Por Mercedes Mateo.
El Diálogo Interamericano, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial han lanzado un llamado a la acción conjunto para movilizar recursos de los sectores público, privado y de la sociedad civil con el objetivo de resolver un tema tan central como urgente: llevar la conectividad educativa a las zonas de difícil acceso de América Latina y el Caribe.
No se trata solo de expandir tecnología. Como quedó en evidencia durante la pandemia, hoy más que nunca acceder a la conectividad en las escuelas es una cuestión de derechos y lo que está en juego es, nada más y nada menos, que la posibilidad de cerrar las brechas que condicionan no solo las oportunidades de cada individuo sino el crecimiento inclusivo y sostenible y la resiliencia de nuestros países.
¿Por qué es tan importante conectar escuelas en zonas complejas?
1. En el Siglo XXI, la conectividad no puede ser un artículo de lujo. Es un derecho.
Nunca la conectividad había sido tan importante para la continuidad del trabajo, de la socialización, del comercio, y de la vida en general. Durante la pandemia, gracias a internet pudimos seguir conectando a los equipos de trabajo con las empresas, pudimos seguir hablando a la distancia con nuestros seres queridos, y niños y jóvenes pudieron mantener algún tipo de contacto con sus pares y amigos. Internet fue particularmente esencial para la continuidad en el aprendizaje durante el cierre de las escuelas, colegios y universidades.
Pero el sector educativo no estaba preparado para esta transición acelerada hacia el mundo virtual. Cuando llego la pandemia, muy pocos países contaban con gobernanza establecida, personas formadas, infraestructura disponible, plataformas de aprendizaje, y sistemas de gestión digitales.
En ese proceso de digitalización del servicio educativo, la conectividad es una pieza clave. Según los estándares de Alliance for Affordable Internet (A4AI), hoy la mayoría de los países de América Latina y el Caribe no cumplen con las condiciones básicas de conectividad para la educación. No tenemos servicios de conectividad educativa con una velocidad mínima de 10 MBPS o conexión 4G, conexión fija y con datos suficientes, accesible diariamente y a través de un dispositivo inteligente y funcional.
A pesar de la vuelta progresiva a la presencialidad, es evidente que la conectividad en las escuelas hoy no puede ser un artículo de lujo. No se puede pensar un modelo educativo que les ayude a los jóvenes a conectar con oportunidades económicas y de vida mejores, si el servicio no incluye conectividad significativa y acceso al mundo digital.
2. Se necesita conectividad educativa para avanzar en la equidad
Al pensar en el impacto de la pandemia posiblemente la palabra que venga más recurrentemente a la mente sea “desconectados”: del colegio, de la rutina, de la vida social, del trabajo, de la familia. Pero la desconexión no fue para todos igual. Nunca antes la conectividad había marcado tanto la diferencia entre ricos y pobres; zonas remotas y urbanas.
Cuando toda la actividad económica y social pasa a depender de un cable de banda ancha el acceso deja de ser una simple alternativa y pasa a ser un derecho. Por eso, hablar de tecnología y conectividad, es poner el foco en la equidad.
Las brechas de acceso en nuestra región son aún gigantes:
- Aunque el 79% de la región está cubierta por redes de banda ancha, solo el 45% de las personas puede acceder a conectividad diaria, menos de la mitad de la población.
- Los datos existentes de cobertura rural y urbana muestran que el 67% de los hogares en zonas urbanas tienen acceso a conectividad, frente a un 23% en zonas rurales, de acuerdo a la CEPAL. En algunos países, más del 90% de hogares rurales no tienen conexión a Internet.
La brecha de acceso fue uno de los mayores obstáculos que tuvieron que enfrentar los sistemas educativos para asegurar la continuidad de los aprendizajes durante el cierre de las escuelas, especialmente para los estudiantes que provienen de contextos más vulnerables:
- El 22% de los estudiantes vulnerables no tuvieron acceso a internet y solo el 19% contaba con una computadora en casa.
- En las escuelas públicas y las zonas rurales, las interacciones sincrónicas entre docentes y estudiantes fueron menos frecuentes dado su bajo acceso a las plataformas de educación virtual.
- Este stop en la acumulación de habilidades y capital humano no solo se traducirá en pérdidas de oportunidades, crecimiento e ingresos futuros para los niños, niñas y jóvenes de la región, sino que tendrá consecuencias inmediatas y a largo plazo para el bienestar de los países.
