Escribe Lorenzo García Aretio
Voy a realizar dos entradas consecutivas sobre este preocupante tema del abandono en los estudios a distancia y virtuales. Las ideas fundamentales aquí desarrolladas, están extraídas de este artículo mío en RIED.
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Como reza el título del post, un serio problema de carácter global y una preocupación muy generalizada que viene afectando a los estudios universitarios, es el de los fracasos de los estudiantes, los abandonos o las deserciones o, dicho en términos positivos, las tasas de permanencia, persistencia o éxito en los estudios. Las investigaciones que aproximan las posibilidades de paliar ese problema, así como las recomendaciones que se generan, son recurrentes por parte de los gestores universitarios, docentes e investigadores, gobiernos y organismos internacionales implicados en cuestiones educativas.
Y, si concretamos un punto más, el abandono que se produce en los estudios a distancia y digitales suele ser de forma más aguda un lugar común de debate permanente entre instituciones y expertos preocupados por el tema. Y hay que considerar que el fracaso y abandono de unos estudiantes es también el fracaso de los docentes y, sin ninguna duda, el revés de la propia institución. Por el contrario, los altos índices de permanencia, de retención o de culminación de estudios con respecto a los que los iniciaron, se viene mostrando como indicador de éxito, de calidad incuestionable de la institución o programa. Y en España, estos índices de fracaso en la universidad son bastante superiores a la media europea.
La educación a distancia, en línea, los formatos educativos no presenciales, precisamente suelen sufrir de forma más aguda este problema. Y este es un hecho prácticamente generalizado en todo el mundo. Quizás no se hizo suficiente investigación sobre este problema, o no se implementaron medidas concordantes con las conclusiones obtenidas en la que se hizo, y se vino conviviendo con el problema considerándolo, quizás, como irresoluble, sin pensar que las acciones humanas siempre son susceptibles de mejora. Por ello, cualquier iniciativa en ese sentido debería ser digna de destacarse.
De ahí que sea de agradecer el que desde el rectorado de la UNED de España se aborde un “Plan de mejora de la experiencia del estudiante y reducción del abandono”. Aunque bien es cierto que hubo otras muchas iniciativas en años anteriores, ligadas a planes globales de mejora de la calidad de la docencia y la investigación, pero que en el propio título integrasen el término “abandono”, no lo recordamos. En las motivaciones iniciales que provocan acometer esta tarea de reducir la deserción de los estudiantes, se señalan en ese documento base del plan, las siguientes:
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