“La razón del fracaso de la educación progresiva fue la falta de una infraestructura tecnológica para un genuino y profundo aprender haciendo”, afirmaba Seymour Papert en una entrevista en 2005.
La tecnología ha sido
siempre vista como un aliado perfecto para el cambio educativo aunque
pocas veces su incorporación en las aulas ha provocado cambios
significativos. Hoy sabemos que para que este cambio se produzca tenemos
que actuar al mismo tiempo sobre la cultura organizacional, la pedagogía y la tecnología.
La educación en tiempos de redes nos demanda un cambio en la cultura escolar.
Un cambio cambio que debe ser impulsado por cada comunidad educativa
respondiendo a sus necesidades y sus características. Y que debe pasar
por las personas, desde un liderazgo fuerte del profesorado y de los
equipos directivos y con la colaboración y la cooperación entre centros,
profesores, alumnos y familias.
En este cambio, las tecnologías desempeñan un papel importante. En concreto, las
tecnologías de la información pueden ser la infraestructura tecnológica
que reclamaba Papert para el desarrollo de las educación progresiva y pueden jugar un papel fundamental para fomentar la colaboración, estimular la conexión,
promover el sentido de pertenencia a una cultura organizacional y crear
redes internas y externas de colaboración que favorezcan la creatividad
e impulsen la innovación educativa.
Bien usadas, las tecnologías pueden convertirse en un poderoso instrumento para el desarrollo individual pero también para la construcción de comunidades de aprendizaje.
Son el instrumento perfecto para crear redes de intercambio y
cooperación y para facilitar el intercambio de experiencias y la
reflexión crítica.
Tres son los ámbitos inmediatos en los que la
incorporación de las tecnologías de la información pueden apoyar el
cambio necesario en la cultura escolar:
1. modificando los procesos de enseñanza/aprendizaje.
2. ampliando el desarrollo profesional docente.
3. abriendo la escuela a su entorno.
Una correcta incorporación de las tecnologías en la educación es, al mismo tiempo, urgente, oportuno y necesario.
Necesario porque, como profesionales
de la educación, tenemos la responsabilidad de dotar a nuestros alumnos
de las capacidades necesarias para que hagan un uso eficiente,
provechoso y responsable de las tecnologías con las que convivimos y
trabajamos. También para que puedan desarrollar competencias
fundamentales hoy como son el pensamiento crítico, la creatividad, la
comunicación y el trabajo colaborativo y distribuido.
Oportuno, porque el uso de la Red y
las redes pueden permitirnos generar entornos de aprendizaje más ricos,
más motivadores y más relevantes. Entornos de aprendizaje más conectados
con la realidad que nuestros alumnos viven fuera del aula.
Y urgente porque cada día es más
necesario que los profesionales de la educación lideren el debate
educativo y se conviertan en referentes de innovación educativa y
social.
Es cierto que necesitamos reescolarizar la escuela y desescolarizar la sociedad,
pero también es cierto que somos responsables de que el debate
educativo transcienda lo anecdótico o lo partidista y sirva para
construir una sociedad mejor.
Nada de todo esto está garantizado por el hecho de
incorporar tecnologías. Sabemos que la transformación educativa que
necesitamos no pasa por tecnificar la escuela sino por escolarizar las tecnologías.
Pero también sabemos que nuestro reto pasa por digitalizar la educación
que no es otra cosa que hacerla relevante para nuestra sociedad digital
y en red. Ya no es posible pensar una escuela sin tecnología.
Mañana jueves 15 de octubre conversaré sobre estos temas en las Jornadas de InnovaAccción Educativa que ha organizado el Centro Integrado Público de Formación Profesional La Costera de Xátiva. Mañana tengo la suerte de coincidir y hacer de telonero de Linda Castañeda. En las jornadas también participan mi amigo David Álvarez, Jordi Adel, Francesc Llorens, Sara Carbonell, Blanca Febré y Oriol Homs. Aprovecho para agradecer a Paco Camarasa por su generosa invitación.
Tomado de co.labora.red con permiso de su autor.
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