Es de esperar tal vez que por búsqueda formal, o por serendipia (o de hallazgo investigativo inesperado), y otros, se evidencien que podrían contribuir a superar el esquema mecánico de la tecnología educativa, considerados por muchos autores. Es mucho lo que se desconoce y que reclama investigación.
Por ahora, aun considerando todo el herramental de la web2.0, la automatización de los equipos, la analítica del aprendizaje, la minería de datos educativos- , pensados para medir y acumular cantidades enormes de información, como se dijera, no son nuevos: recuerden las metáforas de Chaplin con “Tiempos modernos”.
La investigación se impone, creemos desde el prisma de la conciencia humana. Se discute solo su operatividad automática para un mayor aumento según cantidad y calidad programada de datos, para nuestro caso, de los procesos de aprendizajes. Que ya el “learning analytics” y la minería de datos, lo realiza.
Sin embargo, muchas cuestiones, a saber: cómo podrían hallarse caminos para aumentar la conciencia, o corregir las desigualdades socio-económica y educativas? se cree que no pueden entrar en el rango de sus finalidades. Por el contrario, en los casos de inequidad, se cree que las exacerba[3].
La investigación se impone, creemos desde el prisma de la conciencia humana. Se discute solo su operatividad automática para un mayor aumento según cantidad y calidad programada de datos, para nuestro caso, de los procesos de aprendizajes. Que ya el “learning analytics” y la minería de datos, lo realiza.
Sin embargo, muchas cuestiones, a saber: cómo podrían hallarse caminos para aumentar la conciencia, o corregir las desigualdades socio-económica y educativas? se cree que no pueden entrar en el rango de sus finalidades. Por el contrario, en los casos de inequidad, se cree que las exacerba[3].
Si se piensa en la posibilidad de las transferir las referidas automatizaciones para una variada proyección industrial e informática, las posibilidades son enormes. Pero creemos que para educación , no. Tanto como que podría convertirse en una amenaza para las sociedades democráticas y para los valores de justicia social. Es decir contextos donde nada cabe para la tarea de respeto y flexibilidad formativa de las mentes. Sus generadores y luego, cómplices podrían ser la economía industrial global de productos digitales (aun los de contenido libre), la dinámica de la masividad y los agregadores dominantes y otros, que provocan entre innumerables rasgos, que las personas ofrezcan fragmentos de respuestas en lugar de expresiones y argumentos completos.
No se trata de volverse nostálgico sino de considerar a la tecnología como un campo (Bourdieu, P.) de contradicciones, conflictos y luchas, para poder ubicarla en un (algún) lugar oportuno, en nuestro caso, para un "contra"- diseño de software educativo. Es decir, estudiar/concebir cómo la tecnología a la par que la política, la cultura y la economía, etc., deberían intervenir para crear/ inventar modelos alternativos que no limiten sino reformulen el actual híper-control cada vez más ubicuo, a través de aquéllos,.
Por ende, usar a la tecnología de otro modo, más allá que hoy es parte de la constitución de lo humano (cyborgs), servirá para reconocer que los diseños filtran ideologías que conducen a acciones más y más naturalizadas.
A ello se suma el propósito de entender la importancia de concepciones humanistas que después de muchos siglos, son más centrales hoy, ya que la persona no dejó de ser considerada como puramente instrumental.
Lo humano necesita vínculos físicos y emoción, no necesariamente acceder automáticamente, a la circulación de informaciones, verdaderas o no, como es pretensión de los diseños, - incluso los educativos -, más allá del aporte valioso de las web 2.0 y 3.0. Tal vez por ello, en parte existe la fuerza del Twitter, (con solo 10 años de vida) aunque también Facebook e Instagram, que llevan la delantera en las relaciones sociales y emocionales, - mediadas tecnológicamente-, que también deberían ser investigadas más profundamente.
Lo impensado -aunque parece ya realidad- , es que estos procesos y los productos pueden estar elaborados y desarrollados sin la intervención humana. Sin embargo, tener en cuenta que un sistema enteramente automático es un sistema totalmente entrópico.[4] Por lo tanto, las decisiones pedagógicas deberían optar por una concepción de des-automatización a priori de la tarea de diseño de una intervención para fines educativos.
Los tomadores (políticos y económicos) de decisiones, los desarrolladores de software educativo, los administradores , diseñadores instruccionales, profesores/tutores, de los programas educativos, y los usuarios/estudiantes deberían sentarse a discutir juntos sobre cómo construir diseños, aprender a diseñar[5], y tareas asociadas, para que se tome conciencia de la oportunidad de crear y adquirir saberes críticos y crear nuevos estilos interpretativos de las cosas, que por definición, no se albergan en la automatización.
Resultaría así ser protagonista -en proceso u producto-, de un tipo de saber elaborado, construido, aprendido y enseñado, en la fe de una concepción de poner todo en cuestión, ý de relacionarse hipotética y reflexivamente con el conocimiento.
La cuestión y la contradicción central es recordar que el ser humano aprende miles de cosas que devienen en automatismos, que deberían ser capaces de desconstruirse, desrutinizarse, desnaturalizarse en cuanto a las ideas y los procedimientos que los sostiene.
Esto no significa rechazar lo automático sino des-armarlo, des-cubrirlo en sus sensores y aplicarlo de otro modo, aunque parezca descabellado. Ello condice a pensar en otro sentido, la educación física que incorpora software , y virtual pura, que sin reñirse con el logro de efectividad de sus propuestas, no puede reducirse a una pretensión general de velocidad y ritmo, eficiencia y eficacia preestablecidas, que debe mostrar retornos pos distribución y venta en tiempos fijos.
Todo ello, implica repensar la arquitectura de la web, con condiciones posibles de crear conocimiento, en una utopía colectiva digital. Pero este tema de un campo de lucha por la libertad, es para otro día.
Referencias:
Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española. (2006) Diccionario esencial de la lengua española. Madrid: España.
[1] Un sensor es un dispositivo que mide de manera automática una variable, y que gracias a esta información se pueden deducir otras variables que no son las que se están midiendo. En biología los órganos de los sentidos actúan como sensores, unidireccionales (visión, olfato, oído) o bidireccionales, como la piel.
[2]Es la medición, recopilación, análisis y presentación de datos sobre el aprendizaje de los estudiantes, sus contextos y las interacciones de modo personalizado, para saber cómo se está desarrollando y mejorar los ambientes de aprendizaje. Se dice que la automatización puede personalizar la educación, pero parecería que la persona no es protagonista de su propia historia formativa.
[3] Piketty, Th. (2013) El capital en el siglo XXI, FCE, Bs Aires. Su tesis central, bastante discutida, es que la acumulación del capital crece a un ritmo mayor que la expansión de la economía, por lo que los ricos son y serán más ricos, porque tienen más capital, y los pobres, mas pobres.
[4] La entropía es un concepto matemático (Clausius, 1850; Boltzman, 1877) referido a una magnitud física que puede establecer una parte de la energía que no se utiliza para generar elementos. Es de perfil extensivo y crece durante un determinado proceso.
[5] Quien suscribe lo comenzó hace 10 años en la Cátedra de Tecnología Educativa de la UNLP, diseñando colaborativamente youtube educativos, software didácticos tales como Webquest, y otros
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