Por Marvin G. Soto
Imagina un mundo donde tus pensamientos más íntimos pudieran ser hackeados. Estoy seguro de que podría sonarte a ciencia ficción, ¿verdad? Pues prepárate, porque el futuro está llamando a la puerta de tu mente.
Las interfaces cerebro-computadora (BCI) están pasando rápidamente de los laboratorios a nuestras vidas cotidianas. Empresas como Neuralink de Elon Musk están trabajando para conectar nuestros cerebros directamente a sistemas de procesamiento de datos a través de computadoras. Es emocionante, sí, pero también plantea una pregunta escalofriante: ¿qué pasa con la ciberseguridad cuando el objetivo es tu cerebro?
Es obvio que ante esto, nuestro cerebro es la nueva frontera digital. Piensa en tu cerebro como la nube más personal que jamás tendrás. Ahora, imagina que un hacker pudiera acceder a ella. ¿Suena aterrador?
Si atravesamos esos umbrales y créanme que los estamos atravesando, los “neurohackers” del futuro próximo podrían hacer cosas que hoy nos parecen imposibles, tales como robar recuerdos como quien roba contraseñas, implantar ideas falsas como quien implanta un virus, o manipular decisiones, como quien manipula un algoritmo.
¿Ocuparás un firewall para tu cerebro? ¡Sí, por favor!, sin duda. Como expertos en ciberseguridad estamos ante un desafío sin precedentes. ¿Cómo protegemos algo tan complejo y poco comprendido como el cerebro humano?
De hecho, ya asoman algunas ideas en desarrollo sobre este asunto, las cuales entre otras cosas incluyen la encriptación neuronal que, aunque inimaginable, quizá, hará que tus pensamientos sean codificados como el más seguro de los mensajes secretos.
Otra forma de protección que ya se piensa es la autenticación de pensamientos. Plantea cuestiones como ¿Eres realmente tú pensando o es un hacker haciéndose pasar por ti?
Sin duda, si seguimos analizando el contexto, podríamos pensar en firewalls neuronales bloqueando intrusiones mentales no deseadas.
Si, sí, estoy seguro de que parece absurdo, pero créanme que no lo es. La IA desde hace mucho plantea asuntos de ética y lo hará más en la era del pensamiento conectado, porque más allá de la tecnología, el neurohacking nos obliga a replantearnos conceptos fundamentales como: ¿Qué significa realmente la privacidad mental? ¿Cómo obtenemos consentimiento para acceder a los pensamientos de alguien? ¿Existe algo como el “derecho a la libertad cognitiva”?
Así las cosas, parece que el futuro es mental (literalmente); pues a medida que avanzamos hacia este nuevo territorio, necesitamos ser mucho más proactivos y acuciosos.
Bien sabemos que muchos gobiernos están considerando nuevas regulaciones. La industria de la ciberseguridad está ya, ahora mismo; en una carrera para desarrollar defensas neuronales. Y todos nosotros necesitamos empezar a pensar (lo digo con ironía) en cómo proteger nuestros pensamientos.
Parece que, en adelante, nuestra mente será nuestra fortaleza, pues el neurohacking representa el próximo gran desafío de la ciberseguridad para los humanos. Es un futuro donde la frase “mente sana en cuerpo sano” podría incluir “y bien protegida contra los ciberdelincuentes”. Así que la próxima vez que pienses en ciberseguridad, recuerda: ya no se trata solo de proteger nuestros dispositivos, nuestra higiene digital, sino que potencialmente se tratara de salvaguardar la esencia misma de quién eres.
¿Estás listo para el futuro donde la seguridad de la información podría significar literalmente la seguridad de tu mente?
Tomado de Marvin G. Soto
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