El confinamiento en nuestras casas de millones de ciudadanos en todo el mundo, está poniendo a prueba las posibilidades de los sistemas educativos que pretenden reafirmar el hecho de que instituciones, docentes y estudiantes, no están de vacaciones. El sistema se pone a prueba cuando al estar cerradas las puertas de todas las instituciones educativas, la actividad continúa, dado que a los sistemas digitales el cierre de puertas físicas no le debe afectar.
Se están acometiendo interesantes experiencias de tránsito desde lo presencial a la modalidad a distancia, digital. En otros casos el caos resulta relevante. No ha de extrañar dado que la pandemia nos invadió de repente, sin tiempo para una planificación sosegada, prudente y bien fundamentada, relativa a esa transición desde lo analógico a lo digital.
Me voy a permitir ofrecerles en ésta y las próximas entradas una aproximación a lo que yo entiendo que podría ser una planificación y diseños eficaces para implementar acciones educativas en entornos de educación a distancia. Ya adelanto que la multitud de elementos y variables que voy a considerar en estas entradas no son todos ellos imprescindibles para el logro de esa calidad, pero sí recomendables o ideales desde mi particular punto de vista.
También soy consciente de que estas fases, etapas y acciones concretas que les propondré, podrían contemplarse cuando se tuvo ocasión de contar con el tiempo preciso para cuidar la coherencia y relación sistémica entre todas las variables. Pero por esa razón no me limité a sugerir "recetas minimalistas" para una acción exprés como la ahora exigida. He preferido proponerles lo que entiendo sería ideal, aunque en el momento actual, las instituciones y los docentes concretos tomen de estas etapas, fases y propuestas, aquellas que en las circunstancias actuales son viables, aunque puedan progresivamente ir reconduciendo la acción según un plan más ambicioso, premeditado y riguroso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario