Por Marvin G. Soto
Existen muchísimas opiniones acerca del hacking como definición o como ejercicio intelectual, profesional, de curiosidad o desde la perspectiva del uso impropio o con fines maliciosos. La palabra tal cual es un anglicismo al que no le buscaré traducción.
Pues bien, he decidido hacer un viaje de palabras para definir esta expresión de las habilidades y la curiosidad. Es mi percepción de la cosa, mi opinión muy desde mi fuero personal, la cual espero que compartan.
¿Cómo podríamos definir la palabra “hacking”, “hackear”, “hacker”, etc.?
Hackear es satisfacer nuestra propia curiosidad, encontrar una manera de lograr un objetivo, nunca aceptar un no por respuesta y ser más persistente y paciente que nadie.
Se trata de llevar la tecnología al límite y hacer que la tecnología sea más resistente a través de pruebas, retoques y exploración. Es una mentalidad, una cultura, un espíritu y la ejecución de la resolución creativa frente a los problemas.
Sobrevivir mediante el aprendizaje o el autoaprendizaje, ya que el conocimiento es la clave para desbloquear posibilidades que la mayoría nunca consideraría. Es cuestionar las normas sociales, nunca aceptar las cosas por lo que son y creer que los controles son para quienes siguen las reglas.
El “hacking” es lo opuesto a la aceptación de las normas culturales y el estado natural de las “cosas”. Es decir, es indiscriminada, no tiene límites y no está restringida por sexo, raza, religión, solo por cuánto esfuerzo estás dispuesto a poner para resolver un problema.
Hackear es bueno y aquellos que la hacen carecer de moral o valores le han dado a las palabras “hack”, “hacker” y “hacking” una connotación negativa, ya que las personas malvadas que son etiquetadas como “hackers” no merecen el sobrenombre.
Hackear es creer en ti mismo, en tu capacidad, tus habilidades y en la noción de que lo imposible puede ser posible. Es manipular reglas, normas sociales y creencias comunes para lograr un objetivo, generalmente para identificar a un ignoto, un tramposo o una mentira que no se conocía previamente.
No es hacer trampa, porque el hacer trampa es vivir en las sombras de la ciberdelincuencia. Si no, creer que no tienes que seguir las reglas todo el tiempo, ojo esto no es vivir sin las reglas fundamentales de la sociedad o irrespetando los derechos y libertades de nuestros congéneres. Es una forma de libertad, que mueve a salirse continuamente de la zona de confort.
Muchas imágenes de “hacker” representan cuartos oscuros, sudaderas con capucha, pasamontañas, etc. Muy al estilo de “Mr. Robot”. Las imágenes suelen representar a delincuentes, no a verdaderos hackers.
Mi objetivo es ayudarte a comprender lo que significa el espíritu hacker y alentar a las personas a ingresar a carreras que desarrollen o utilicen sus habilidades en este sentido.
Se trata de recuperar la definición de hacking en dos significados. El primer significado es el que se remonta a los primeros piratas informáticos, una estirpe de seres humanos llenos de curiosidad y con el deseo de entender el funcionamiento de las cosas. El segundo significado proviene en gran medida de los medios de comunicación, que presentan a los hackers como delincuentes.
No creo que recuperemos completamente el hacking desde el significado original, así que lo mejor que podemos hacer es evangelizar el significado original en contraposición con el de ciberdelincuente y las diferencias entre ellos.
En mi paso por esta vida, he estado inmerso en la cultura hacker durante más de 20 años y confío en que a medida que las nuevas generaciones ingresen a nuestro campo, es importante que comprendan el significado original del término “hacker” (y “ciberdelincuente”).
Debes creer que está bien ser hacker y que el término no nos condena a ser delincuentes, porque la intención real del hacker ayuda a diferenciar a los delincuentes de aquellos con ética y moral.
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