En estos tiempos de confinamiento, me ha parecido oportuno traer a este espacio una experiencia bastante pionera que llevamos acabo hace veinte años, con los medios tecnológicos de entonces, pero con mucha experiencia y estudios relacionados con lo que eran los entornos de enseñanza y aprendizaje abiertos y a distancia.
Poner al servicio de una idea un excelente equipo humano, liderazgo, conocimientos, experiencia e ilusión, suponen notas que hacen imparable la acción y, muy probablemente, el éxito. ¿Cuántas situaciones tienen una respuesta en el "si se sabe y se quiere, se puede"? En aquella ocasión, creo que sabíamos, quisimos y pudimos. Quiero decir con ello que todos aquellos, instituciones y docentes, ahora embarcados en desafíos desconocidos para muchos, podrán culminar el reto con resultados aceptables, si:
- acuden a fuentes con cierta credibilidad y solvencia, que puedan ayudarles en esta transición;
- delinean un plan, sea provisional para esta situación, o con visos de mantener partes del mismo en el futuro;
- cuentan con mínimos recursos tecnológicos, tanto para la emisión institucional, como para la recepción por parte de los destinatarios;
- están dispuestos a afrontar este nuevo reto con ilusión y determinación;
- detrás del liderazgo necesario, existe voluntad de trabajo en equipo.
Pues bien, de todo eso hubo en el proyecto que les cuento ahora brevemente. La idea es que mañana en este mismo espacio les motive con respecto a una evaluación final en línea, realizada ¡hace dos décadas! En consecuencia, si sabemos y queremos, ¡podemos!
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