He tratado de dar relevancia a la evaluación como variable curricular esencial en los procesos de aprendizaje y en las estrategias de docencia. En esta serie "COVID-19 y EaD" lo he hecho ya en varias entradas:
- ¿Es tan importante la evaluación? Sus finalidades.
- ¿Cuántas dudas en la evaluación de aprendizajes en los sistemas a distancia? Mis recomendaciones a ANECA.
- Evaluación. UNED vs. Ministerio de Universidades de España.
- Evolución de las Pruebas Presenciales en la UNED de España.
- ¿Cómo ha sido históricamente la evaluación en la UNED?
- ¿Cómo evaluar en la Universidad en tiempos de pandemia?
Y voy a seguir, en los próximos días, sugiriendo pautas de acción ligadas con la evaluación en general y en sistemas a distancia en particular, iré concretando respecto a las pruebas de evaluación, sus requerimientos, tipologías, ventajas, inconvenientes, etc.
También en esta serie, he realizado otras entradas relacionadas con los objetivos como variable íntimamente conectada con le evaluación. ¿De qué servirían unos buenos objetivos de aprendizaje si no se evalúan?, ¿Qué evaluar si no contamos con objetivos valiosos y bien formulados? Ya me expresé en estas entradas:
- Unas taxonomías de Bloom más actualizadas.
- Bloom me ayudó en la docencia presencial y a distancia.
- Objetivos para mejor aprender, enseñar y evaluar.
- Bolonia y las competencias.
Este post va encaminado a tratar de aclarar unas preguntas obvias: ¿Qué, quién, cuándo y cómo evaluar? En los aspectos fundamentales, sigo apoyándome en García Aretio (1994).
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