3. Invertir en conectividad en las escuelas es avanzar hacia una educación 4.0
La magnitud de este desafío que América Latina y el Caribe tiene por delante requiere respuestas complejas y mucha articulación interinstitucional, así como la colaboración estrecha entre el sector público y el privado.
Es momento de repensar nuestros sistemas educativos y sentar las bases para una transformación educativa en el mediano y largo plazo para fortalecer las capacidades de los niños, niñas y jóvenes, con un enfoque en la reducción de la desigualdad educativa.
Los problemas estructurales que ya tenía la región ponen de manifiesto que no se puede volver a la situación prepandemia.
El objetivo, por lo tanto, es avanzar hacia una educación inclusiva y de alta calidad, que llamamos educación 4.0: que se adapte a las necesidades de los niños, niñas y jóvenes de hoy y que oriente el uso de tecnologías hacia un aprendizaje conectado a las necesidades de sociedades y de un mercado laboral en constante cambio.
La magnitud de este desafío que América Latina y el Caribe tiene por delante requiere respuestas complejas y mucha articulación interinstitucional, así como la colaboración estrecha entre el sector público y el privado.
Es momento de repensar nuestros sistemas educativos y sentar las bases para una transformación educativa en el mediano y largo plazo para fortalecer las capacidades de los niños, niñas y jóvenes, con un enfoque en la reducción de la desigualdad educativa.
Los problemas estructurales que ya tenía la región ponen de manifiesto que no se puede volver a la situación prepandemia.
El objetivo, por lo tanto, es avanzar hacia una educación inclusiva y de alta calidad, que llamamos educación 4.0: que se adapte a las necesidades de los niños, niñas y jóvenes de hoy y que oriente el uso de tecnologías hacia un aprendizaje conectado a las necesidades de sociedades y de un mercado laboral en constante cambio.
La tecnología hoy juega un papel importante para enfrentar al menos tres retos clave de los sistemas educativos:
- La modernización de los sistemas de gestión educativa necesarios para lograr que la asignación de recursos sea más efectiva y equitativa.
- La recuperación de trayectorias educativas de los jóvenes que han quedado desvinculados de la educación. Hoy no podemos pensar en programas de protección de trayectorias a escala que se enfoquen en asegurar la permanencia de los estudiantes en la escuela; en sistemas de alerta temprana para identificar estudiantes en riesgo de abandono, o en apoyo individualizado del docente si no pensamos en digitalizar el sector.
- La aceleración de aprendizajes, no solo para recuperar lo que no se aprendió durante la pandemia, sino para llevar los aprendizajes de nuestros estudiantes como mínimo al promedio de los países OCDE.
Todas estas soluciones requieren que podamos asegurar un acceso a equipamiento y conectividad significativa para todos y todas los niños, niñas y jóvenes de la región.
Cuatro líneas de acción para impulsar la conectividad significativa
El llamado a la acción promovido por el BID junto al Diálogo Interamericano y el Banco Mundial incluye cuatro líneas de acción:
- La inversión privada debe cumplir un rol importante en la expansión de conectividad educativa en zonas complejas. Con este objetivo es esencial crear condiciones regulatorias e incentivos consistentes para facilitar el proceso de inversión y modelos de negocio sostenibles.
- La inversión pública es y debe ser un componente esencial de cualquier estrategia para extender la cobertura de internet con fines educativos a las poblaciones rurales. El desafío, sin embargo, no es solo movilizar los recursos necesarios sino también que su asignación contribuya a impulsar la inversión privada y maximice la provisión de conectividad significativa.
- Las soluciones tecnológicas para conectar a las zonas rurales, en el estado actual del desarrollo tecnológico, deben incluir un conjunto de opciones tanto en el corto como en el mediano y largo plazo.
- El estado debe desarrollar estrategias nacionales de largo plazo en las que el objetivo de garantizar conectividad significativa para usos educativos en zonas rurales (en escuelas y en hogares) esté debidamente incorporado en los instrumentos de planificación y/o de políticas públicas de los Estados, de manera que las acciones de los diversos agentes del estado estén efectivamente coordinadas.
¿Quieres saber más sobre el llamado a la acción para mejorar la conectividad educativa en zonas complejas? Encuentra aquí más información. ¿Cuán desarrollada está la conectividad educativa en tu país y cómo se abordan las desigualdades en las zonas complejas? Déjanos tu comentario.
Tomado de Enfoque Educación, blog del BID
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