Por Lorenzo García Aretio
Hoy exponemos una síntesis de aspectos esenciales del quinto artículo de RIED más citado de 2022, de entre todos los publicados (34) en ese año, Vols. 25(1) y 25(2). Es decir, uno de los artículos de RIED que más impacto han generado. Al final aparece la referencia del trabajo y el enlace para poder consultarlo, junto a las fuentes bibliográficas del artículo. Las citas en este caso hasta el día de la fecha en Google Scholar, son un total de 70. Y, por otra parte, aquí se muestran todos los artículos resumidos en esta serie.
El debate en torno a la integración de las tecnologías digitales en la educación siempre suscita la misma pregunta: ¿cuál será su impacto en el futuro? Este “futuro”, a menudo percibido como distante, es, sin embargo, un aspecto que requiere atención inmediata. La Comisión Internacional sobre los Futuros de la Educación de la UNESCO aboga por la adopción de “futuros”, en plural, para abarcar diversos escenarios posibles, y sugiere políticas que aborden tanto la creación de futuros deseables como la corrección de injusticias pasadas. Así, el impacto de las tecnologías digitales en la educación demanda no solo un análisis acelerado, sino también la implementación de estrategias pedagógicas que puedan abordar las necesidades presentes y futuras de la sociedad.
La pandemia de COVID-19 en 2020 reveló la fragilidad de nuestras instituciones, en especial en áreas clave como la salud, la educación y el medio ambiente. Al mismo tiempo, puso de manifiesto la artificialidad de nuestra vida cotidiana, alejándonos de la incertidumbre inherente al futuro y acercándonos a la necesidad de un pensamiento complejo que nos permita comprender mejor nuestro presente y futuro. Sin embargo, tras dos años de la pandemia, parece que los compromisos institucionales y personales para transformar la educación se están desvaneciendo. Esta situación obliga a los educadores a aprovechar el impacto estructural de la pandemia, que ha reducido la brecha entre el uso de tecnologías digitales en el consumo de bienes y su implementación en la educación.
Señalan los autores de este trabajo que la RIED-Revista Iberoamericana de Educación a Distancia, comprometida con la difusión de investigaciones e innovaciones en el ámbito de la enseñanza a distancia y las tecnologías aplicadas a la educación, subraya la importancia de considerar la complejidad como un factor clave para delinear el futuro de la educación. El concepto de complejidad, propuesto por pensadores como Edgar Morin, se refiere a la capacidad de interconectar las múltiples dimensiones de la realidad, alejándose de visiones simplistas. En la educación, esta complejidad implica entender los procesos educativos y tecnológicos como un tejido interrelacionado que debe ser evaluado de manera holística.
La transformación digital, entendida como la integración de la tecnología en todas las áreas de una organización, está cambiando fundamentalmente el funcionamiento de la educación. La implementación de nuevas tecnologías, como las redes sociales, el big data y el Internet de las Cosas, está impactando tanto en la enseñanza presencial como a distancia. Este proceso de transformación digital en la educación se enmarca en el concepto de “Educación 4.0”, que se refiere a la integración avanzada de tecnologías en la enseñanza para preparar a los estudiantes para las demandas del futuro. Esta transformación requiere no solo nuevas infraestructuras tecnológicas, sino también la formación de profesores y alumnos en competencias digitales.
La “Educación 4.0” implica la adopción de tecnologías emergentes, como las herramientas digitales, para analizar, evaluar y generar contenidos que contribuyan a la construcción de un nuevo paradigma educativo. En este nuevo marco, el pensamiento crítico y la capacidad de gestionar la información se convierten en objetivos centrales. Además, la transformación digital está vinculada a nuevas prácticas educativas que integran métodos de aprendizaje innovadores y tecnologías emergentes, lo que facilita el desarrollo de habilidades necesarias para un entorno global complejo y digitalizado.
En este contexto, las recomendaciones de la UNESCO son particularmente relevantes. La UNESCO aboga por el uso de recursos educativos abiertos (REA) y plantea que la transformación digital en la educación debe ser inclusiva, equitativa y sostenible.
Entre sus recomendaciones, se encuentra el desarrollo de competencias para gestionar la complejidad, el fomento de marcos normativos que apoyen el acceso abierto a los recursos educativos y la creación de infraestructuras y conectividad adecuadas para garantizar la formación digital de la comunidad académica.
Estas recomendaciones son especialmente relevantes a la luz de las dificultades experimentadas durante la pandemia de COVID-19, que dejó al descubierto la falta de recursos digitales y formación en muchas instituciones educativas.
La transformación digital en la educación no solo implica la adopción de nuevas tecnologías, sino también un cambio en la cultura organizativa y pedagógica. La UNESCO promueve el acceso abierto al conocimiento mediante plataformas y herramientas que amplíen las oportunidades de aprendizaje. Además, sugiere que los gobiernos y las instituciones educativas adopten políticas que fomenten la creación y adaptación de REA para garantizar una educación de calidad y el aprendizaje a lo largo de toda la vida. Este enfoque inclusivo es fundamental para construir una sociedad más justa y equitativa.
La transformación digital en la educación también se refiere a la creación de nuevos productos, servicios, procesos y conocimientos que mejoren los procesos educativos. En este sentido, la UNESCO alienta la innovación y el desarrollo de modelos de sostenibilidad para los REA a nivel local, regional e internacional. Además, promueve la colaboración entre sectores para apoyar la transformación digital, lo que incluye la creación de materiales educativos culturalmente diversos, accesibles y multilingües.
En resumen, el impacto de las tecnologías digitales en la educación es un tema central para el futuro de la formación. La pandemia de COVID-19 aceleró el uso de estas tecnologías en diversos ámbitos, y es crucial que este impulso no se pierda. La transformación digital ofrece una oportunidad para repensar los modelos educativos y adaptarlos a las necesidades del siglo XXI. Sin embargo, esta transformación no debe ser meramente técnica, sino que debe abordar también los aspectos sociales, culturales y políticos que afectan a la educación. En este sentido, las recomendaciones de la UNESCO proporcionan un marco para guiar a las instituciones educativas en el camino hacia una educación más inclusiva, equitativa y sostenible.
Finalmente, la educación del futuro debe estar fundamentada en un enfoque de complejidad, donde la integración de tecnologías digitales no sea vista como una solución simplista, sino como parte de un proceso más amplio de transformación social. La Educación 4.0 y la adopción de REA son pasos importantes en este camino, pero es necesario seguir explorando nuevas formas de enseñanza y aprendizaje que preparen a las futuras generaciones para enfrentar los desafíos de un mundo cada vez más interconectado y complejo.
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García Aretio (30 de octubre de 2024). Futuros de la educación 4.0: luces desde las recomendaciones de UNESCO (Lo más de RIED-54). Contextos universitarios mediados. Recuperado 10 de noviembre de 2024 de https://doi.org/10.58079/12lfx
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