Por Dolores Reig
Pocos temas han generado más noticias en la web y las redes sociales, más polémica al final, que el de la Inteligencia artificial “generativa” y sus implicaciones. Es por ello que he andado publicando varios reels y tiktoks en las cuentas de El caparazón últimamente al respecto, en primer lugar alrededor del sensacionalismo imperante:
¿Vamos hacia la emergencia de máquinas que experimenten procesos conscientes? no, en mi opinión, todo lo que programemos en una inteligencia artificial, todo lo que sea intervención de la inteligencia humana en el algoritmo, en ningún caso puede degenerar en ningún tipo de conciencia artificial. Podemos llamar fallos, “bugs”, errores, a cualquier consecuencia imprevista de esa programación pero suponer algún tipo de consciencia en ello, creo, es pura literatura (o cebo . marketing de titulares en redes).
¿Más contenido basura? Apocalipsis o integración de nuevo:
Otra implicación, similar a la que vivimos hace poco más de una década con la llamada a veces “googleización” de la enseñanza, es la de que la facilidad con la que podemos hoy generar contenidos llenará la web y nuestras aulas de contenido poco elaborado, copiado y pegado y nacido de la ley del mínimo esfuerzo humano. La cuestión está abierta y ya son muchas las instituciones educativas y los profesores que demandan herramientas para detectar el que podríamos llamar nuevo plagio, el uso de este tipo de herramientas por parte de los alumnos/as con el afán de controlar si están o no engañando o falseando sus trabajos.
Pero más allá del temor y el control hay, en mi opinión, algo mucho más interesante: la posibilidad de que todas estas herramientas nos ayuden a ser más creativos, a enseñar, aprender y generar nuevos contenidos de forma mucho más motivadora y eficiente.
Debemos pensar, en primer lugar, en qué automatizan. Si las primeras TIC, TAC, TEP, relegaron los contenidos, ahora cuantitativamente abundantes en Google y similares, a un lugar secundario en la enseñanza, son cosas como la síntesis, la capacidad comunicativa, las que hoy ponen en jaque los nuevos generadores basados en IA.
Lo decíamos en varios twitts, también en un reel reciente: ahora sí, lo importante son las preguntas:
“Los recientes desarrollos en IA hacen fácl la materialización de ideas, inaugurando una revolución creativa sin precedentes. Lo importante será el criterio, lo humano.”
Cambian de nuevo los procesos cognitivos implicados en la enseñanza y en el aprendizaje y creo que toca aplicar de nuevo la vieja máxima, si no puedes con tu enemigo…. intégralo en las aulas (o en tu vida a la hora de aprender o crear).
Comienzo a leer sobre el tema, profesores que plantean que la Inteligencia artificial generativa no es más que una nueva forma de llegar a contenidos iniciales, simples, que alivien la página en blanco al aproximarnos, ahora sí, a cualquier temática. Si lo pensamos con calma, de hecho, no es nada demasiado distinto de consultar wikipedia y es el conocimiento más básico, el primer guión, el contenido superficial el que pierde valor y se convierte en fácilmente generable. Hace conscientes a los alumnos de ello, explicar y testear con ellos cómo funcionan Dall-e-2, del que hablamos aquí hace un tiempo ya, Bing, ChatGPT, GPT-3 y los muchos que vendrán, educar y no solo controlar, su uso bajo supervisión y criterio de los expertos en la materia (como los profesores), puede ser interesante y motivador en un contexto de educación actual.
Incluso en evaluación, como buena práctica, leía la experiencia de un profesor que planteaba permitir e incluso aconsejar y hacer explícito que se están usando estas herramientas, mostrando con capturas de pantalla o similares el resultado inicial y el proceso de búsqueda de la información finalmente procesada o creada.
Hacer realidad las nuevas utopías y ya de verdad apuntarnos al carro de una educación actual
Generadores de video de forma fácil mediante IA que analiza un texto dado y propone imágenes, animaciones, música, interacciones, complementos, etc. , generadores de código que podrían derivar en aquellas aplicaciones de Gamificación, de juegos serios educativos, que no dudábamos de que fueran útiles en las aulas pero no teníamos conocimiento o dinero para programar, pueden ser usados hoy con facilidad.
Todo ello supone ahorro de dinero y sobre todo, ahorro de tiempo. Y es que se repite, por último, aquello que decíamos sobre el tiempo que liberamos cuando nos ayudamos de determinadas herramientas tecnológicas (videoconferencias durante la pandemia, videos grabados en lugar de clases magistrales en los enfoques de las flipped classroom, etc. ). Leía el otro día cómo se están implementando mecanismos de este tipo a personajes secundarios en videojuegos, los famosos NPC, non-playable characters (“personajes no jugables” en español). Veremos proliferar cosas similares, asistentes virtuales impulsados por IA para resolver cuestiones simples y mecánicas, como el acceso a información y recursos básicos para el seguimiento académico o el primer contacto con una materia, liberando tiempo y recursos para la tutoría, el contacto directo profesor alumno (o alumno – alumno en el aprendizaje social), para esa atención más humana y personalizada que ninguna máquina puede suplir y a la que no debemos, en ningún caso, renunciar.
Nota: La imagen de “Sócrates como NPC enseñando a pensar” ha sido generada mediante DALL-E.
Tomado de El Caparazón con permiso de su autora
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