miércoles, 31 de enero de 2018

Fuente RSS: una aliada para la difusión y comunicación eficaz de las Revistas Científicas


Por José Sánchez-Santamaría* y Francisco M. Aliaga**.

*Responsable de Redes Sociales de RELIEVE
Universidad de Castilla La Mancha
**Director de RELIEVE. Revista ELectrónica de Investigación y EValuación Educativa. Universidad de Valencia (UV)
La cantidad y rapidez caracterizan a INTERNET. Según el World Wide Web Size (2017), el peso de INTERNET es ya superior a un Zettabyte, el equivalente a 10 elevado a 12 Gigabytes distribuidos en 4,28 billones de páginas web. Y todo ello, se hace a una velocidad superior a los 26.000 GB por segundo.

Esta situación es fruto de que cada vez hay más personas comunicando y compartiendo sus opiniones, ideas, proyectos, experiencias o productos. Ello nos plantea algunas cuestiones relevantes: ¿Es posible gestionar toda esa información de modo que me llegue la que es actual, relevante y de calidad? ¿Cómo puedo hacerlo y con qué estrategias y/o medios cuento para ello?
Pueden hacerse dos lecturas diferentes, que de manera sencilla identificamos a continuación:
• Cuando mucho es más. La información que existe a disposición de los usuarios de INTERNET se percibe como una oportunidad para socializarla y democratizarla, así como para que cualquier persona en cualquier momento y parte del mundo pueda compartir aquello que considere, llegando a millones o miles de personas de forma instantánea. Es posible acceder a información que en otros momentos, o hubiera pasado mucho tiempo hasta poder ser conocida o nunca se hubiera podido acceder a ella.
• Cuando mucho es menos. Tal cantidad de información genera infoxicación o sobrecarga informativa que hace imposible, no ya acceder a toda la información, sino que realmente oculta aquella información de calidad, relevante o útil. Esto pone de relieve que mucho más en INTERNET es, en ocasiones, un pajar en el que se ocultan las agujas que nos pudieran interesar.
La comunicación y difusión científica no es ajena a estas situaciones. La cantidad y facilidad de acceso en INTERNET se ha asociado al incremento de oportunidades de comunicación y colaboración. Esto es algo fácilmente apreciable en las redes sociales creadas para promover la comunicación, difusión y colaboración científica. Por ejemplo, academia.edu se presenta como una comunidad científica virtual en la que según sus fuentes a fecha de 24 de enero de 2018 hay un total de 59.145.233 académicos dados de alta de todo el mundo, con lo que ello implica de trabajos, publicaciones y proyectos compartidos. 
En el mismo sentido, lo hace researchgate.net donde se dice textualmente: “Puedes encontrar más de 100 millones de publicaciones, más de 14 millones de investigadores y más de 700 mil proyectos de investigación”. Todo un espacio virtual de contenido científico en el que los investigadores no siempre aprovechan todo el potencial de este tipo de redes sociales: se mantiene un uso funcional de las mismas que no suele ir más allá de subir documentos (artículos, comunicaciones, etc.), compartir noticias, y en ocasiones puntuales otras acciones de colaboración más profundas y sostenidas en el tiempo como participación en proyectos, movilidad internacional, entre otras (Sánchez-Santamaría & Aliaga, 2017). 

A ello se une el hecho de que las revistas científicas, en los últimos años, han experimentado un proceso de migración de formato papel a digital mediante sistema OJS de acceso abierto una buena parte de ellas. Fruto de ello es que un total de 193 revistas presentan formato digital dentro del área temática de Ciencias de la Educación según datos de ISOC, siendo 150 con formato en papel (y aunque muchas de ellas mantienen activas sus ediciones o al menos su ISSN, combinan ambos formatos). Incluso, existen revistas que ya nacieron en formato digital y recogiendo en su denominación el término de “electrónica”, viendo ya las posibilidades que ofrecía este medio para organizar, difundir y comunicar el trabajo de los investigadores a través de la web (Aliaga, 2014). 

A las anteriores cuestiones planteadas al inicio, cabe unir otra vinculada con las Revistas Científicas: ¿Cómo comunicar y difundir mejor los artículos científicos publicados en digital? Pero sobre todo, ¿Cómo mejorar el impacto y la calidad de la revista aprovechando las posibilidades ofrecidas por el formato digital, contrarrestando el posible impacto negativo de la sobrecarga informativa?

Las revistas científicas comunican y difunden para que los trabajos publicados sean leídos, utilizados y citados, y por tanto, generen un impacto social y/o científico, tanto en los proyectos editoriales más altruistas como en los más comerciales. La esencia de una revista científica es ser un medio puesto a disposición de la Comunidad Científica para hacer avanzar la ciencia y transformar la sociedad.

No cabe duda que INTERNET puede ser una posibilidad para darse a conocer y consolidar la proyección de una revista científica, pero también, como ya hemos apuntado, si no tenemos en cuenta las consecuencias de la sobrecarga informativa puede, incluso, dar por finalizado su proyecto editorial o hacer que su impacto sea residual o de escasa proyección social y científica (Ruiz-Corbella, Galán & Diestro, 2014).

Ante esta situación, existen múltiples propuestas, a través de las cuales también se pretende que el lector pueda hacerlo de forma fácil, actualizada y rápida para evitar la oleada de documentos que sepultan información de interés en la web. Entre los instrumentos disponibles para poder filtrar esa avalancha está lo que se conoce como Content Curation: rastreadores (datamining), banners, clasificadores de correo (spam), marcadores (bookmarks) con funciones de sincronización y para compartir, las alertas o la fuente RSS. Son algunos ejemplos de recursos telemáticos que nos permiten seleccionar, organizar, gestionar y comunicar de forma eficaz, eficiente y en función del interés de quién precisa la información (Ruiz-Corbella, Galán & Diestro, 2014). 

