viernes, 10 de enero de 2014

El punto de inflexión de los MOOCs (I). Interacción e interculturalidad.

Publicado por: Miguel Zapata-Ros (Universidad de Alcalá)

Los MOOCs se saltan muchas cosas sobre la ayuda pedagógica, como lo es tener en cuenta las situaciones  de los alumnos. Y esto es complejo.

Recuerdo una de mis primeras experiencias como profesor. Era en Yecla, una ciudad a apenas 100Km de mi lugar de origen. Tenía veintitrés años y apenas hacía tres meses que había concluido mi licenciatura en matemáticas. Una de mis primeras clases era para alumnos de primero de bachillerato (BUP) de 15 años. Tenía que explicar los números reales. La primera cuestión era cómo introducirlos. Era muy importante para mí, en ese momento, hacerlo con el rigor preciso para no engañarles, o mejor para no cometer fraude desde el punto de vista de las matemáticas, es decir que mi exposición fuese deductiva, no dar nada por supuesto que todo se basase en lo anterior… y hacerlo para niños de 15 años. Las noches anteriores tuve dificultades para conciliar el sueño. Al final opté por una interpretación intuitiva de la axiomática que se basa en las cortaduras de Dedekind para el tercer axioma de los números reales, alternativa al axioma del supremo, o a los de Cauchy o de Bolzano-Weierstrass, por ser mucho más intuitiva que éstos (ver  http://es.wikipedia.org/wiki/N%C3%BAmeros_reales).

Cuando llegó el momento me encontré con cuarenta pares de ojos fijos en mí, de muchachos callados y expectantes. Algunos de ellos desconocían el significado de la palabra semáforo como puede comprobar después, porque en aquella época ---octubre de 1977--- en Yecla no había ningún semáforo. Ésta era la situación.

Cuando lo expliqué en ninguno de sus ojos hubo el brillo que muchas veces después he detectado. Al final quedó en ellos una situación de expectación como diciendo ¿y ahora qué?

Muchas veces, cada vez que he podido, he pedido perdón por aquello, y espero que la vida haya arreglado el mal que pude hacer a esos primeros alumnos. Pero de aquella experiencia me quedó, como de otras, una única idea: La importancia de establecer un enlace, un puente, entre la situación previa de los alumnos en cuanto a conocimientos ideas previas sobre el tema, expectativas etc. , para lo cual es imprescindible conocerlos y lo que tenían que conocer y comprender, entre la situación previa y los objetivos. Qué se sabía sobre el aprendizaje de las matemáticas, o del aprendizaje en general, en las diferentes etapas, las teorías que había. Fue un placer conocer los aportes de Gagné, Ausubel, Novak y Hanesian,… y la secuenciación de contenidos a partir de sus teorías y de las de Reigeluth y Merrill.

En la situación descrita había una gran heterogeneidad entre profesor y alumnos, pero una notable cohesión cultural entre los alumnos, aunque algunos provenían de núcleos rurales lejanos y aislados. Sin embargo en las situaciones de aprendizaje de la educación a distancia convencional se congregaban alumnos de distintos ámbitos no solo geográficos, sino culturales, sociales y de edad.

Las interacciones no son solo para detectar el brillo de los ojos que se produce en el insight de aprendizaje, son para favorecer mecanismos de ajuste entre las situaciones individuales de aprendizaje a través de las interacciones.

En los MOOCs las distancias cognitivas, fundamentalmente debidas a factores de disculturalidad son enormemente más grandes, y las necesidades de interacción exitosa mucho mayores. Su ausencia produce frustración y abandono.

Un caso más dramático pero en esencia similar es el que narra Ghanashyam Sharma en el post A MOOC Delusion: Why Visions to Educate the World Are Absurd, las diferencias son de un profesor de inglés que pasa de impartirlo en Nepal a hacerlo en un programa de posgrado en la Universidad de Louisville.
De hecho reconoce que esto es lo que sucede en un caso normal, cuando:

Las disciplinas académicas y los entornos de enseñanza/aprendizaje (o, dicho simplemente, cursos) son (lo cual sucede casi siempre) altamente especializado, aún situado en sistemas académicos y culturas locales. 

Por eso es:
por lo que tuve que empezar encerrándome con los materiales en el sótano. Me tomó varios años de entrenamiento para  ganar la capacidad y la confianza para enseñar el mismo tipo de cursos que ya había enseñado en un país y en un sistema académico diferentes.

Hay un gran desconocimiento de estos hechos por parte de los organizadores y de los docentes de los MOOCs. No basta pues el buenismo y el altruismo mal entendido según el cual los MOOCs, con solo ponerlos en marcha, van a hacer posible la integración de estudiantes y profesores en estas situaciones y con estos problemas, que son ya complejos aún en casos sencillos. Es triste ver cómo los educadores  ven los  MOOCs como medio de educar a los estudiantes en todo el mundo y no tiene la voluntad de considerar seriamente lo que pasa cuando miles de estudiantes con un amplio espectro de niveles de competencia, situaciones de aprendizaj, bagajes culturales y antecedentes académicos tratan de aprender todos, cualquiera que sea la parte del mundo donde estén, mediante conferencias grabadas en vídeo. Este problema es el problema evidente que se produce en el diseño y en el desarrollo de cualquier MOOC en cualquier disciplina en este momento.

No sabemos qué pasará con los MOOCs pero, si se consolidan ellos o el producto que finalmente quede como resultado de ellos, deberán integrar los resultados de investigaciones de aprendizaje intercultural, de encontrar espacios comunes de comunicación y de aprendizaje entre profesores y alumnos que permitan que se produzca un aprendizaje efectivo y evitar, además de otros males como son la desconfianza, el abandono.

Este post ha sido publicado originalmente en Redes Abiertas. Autorizada por el autor su publicación en este Blog CUED.

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