarjetas gráficas. Una hora de GPU equivale a 20 horas de CPU (computadora).

Tabla 3: Costos de hardware y de energía para entrenar a los sistemas de IA. Fuente: Epoch (2024) (Tomado de Our World in Data).

Las empresas tecnológicas y su impacto ambiental

Según estudiosla creación de GPT-3 emitió 552 toneladas de CO2, produciendo 8.4 toneladas de CO2 anuales.

Por su parte, Google en su más reciente reporte Environmental Report 2024 declara que sus emisiones de GEI aumentaron 13 % en 2023 debido a dos factores importantes: (1) un incremento de consumo eléctrico por parte de sus data centers, y (2) por emisiones derivadas de su cadena de distribución y producción (supply chain). En datos más específicos, solamente los data centers de Google multiplicaron su consumo de electricidad un 17 % en 2023, a pesar de contar con programas de energía renovable.

Por otro lado, Microsoft, en su reporte 2024 Environmental Sustainability Reportmenciona que hubo un incremento general de emisiones en un 29.1 %. No obstante, esta empresa sí tiene una huella hídrica importante, puesto que se utilizaron 700,000 L de agua dulce para entrenar a GPT-3 en sus centros de datos, equivalente a la producción de 370 automóviles. A saber, para una consulta sencilla personal (de 20 a 50 preguntas) en ChatGPT se consumen 500 ml de agua.

Emisiones de alcance

Para entender el manejo de la información en estos reportes, es fundamental entender varios conceptos:

  • Carbono operacional: emisiones asociadas con la energía requerida para que un edificio o infraestructura funcione (ventilación, iluminación, etc.).
  • Carbono incorporado: se asocia con cualquier proceso, material o producto utilizado para construir, mantener, reparar, renovar y demoler un edificio/infraestructura.

Por otro lado, para medir la huella de carbono, se sigue un procedimiento llamado protocolo GHG, el cual divide las emisiones de gases en tres categorías:

¿Qué se está realizando para combatir la huella de carbono?

Actualmente, existe una tendencia de IA roja (red AI) en los modelos modernos, puesto que este se enfoca en la investigación para mejorar la precisión de los sistemas a través de un mayor costo computacional. Esto incluye el aumento en la cantidad de datos de entrenamiento y el número de experimentos de los modelos.

Como ya se vio con anterioridad, esta tecnología es muy costosa (en términos económicos y energéticos) para entrenar o ejecutar, puesto que su enfoque se dedica a la precisión (accuracy) antes que a la eficiencia (efficiency).

Por el contrario, la IA verde (green AI) sí toma en cuenta el costo computacional, fomentando la eficiencia (reducción de costos), con el objetivo de conseguir resultados favorables de rendimiento. La IA verde sugiere medidas de eficiencia para reducir los costos económicos y ecológicos, las cuales consideran las emisiones de carbono, la infraestructura eléctrica, el costo del FPO (floating point operations) para cuantificar la huella de carbono y el número de parámetros usados por modelo.

Estrategias

Conscientes del impacto ambiental, Google y Microsoft han establecido medidas hacia la sustentabilidad con la IA. A continuación, se enlistan algunas de ellas:

  • Integrar energía libre de carbono (CFE) (carbon-free energy).  Por ejemplo, Google planea comprar 4GW de energía limpia.
  • Alcanzar las cero emisiones (net-zero emissions) para el 2030, tanto para operaciones como para la cadena de valor.
  • Desarrollar la IA de manera responsable, abordando la huella ambiental a través de la optimización de modelos, infraestructura eficiente y reducción de emisiones.
  • Estrategias de water positive (gestión sostenible y restauración del agua). Por ejemplo, el climate-conscious cooling de Google para identificar soluciones de refrigeración.
  • Estrategias de zero waste o residuo cero (reducción y reutilización) en centros de datos e infraestructura.

No todo son malas noticias, ya que estudios señalan que la IA tiene el potencial de mitigar las emisiones globales de GEI de un 5 a 10 % para el 2030. Hoy en día existen diversas IA que ayudan a identificar la huella de carbono de los modelos y sistemas, con el fin de analizar, optimizar y construir estrategias que ayuden a reducir las emisiones de estos gases de efecto invernadero.

Aunque es un largo camino por recorrer, es necesario ser conscientes de que el cambio para ayudar al planeta está en manos de todos. Si bien la inteligencia artificial ha desbocado un aumento en el consumo energético, no debemos olvidar que este impacto negativo en el ambiente se alimenta de toda la actividad humana.

Tomado de EDUNEWS del Tec de Monterrey