De todos ellos, el que nos interesa en este texto es el RSS, del inglés Really Simple Sindication. La feeds o fuente RSS son archivos pequeños de texto en lenguaje XML -construcción de documentos electrónicos- y se refieren a información nueva o actualizada y publicada en una web de una determinada, en nuestro caso en las revistas científicas, y que está pensada para compartir con sus suscriptores o seguidores dicha información. De este modo, sirve para la sindicación de contenidos de las revistas científicas, es decir, se trata de un proceso donde quién produce, edita o publica un contenido permite la suscripción actualizada sobre el mismo (Sánchez Tarrago, 2007).
Así pues, en esencia la fuente RSS proporciona al lector una información concreta, pero suficiente, actualizada y de forma rápida sobre lo publicado en una revista electrónica. Permite sostener la comunicación entre revista y lector, pero sobre todo ayuda a proyectar y visibilizar la revista, con el impacto positivo que esto puede tener sobre aspectos tan esenciales para una revista como que sus artículos se citen, etc. Ya no tienes que navegar por las páginas web de las revistas como marinero sin rumbo subido al mástil de tu navegador, intentado divisar cuándo llegará información sobre el último número publicado, etc.

La funcionalidad de la fuente RSS es sencilla. En muchos sitios webs de revistas científicas ya podemos encontrar el siguiente logo, que nos permite suscribirnos a una web feed -fuente web- utilizando el software diseñado para leer estos documentos RSS (agregador) e incluso en la barra del navegador o incluirla en el correo electrónico. Muchos navegadores o buscadores cuentan con lector de RSS que te permiten clasificar las entradas por materias o temas, de modo que puedes estar al día en cuestión de minutos todos los días o las veces de la semana o al mes que consideres.
Veamos algunos ejemplos:
• En las plataformas OJS de Open Acces existe un apartado de suscripción en el que es posible darse de alta a la lista de correos para notificaciones. Introduciendo el correo electrónico se recibe cualquier novedad o noticia de la revista. En revistas donde no se utiliza este sistema, es posible darse de alta con el mismo procedimiento a través de las alertas como sucede en revistas de Elserviver o Taylor&Francis, de igual modo en las actualizaciones de las bases de datos como WoS o SCOPUS también se ofrece esta función de alerta.
• Twitter es otro canal a través del cual podemos recibir noticias e información actualizada, una forma sencilla es hacerlo a través de https://twitter.com/search-home o simplemente siendo follower de alguna cuenta con la función de notificaciones activada o el uso de hastags de interés. 
• En Facebook también podemos seguir noticias de forma puntual, incluso recibir notificaciones de aquellas que más nos interesen en relación con alguna cuenta, configurándolo en nuestra cuenta y relacionada con la cuenta a seguir. 
• En Youtube, un canal menos utilizado por las revistas, aunque empiecen a emerger con fuerza los recursos audiovisuales, para ello se debe añadir el canal al lector de RSS incorporando la dirección URL. 
• Buscadores como Google Reader. Cuando hacemos una búsqueda en Google y nos devuelve el resultado nos permite activar el RSS.
• También en los blogs de las revistas podemos encontrar la fuente RSS, esto se puede combinar con usos de widget para hacer seguimientos de blogs, también. Este medio está ganando terreno, puesto que se tiende a una mayor interacción entre lectores e investigadores que tiene interés en publicar sus trabajos, buscando el feed-back de los lectores y colegas como criterio de calidad y decisión para su publicación en la revista, entre otros usos.
Como hemos presentado, la fuente RSS es una forma cómoda, fácil y rápida de contar con información actualizada sobre los números que publican las revistas científicas que pueden ser de interés para seguidores, lectores e investigadores. Ante la aparición de métricas alternativas – Altmetric -, basadas en el análisis de la presencia de los artículos en la web social, la fuente RSS resulta muy interesante para su difusión y proyección, puesto que Altmetric permite cuantificar la difusión de un artículo en Twitter, Facebook, Blogs, marcadores sociales o gestores bibliográficos, entre otros.
Así que te recomendamos el uso de las fuentes RSS de las revistas científicas para, entre otras cosas, seguir contribuyendo a la proyección y difusión de la investigación que en ella se publica.
Referencias bibliográficas:
Aliaga, F.M. (2014). Veinte años de publicación electrónica y de acceso abierto: la madurez de una pionera. RELIEVE, 20(1), art. 0. doi: 10.7203/relieve.20.1.3856
Ruiz-Corbella, M., Galán, A. & Diestro, A.(2014). Las revistas científicas de Educación en España: evolución y perspectivas de futuro. RELIEVE, 20(2), art. 1. doi 10.7203/relieve.20.2.4361
Sánchez Tarragó, N. (2007). Sindicación de contenidos con canales RSS: aplicaciones actuales y tendencias. ACIMED, 15(3) Recuperado de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1024-94352007000300003&lng=es&tlng=es
Sánchez-Santamaría, J. & Aliaga, F. M. (2017). Investigadores en red y con red: usos y valoraciones dentro de la investigación educativa. En Actas del XVIII Congreso Internacional de Investigación Educativa (pp. 995-999). Salamanca, España: UICE y AIDIPE.
Cómo citar esta entrada:
Sánchez-Santamaría, J. & Aliaga, F. (2018). Fuente RSS: una aliada para la difusión y comunicación eficaz de las Revistas Científicas. Aula Magna 2.0. [Blog]. Recuperado de:http://cuedespyd.hypotheses.org/3400
Tomado de Aula Magna con permiso de sus autores

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