Si no has leído la entrada anterior, puedes acceder desde aquí, pues forma parte de esta de hoy. También te recomiendo leer esta otra si no lo has hecho ya.
Como ya indiqué la semana pasada estas dos entradas son una parte del capítulo que escribimos Roberto Ranz y yo sobre el tema, y que se incluyó en la versión española del libro del profesor Pfeiffer sobre la Identificación y evaluación del alumnado con altas capacidades, una referencia obligada en castellano sobre esta temática. Vamos con el tema de hoy.
La sobreexcitabilidad
Otra de las características emocionales que tradicionalmente se ha vinculado a las altas capacidades es la sobre-excitabilidad (overexcitability). Durante las últimas décadas esta perspectiva se ha desarrollado gracias a la obra de Kasimierz Dabrowski, cuyo trabajo sobre el concepto de “overexcitabilities” o “sobre-excitabilidades” se ha aplicado prolijamente al campo de la alta capacidad (Bouchard, 2004; Bouchet y Falk, 2001; Kitano, 1990; Lind 2001; Piechowski y Colangelo, 1984; Tieso, 2007; Tucker y Hafenstein, 1997; Wiley, 2016).
En 1964, Dabrowsky publicó su teoría de la desintegración positiva, en la que se postula una trayectoria de desarrollo de la personalidad según la cual los individuos maduran a través de períodos de “desintegración” psicológica. El modelo plantea un estado inicial de “integración unitaria”, durante el cual se toman decisiones en respuesta a los deseos e impulsos primitivos del individuo. Como resultado de un conflicto, bien interno o externo, una o más de las estructuras psicológicas del individuo se desmoronan, causando ansiedad y comportamientos neuróticos como respuesta a esta situación disconforme. En circunstancias adecuadas, el individuo que padece esta desintegración puede experimentar una “integración secundaria”, alcanzando de este modo una personalidad superior.
Dabrowsky (1964) sugiere que los individuos más propensos a la desintegración a menudo exhiben una o más de estas cinco sobre-excitabilidades: intelectual, emocional, sensorial, imaginativa y psicomotora.
Los niños que presentan sobre-excitabilidades son altamente reactivos. El mismo Dabrowsky sugiere que los individuos con altas capacidades tienen mayor tendencia a presentar síntomas de desintegración asociada a su sobre-excitabilidad. El instrumento más popular para medir la sobre-excitabilidad es el Overexcitability Questionnaire II (EOQII). Harrison y Van Haneghan (2011) han usado el OEQII para evidenciar mayor nivel de sobre-excitabilidad sensorial, imaginativa e intelectual en adolescentes con altas capacidades. Por contra, la sobre-excitabilidad emocional, que históricamente se creía que era mayor entre los alumnos con altas capacidades, fue la misma en ambos grupos según esta investigación.
Bouchet y Falk (2001) encontraron evidencias de sobre-excitabilidad emocional e intelectual entre estudiantes universitarios que se auto-identificaban como de altas capacidades. La relación de cada una de estas sobre-excitabilidades con las altas capacidades puede resumirse como sigue:
Sobre-excitabilidad intelectual
La sobre-excitabilidad intelectual está caracterizada por la curiosidad, las preguntas perspicaces, la capacidad de concentración y resolución de problemas, y el disfrute y sorpresa ante nuevas intuiciones y conocimientos. Los alumnos con altas capacidades presentan con frecuencia estas características por lo que buscan constantemente ampliar sus conocimientos y comprender la verdad de las cosas. Plantean constantemente preguntas, disfrutan con actividades que exigen concentración y a menudo se centran en cuestiones morales. Piensan de manera independiente y se tornan impacientes cuando los demás no comparten su sensibilidad acerca de una idea o problema.
Sobre-excitabilidad imaginativa
Durante su etapa preescolar, algunos niños con alta capacidad tienen mascotas o compañeros imaginarios con los juegan, a menudo en universos imaginarios. Estas relaciones de juego imaginario suelen ser esquemáticamente complejas y ricas en metáforas y creatividad. Es común que mezclen fantasía y realidad, y en ocasiones -sobre todo en clase- pueden permanecer como absortos en su mundo fantástico en el que visualizan con claridad episodios como si de una obra de teatro se tratase.
Sobre-excitabilidad emocional
Los niños más capaces con sobre-excitabilidad emocional reaccionan, en ocasiones, de manera mucho más intensa y profunda que el resto, de tal forma que la gestión de su inteligencia emocional es un aspecto clave de su desarrollo. Experimentan fuertes emociones relacionadas con estímulos específicos, lugares o personas. Estas modalidades emocionales pueden incluir, en ocasiones, llanto ante situaciones injustas (guerras, hambre, etc.) o ira al fracasar o no conseguir el éxito en los juegos o actividades.
Sobre-excitabilidad psicomotora
Las personas con sobre-excitabilidad psicomotora se nos muestran como especialmente llenas de energía y vitalidad. Esta energía, por añadidura, puede manifestarse en forma de velocidad a la hora de hablar, de entusiasmo ferviente, de intensa actividad física o necesidad de acción y movimiento. En ocasiones pueden presentar conductas impulsivas o hipermotilidad. En la escuela, los niños con altas capacidades que presentan sobre-excitabilidad motora parece como si no pudiesen estarse quietos y hablan constantemente, por lo que tienen una alta probabilidad de ser identificados por el profesorado como niños con TDAH o con problemas familiares a la hora de establecer límites o normas. Este es un aspecto clave para el diagnóstico diferencial de los alumnos con alta capacidad al que nos referiremos más adelante.
Sobre-excitabilidad sensorial
Algunos niños con altas capacidades presentan en ocasiones sobre-excitabilidad sensorial, por lo que sienten, ven, huelen, degustan, tocan y oyen de manera más profunda e intensa los estímulos sensoriales de la vida diaria. Puede que no puedan ponerse determinadas camisas o calcetines por el roce que les producen; evitan ciertos tipos de luces o perfumes; o reaccionan de forma distinta ante el gusto o textura de determinados alimentos. El ruido de la clase les puede parecer extenuante. Por contra, para ellos pueden ser extremadamente placenteras sus experiencias con la música, el lenguaje o el arte.
Quisiéramos concluir este apartado sobre el desarrollo social y emocional de los alumnos más capaces resaltando la importancia de seguir investigando en este campo con el fin de profundizar en el conocimiento de cuestiones tan importantes como la prevalencia del acoso escolar en esta población (Peterson, 2016), los factores psicosociales y emocionales del desarrollo del talento (Neihart, 2016), la influencia del entorno familiar (Olszewiski-Kubilius, 2016), el impacto social y emocional de la aceleración educativa (Wiley, 2016b), o la importancia de programas de counseling (Pfeiffer y Burko, 2016).
Precisamente, sobre el importante tema del acoso y ciberacoso hemos recibido haces unas pocas fechas la notificación de la evaluación positiva, con la consiguiente financiación, de un proyecto del Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO, RTI2018-094212-B-I00) de la convocatoria de "Proyectos de I+D Retos Investigación" del Programa Estatal de I+D+i Orientada a los Retos de la Sociedad, a la que concurrimos desde UNIR y que se titula:
BULLYING Y CYBERBULLYING EN ALUMNOS CON ALTAS CAPACIDADES: DE LA PREVALENCIA A LA INTERVENCIÓN
Ni que decir tiene que esperamos la máxima colaboración de todos los interesados, familias, asociaciones, y profesionales.
Quizá podéis echar un vistazo a esta, a esta y también a esta otra entradas anteriores, ya que tratan de este serio problema.
Tomado de Javier Tourón con permiso de su autor
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